Usted está aquí: miércoles 29 de agosto de 2007 Política Reactor, oferta del Imer para la “realidad” juvenil

La estación representa 60% de los patrocinios

Reactor, oferta del Imer para la “realidad” juvenil

alonso urrutia

La programación tiene como base música alternativa, ajena a los círculos comerciales. El rock en sus diversas vertientes, que lo mismo incluye ska que música underground o dark, ha resultado una fórmula exitosa para Reactor –105.7 de FM– y una opción para amplios espectros de la población juvenil.

Se trata de un proyecto “ajeno a las tendencias comerciales, con un discurso musical y hablado que pudiera verse contestatario, pero que trata de reflejar lo que sucede entre las bandas, entre las tribus de jóvenes en su realidad, independientemente de los estratos sociales”, afirmó el gerente de la estación, Marcelo Lara.

Paradójicamente, con esas producciones musicales que cuestionan las condiciones del sistema social, Reactor se ha convertido en uno de los principales atractivos para los patrocinadores. Algunas grandes empresas o promotoras de conciertos o actividades culturales han permitido que la emisora represente casi 60 por ciento de los ingresos que el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) obtiene de patrocinios.

Extraña convivencia de grandes empresas telefónicas con música cuyo contenido cuestiona las diferencias sociales, bajo la óptica de los diversos grupos de rock.

Reactor se conformó con el equipo que integró uno de los proyectos radiofónicos más importantes en el ámbito del rock, Radioactivo –que después de estar 10 años al aire salió por su perfil incómodo para la radio comercial– y las preferencias musicales juveniles, como Reactivo y Orbita, proyecto que en su momento mantenía al aire el Imer para satisfacer esta oferta musical.

“Creo que es una emisora cuya programación difícilmente tendría cabida en una radiodifusora comercial, porque por ejemplo, en Radioactivo los patrocinadores incidían centralmente en el discurso de la emisora y cuestionaban cuando no les parecía y había que asumirlo”, apuntó. Reactor es como una “isla” con una oferta musical y de programación hablada que refiere la problemática e inquietudes juveniles, que en forma recurrente son ajenos a intereses de las radiodifusoras comerciales, a los cuales no les son rentables.

Javier Cortez, director de producción del organismo, sostuvo que una de las claves de Reactor para lograr amplia penetración entre los jóvenes es la vinculación con organizaciones que han desarrollado trabajo con los diversos sectores.

Citó un ejemplo: el Círculo Volador, organización que encabeza Héctor Castillo, mantiene una propuesta interesante de vinculación con sectores marginados y coproduce con la emisora el programa Tolerancia Zero, donde se difunden temas sobre esos sectores. Los grafitis, represión, marginación o la denuncia contra excesos policiacos, conforman un programa antisolemne.

–¿Hay recelo entre los jóvenes por tratarse de una radiodifusora gubernamental?

–No, porque los jóvenes lo asocian en gran medida al Círculo Volador, es la versión radiofónica de todo el trabajo que hace esta organización con las bandas de chavos y su problemática. Por eso, entre los invitados se pueden encontrar grafiteros o chavos con perforaciones en gran parte de la cara que hablan de sus razones, señala Arturo Mendoza, director de Radiodifusoras del Imer.

 
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