Usted está aquí: viernes 20 de julio de 2007 Cultura Conjunto orquestal juvenil, nuevo rango

Conjunto orquestal juvenil, nuevo rango

ANGEL VARGAS, ENVIADO

Oaxtepec, Mor., 19 de julio. A seis años de su creación, la Orquesta Sinfónica Infantil de México amplía a partir de este 2007 su rango a juvenil y cambia su nombre por el de Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México (OSIJM).

Lo anterior responde a que el límite de edad de los participantes se extendió de 15 a 17 años, ante la falta de programas específicos de educación musical para jóvenes con edades de 16 y 17 años, explicó el director de la agrupación, Sergio Ramírez Cárdenas.

También titular del Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, del cual depende dicha orquesta, el músico y pedagogo aclaró que para tal cambio se tomó como parámetro el criterio de la Organización de las Naciones Unidas, que considera como niños a los menores de 18 años.

Con esta modificación, el promedio de edad en la orquesta aumentó sólo un año, al pasar de 14 a 15 años, aunque se mantiene la prioridad por los músicos de menor edad.

En conferencia de prensa, el funcionario especificó que la OSIJM está integrada este año por 160 niños y jóvenes de entre 11 y 17 años provenientes de prácticamente todo el país, manteniéndose un equilibrio en cuanto a géneros: 43 por ciento son mujeres y 57 por ciento son hombres.

Una vez ratificado en el cargo, el cual ocupa desde 2001, Ramírez Cárdenas enfatizó que el siguiente paso como parte del Programa de la OSIJM consiste en profundizar el trabajo a escala nacional, mediante un movimiento de orquestas infantiles en cada estado, sea creándolas donde no hay o perfeccionando las existentes.

El segundo gran trabajo es el seguimiento en la preparación de los músicos egresados de esa agrupación, mediante una iniciativa denominada Orquesta Escuela, que si bien opera desde hace dos y medio años en el DF, aún es considerada piloto; se espera poder extenderla al resto del país.

El tercer reto, subrayó, es unificar los programas existentes en cuanto a educación musical “en un gran movimiento nacional”, encaminado no necesariamente a crear más profesionales de la música, sino hacer del arte un elemento de cohesión social.

De acuerdo con Ramírez Cárdenas, estos poco más de cinco años que restan a la actual administración es tiempo suficiente para desarrollar y afianzar dichos propósitos y que comiencen a dar frutos.

 
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