Usted está aquí: viernes 24 de agosto de 2007 Cultura Retoman en un libro la gesta heroica de Elisa Griensen

Con piedras hizo retroceder al ejército invasor de EU

Retoman en un libro la gesta heroica de Elisa Griensen

arturo garcia hernandez

Piedras, palabras y mucho valor. Fue todo lo que necesitó Elisa Griensen el 12 de abril de 1916 para expulsar de Parral, Chihuahua, a un contingente militar estadunidense que había invadido la ciudad en busca de Pancho Villa. Al frente de un grupo de estudiantes de quinto grado de primaria, con la bandera nacional en una mano y un fusil máuser en otra, la joven mujer arremetió contra los invasores y los obligó a retirarse.

El hecho fue determinante en el fracaso posterior de la expedición punitiva del general John J. Pershing y su poderoso ejército. Suena increíble, pero fue cierto. Está documentado en el libro Elisa Griensen: su acto heróico en la Revolución Mexicana, de Armando Camacho Griensen (sobrino nieto de la heroína), publicado por Ediciones Gernika.

Pancho Villa atacó Columbus el 9 de marzo de 1916, en protesta por que el gobierno de Estados Unidos reconoció a Venustiano Carranza como presidente de México. El 15 de marzo Pershing ingresó en territorio nacional con un contingente de soldados, en busca de quien entonces era considerado un asesino y bandolero.

En 1916 Elisa Griensen Zambrano tenía 28 años y estudiaba en Estados Unidos. En abril de ese año fue de vacaciones a su ciudad natal, donde encontró a las tropas invasoras. Indignada, se dirigió al presidente municipal, José de la Luz Herrera, para reclamarle su pasividad.

Ante la indiferencia de Herrera –cuenta Camacho Griensen–, Elisa se introdujo a la Escuela 99, se dirigió al grupo de quinto año y motivó a los 24 alumnos a seguirla para defender la soberanía nacional. Se le escuchó decir: “He buscado ayuda y no me han secundado; sin embargo… alguien tiene que hacer algo”.

Gritando vivas a Villa, el contingente de jóvenes armados con piedras –seguidos por cada vez más gente– atacó a los militares estadunidenses, con un saldo de dos solados muertos y dos heridos.

Orgullo chihuahuense

El libro que narra estos hechos fue presentado la noche del martes en el Palacio de Bellas Artes, en un acto que convocó a parte de la comunidad chihuahuense radicada en la ciudad de México, incluido el gobernador de la entidad, José Reyes Baeza, y la secretaria de Educación Pública federal, Josefina Vázquez Mota.

La funcionaria elogió a la heroína y propuso la “publicación de un libro” –no explicó si el de Camacho Griensen u otro– que sea distribuido en las 130 mil bibliotecas de aula del país. Asimismo, se comprometió a crear 50 o 100 becas con el nombre de Griensen.

Para el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, la obra “no es una novela, aunque Elisa es personaje de novela; no es un ensayo, aunque el autor lucubra, opina, valora y emite juicios; es una biografia que a veces se aleja del personaje para abundar en su contexto histórico”.

Precisó que “es una historia de familia que rebasa el ámbito local para convertirse en un testimonio colectivo sobre un personaje con tintes de universalidad”.

Al final de cuentas, sostuvo Rascón Banda, “es un material de primera mano para que los historiadores hagan el juicio de una figura que se agiganta con el paso del tiempo”.

Otras Elisas Griensen

En la presentación estuvo presente también el escritor Carlos Montemayor, quien puso en perspectiva histórica al personaje.

Señaló que los hechos no se ven con la misma claridad, positiva o negativa, en el momento que ocurrieron que 90 años después. En ese sentido, hizo notar el valor de Griensen al ponerse del lado de alguien como Francisco Villa, quien en su momento era considerado bandido, asesino y bandolero.

Después de “la catársis que el tiempo facilita, celebramos su valor, pero quién sabe si ahora celebraríamos el valor de las Elisas Griensens de nuestros días. Quién sabe”.

A las Elisas Griensens que hoy están ligadas a quienes son señalados en México como guerrilleros, pelados, brutos o asesinos, “¿les haríamos en este momento un festejo así, con un gobernador y una secretaria de Educación Pública?”, se preguntó el ensayista.

“Me temo que no. Este libro es una oportunidad para cuestionarnos: si hubiera ahora un plan de Estados Unidos para intervenir contra los bandoleros mexicanos, un Plan Colombia o algo así, ¿aceptaríamos a una Elisa Griensen?”

 
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