Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 16 de septiembre de 2007 Num: 654

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El doctor Abad Gómez
IVÁN RESTREPO

Todo sobre mi padre
ESTHER ANDRADI
entrevista con HÉCTOR ABAD FACIOLINCE

En el bosque de la poesía
RICARDO VENEGAS
entrevista con JOSU LANDA

La comida en el cine latinoamericano
BETTINA BREMME

Biocombustibles: una encrucijada latinoamericana
GABRIEL COCIMANO

Tras las barras y las estrellas
AGUSTÍN ESCOBAR LEDESMA

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGUELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR


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Un ejército de ocupación

INVEROSÍMIL

“Creer que los estadunidenses, con una fuerza de ocupación que hace mucho agotó su de por sí reacia bienvenida, podrán conquistar a una población local recalcitrante y ganar esta contrainsurgencia es inverosímil.” La anterior cita no proviene de ninguno de los incontables críticos que nos hemos pasado los últimos cuatro años denunciando esta guerra, sino de siete soldados estadunidenses desplegados en Irak: Buddhika Jayamaha, Wesley D. Smith, Jeremy Roebuck, Omar Mora, Edward Sandmeier, Yance T. Gray y Jeremy A. Murphy, quienes escribieron el artículo para la página de Op Ed del New York Times (19 de agosto de 2007), “La guerra como la vimos”, una atrevida refutación de la versión oficial de la situación y una acusación a los grandes medios de la comunicación por presentar el conflicto como “cada vez más manejable”. Estos soldados de la 82ª división aerotransportada señalan que la afirmación de que eu controla el campo de batalla es errada y responde a un análisis eu -céntrico (como, por ejemplo, juzgar que una ciudad es segura si un grupo de observadores estadunidenses pueden caminar por la calle –con chalecos antibalas, cascos y docenas de soldados armados como escolta–), que ejército y policía iraquíes están colaborando con las tropas invasoras es en gran medida falso y que la lealtad de las fuerzas del orden impuestas por los ocupadores (y pagadas por los impuestos estadunidenses) es muy cuestionable. “Los reportes de que la mayoría de los comandantes del ejército iraquí son ahora socios confiables sólo pueden ser considerados como retórica mentirosa.”

LOS IRAQUÍES


Foto: cortesía de www.palsolidarity.org

Los autores de este texto, un especialista, cuatro sargentos y dos sargentos segundos (uno de estos últimos resultó herido de gravedad cuando redactaban el artículo) escriben: “Lo que importa es la experiencia de la ciudadanía local y el futuro de nuestra contra insurgencia.” En el noticiero de la noche de la cadena cbs , la conductora Katie Couric visitó a una familia de clase media iraquí; ella es veterinaria y él es periodista. Ella dijo que sólo tienen agua y energía eléctrica unas horas cada día; él habló de lo difícil que es soportar los 45º c , habituales en esta temporada, sin aire acondicionado, ventiladores o hielo, además de que a deben mantener a sus hijos en la casa por temor a la violencia, los secuestros y las bombas. La azorada Couric les preguntó si estaban enojados. Respondieron que sí, sin embargo nunca dijeron –o fue editado– contra quién lo estaban. En casi cualquier lugar del mundo se sabe que esas condiciones son comunes en Irak, en eu aparentemente no, lo cual no es raro cuando se ve el ínfimo tiempo que se dedica en los medios masivos a la población civil iraquí. Lo más curioso de la entrevista es que nunca se hace la pregunta obligada: ¿Vivían mejor en tiempos de Saddam? O bien : ¿Es esto lo que esperaban de la liberación? Aunque este reportaje se quiso revelador y en oposición a la propaganda gubernamental, estas simples preguntas resultan demasiado incendiarias y por tanto son tabú.

FRACASO

La realidad, como señalan los siete soldados, es que en cuatro años eu no ha logrado pacificar al país, sino que se han dedicado a armar milicias. Deberíamos añadir que aparte del terror que han causado y de la amenaza incierta de partir al país en tres, han incendiado los ánimos de toda la región y buscan desestabilizar a Irán y Siria con miras a extender la guerra. En una muestra de que estos militares de relativo bajo rango comprenden mejor la historia de la región que los neocons y las altas cúpulas, explican que la colaboración de los shiítas con los invasores tiene sentido, ya que esperaban enmendar lo que percibían como la injusticia esencial que cometieron los ingleses cuando, tras su ocupación en 1920, los despojaron del poder que como mayoría consideraban legítimamente suyo, para entregarlo a los sunitas (algo semejante a lo que los belgas hicieron en Ruanda al dar el poder a los tutsis y despojar a los hutus, y ya sabemos qué clase de legado genocida provocó aquella estrategia).

RECONOCER

Los soldados escriben: “A cuatro años de la ocupación hemos fracasado en todas nuestras promesas, ya que substituimos la tiranía baazista por una tiranía islámica, milicias y violencia criminal… tenemos que reconocer que nuestra presencia puede haber liberado a los iraquíes de la garra de un tirano, pero también les ha robado su amor propio. Pronto entenderán que la mejor manera de recuperarlo es reconocer lo que somos: un ejército de ocupación.”