Usted está aquí: sábado 23 de junio de 2007 Cultura La eutanasia, acto complejo que precisa de una gran responsabilidad: Kraus

Nos hemos tardado mucho en abordarla, deplora el médico y humanista

La eutanasia, acto complejo que precisa de una gran responsabilidad: Kraus

El especialista es coautor de un ensayo incluido en el libro La construcción de la bioética

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen En México está prohibida la eutanasia activa, pero en los hospitales sí se practica la pasiva, en forma soterrada o no, pero siempre con el consenso de los enfermos, los médicos y todo lo que engloba el enfermo terminal, dice Arnoldo Kraus a La Jornada En México está prohibida la eutanasia activa, pero en los hospitales sí se practica la pasiva, en forma soterrada o no, pero siempre con el consenso de los enfermos, los médicos y todo lo que engloba el enfermo terminal, dice Arnoldo Kraus a La Jornada Foto: José Antonio López

Pese a ser un reconocido promotor de la bioética, en especial de la ética médica, y de la discusión y legalización de la eutanasia -provocar la muerte sin dolor a un enfermo incurable para evitarle mayores sufrimientos-, el doctor Arnoldo Kraus, colaborador de La Jornada, confiesa:

''Cuando me preguntan si estoy en favor de la eutanasia, aunque parezca absurdo siempre digo: no sé. Lo que tengo que saber es por qué se solicita el acto, quién lo solicita, cuándo lo solicita, si existe una historia que lo valide o no. Sólo cuando se desmenuza el caso ya puedo comprometerme y decir: sí o no estoy en favor, dependiendo del caso y de por qué se solicita."

En realidad, la actitud ponderada de Kraus busca reflejar la complejidad en torno a ese y otros temas de debate y, a la vez, alentar la discusión seria, académica, tolerante y laica, alejada de intereses políticos, ideológicos y religiosos, sobre la eutanasia y otros temas similares, como el aborto.

El médico y humanista habla con La Jornada con motivo de la aparición de la compilación de ensayos La construcción de la bioética (FCE), coordinado por Ruy Pérez Tamayo, Rubén Lisker y Ricardo Tapia, y en el cual Kraus participa con el texto ''Eutanasia y suicidio asistido", en coautoría con Asunción Alvarez del Río, especialista en sicología médica.

El libro incluye textos sobre temas controvertidos a escalas nacional y mundial, como la experimentación con embriones, la clonación, el trasplante de órganos, la investigación médica en seres humanos, la eugenesia, la eufenesia y el aborto.

Su importancia resalta ante, por ejemplo, el debate actual por la legalización parcial del aborto en la ciudad de México o una iniciativa en abril pasado de la fracción del PRD en el Senado, que propone legalizar la eutanasia en caso de enfermedades terminales, irreversibles e incurables.

¿Prolongar la vida o la muerte?

Arnoldo Kraus comenta que la eutanasia se volvió un asunto relevante ante el desarrollo logrado en ámbitos como la tecnología y las ciencias médicas, que han contribuido al aumento de la esperanza de vida humana y al manejo de enfermedades graves que antes causaban la muerte.

Sin embargo, el especialista advierte que debe estarse alerta porque ello puede conducir a la paradoja de, más bien, ''prolongar la muerte". Y retoma:

''En México nos hemos tardado mucho en abordar el tema de la eutanasia, debido al desinterés de la Secretaría de Salud, de la mayoría de los médicos, filósofos y abogados y por falta de información del público en general."

El tema de la muerte, de la eutanasia, agrega, no le pertenece a los médicos, sino a la sociedad, ''porque la vida y la muerte son temas universales".

Recuerda que la presión de la opinión pública en demandar sus ''derechos hacia el final de la vida" ha sido fundamental en los países en donde más se han debatido temas como el de la eutanasia: Holanda, Estados Unidos, Bélgica o Suiza.

En su texto incluido en La construcción de la bioética y en la entrevista, Kraus menciona varios casos precursores que elevaron el tema como asunto de debate público, como el de la acusación contra la doctora Geertrudia Postma, quien en los años 70, en Holanda, ayudó a morir a su madre mediante una inyección letal.

Luego de un amplio y largo debate, en 2002 se llegó a la legalización en ese país. Kraus también menciona el caso de Bélgica, donde se legalizó hace dos años. O el de Suiza, donde no está legalizada la eutanasia pero sí el suicidio asistido, en el cual el médico le suministra al enfermo los fármacos necesarios y él decide dónde y cuándo dejar de vivir.

En su libro y en la entrevista Kraus explica las formas de eutanasia: la pasiva, que consiste en abstenerse o dejar de aplicar la terapia para que la muerte sobrevenga cuando sea el momento. Esta última ''implica retirar poco a poco sustancias que apoyan el aparato cardiorrespiratorio o el renal".

Y la activa, continúa, que implica el suministro de un fármaco, usualmente por vía intravenosa, para precipitar la muerte en pocos minutos.

La relación médico-paciente

El doctor Arnoldo Kraus retoma algunos de los muchos aspectos médicos y humanos de la eutanasia:

''La eutanasia y el suicidio asistido requieren que el médico conozca muy bien a la persona, que sea su amigo, que exista una relación médico-paciente, que haya una historia común.

''Y digo que debe haber una historia porque sigo creyendo profundamente en la relación médico-paciente. La buena medicina exige esa relación: conocerse mutuamente, que haya una historia, un cariño, que se hayan hablado cosas importantes. Desde ese punto de vista el médico puede escuchar la petición de eutanasia de un enfermo e irla siguiendo a través de la vida.

''Lo idóneo es que el paciente la solicite cuando está en sus cinco sentidos, sano y que lo vaya meditando, porque no le gustaría llegar a la muerte en condiciones que afecten mucho su dignidad, cuando ya está amenazada la vida o exista la posibilidad de que muera por problemas económicos o siquiátricos o con mucho dolor."

La eutanasia, agrega el médico, es un acto sumamente complejo, que requiere de una responsabilidad muy grande, de todas las partes. En primer lugar, del enfermo que la solicita, y después, del médico que la aplica y del entorno mediato, como los familiares. ''Ahí debe, si se puede, haber un consenso, una voz común que lleve a cabo este procedimiento".

Por eso, recuerda que en Holanda quienes más se ocupan de la eutanasia son los médicos familiares, ''porque conocen bien a los pacientes, muchos de sus recovecos íntimos, e incluso a sus familias y hogares".

-¿Ha vivido como médico experiencias de apoyo a enfermos terminales?

-Yo sí me he implicado en apoyar a enfermos y a los familiares de los enfermos y pacientes. En México está prohibida la eutanasia activa. En los hospitales no se realiza la eutanasia activa y sí la pasiva, en forma soterrada o no, pero sí se lleva a cabo, siempre con el consenso de los enfermos, de los pacientes, los médicos y todo lo que engloba el enfermo terminal.

''Se trata de una maquinaria grande de personas y situaciones, donde hay que estar documentado y revisar muy bien el caso y ver que no se haga por presiones económicas, depresión, desencuentros con muchas circunstancias de la vida. Por eso digo que esto se debe solicitar y pensar cuando uno está sano."

 
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