“La justicia en México sólo nos brinda más dolor”
“Saber que en México no existe la justicia para quienes somos familiares de desaparecidos políticos es triste, doloroso y desesperante”, sostiene Tita Radilla, hija de Rosendo Radilla, quien desapareció hace tres décadas en el municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
Tras conocer la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que exhorta al Estado mexicano a resolver el caso de la desaparición de quien fuera líder indígena y simpatizante de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, su hija considera que “ojalá intenten al menos cumplir con las recomendaciones”.
Radilla desapareció el 25 de agosto de 1974 en Atoyac de Álvarez, municipio en el cual ocurrieron el mayor número de desapariciones en el periodo de la guerra sucia, con 470 personas.
“Exigimos que todos los casos, no sólo el de mi padre, se investiguen, que los responsables sean llevados a juicio y que se repare el daño a las familias víctimas de estos crímenes”, subraya Tita, también dirigente de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos.
Radilla se dice satisfecha con la resolución de la CIDH, a la que tuvo que acudir luego de que las instancias nacionales de procuración y administración de justicia, incluida la CNDH y la extinta Femospp, fueron “insuficientes”, más no omisas, para que su familia accediera a la justicia.