Usted está aquí: lunes 18 de junio de 2007 Cultura Reactivan las exploraciones del proyecto Cerro Tláloc

Rescatan el templo del dios, de los mayores de la región

Reactivan las exploraciones del proyecto Cerro Tláloc

ANA MONICA RODRIGUEZ

A una altura de 4 mil 150 metros sobre el nivel del mar se ubica el templo más grande de Mesoamérica, dedicado a Tláloc.

El estado de México, Puebla y parte de Tlaxcala comparten la extensión de 19 mil hectáreas donde en la época prehispánica se realizaban rituales sacrificiales en honor de la deidad de la lluvia y se reunían para ese fin los señores de la Triple Alianza.

Las inclemencias del tiempo, el intemperismo y las agrestes condiciones topográficas impiden, entre otros aspectos, las investigaciones arqueológicas de alta montaña en el llamado Cerro Tláloc o Tlalocan, cuyo poblado más cercano es Río Frío y cuya accesibilidad se logra caminando durante casi una hora desde el poblado más cercano. La mayoría de las veces, el ascenso sólo lo consiguen los deportistas, los expertos en escalar grandes alturas y otros quienes conocen esa inhóspita área.

El proyecto Cerro Tláloc arrancó en 2005 y reabrirá temporada de campo en noviembre próximo, después de la culminación de la temporada pluvial y, sobre las investigaciones que se realizan en el invaluable lugar, el arqueólogo Víctor Arribalzaga explicó:

"Entre los trabajos que se realizan destaca el rescate del templo de Mesoamérica ubicado a mayor altura (4 mil 150 metros sobre el nivel del mar), el cual tiene una estructura de 4 mil 086 metros cuadrados, una calzada de 150 metros de largo y siete de ancho, un recinto cuadrangular de 50 por 60 metros cuadrados y muros de 1.80 por 2.40 metros.

"Durante la primera temporada de exploración, realizada hace dos años -continuó el especialista, quien también trabajó en el Nevado de Toluca en un proyecto de arqueología subacuática-, localizamos alrededor de 146 sitios prehispánicos y, en octubre de 2006, todo el equipo se dedicó a restituir poco más de 28 metros lineales de los muros de los templos que se encuentran completamente estucados."

La edificación prehispánica, según arroja la información del material detectado, "fue construida en el clásico, por la cultura teotihuacana, en el 500 dC y nunca fue abandonada hasta llegar a la época de los mexicas. Esto significa que hubo continuidad ritual; el templo nunca estuvo en desuso y fue aprovechado por la clase gobernante para mantener el status quo."

En ese recinto, dijo el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), "los señores de la Triple Alianza hacían una ceremonia de petición de lluvia a su señor Tláloc sacrificando niños, según refieren las crónicas de fray Diego Durán, quien describe con exactitud este importante templo".

En abril era la celebración más importante, porque asistía la clase gobernante, y se sacrificaba un niño varón de seis a siete años que fuera llorón y tuviera dos remolinos en la cabeza.

Todavía, agregó, "no hemos encontrado ningún entierro de niños, ningún cuerpo, y por esa razón nos hace falta investigar dónde fueron colocadas esas personas, porque también las crónicas refieren que los cuerpos eran enterrados en cuevas, y trataremos de revelar estas cuestiones con la utilización de alta tecnología como es el caso de los satélites de penetración".

Los arqueólogos del INAH, tras las excavaciones, han hallado mil 800 mosaicos de turquesa -de tres milímetros por tres milímetros- que "significan un gran rompecabezas que se debe armar"; además de infinidad de piedras verdes y diversas ofrendas.

Desde la pasada temporada de campo en el cerro Tláloc -el tercero en altitud de la Sierra Nevada-, se localizaron cientos de pozos en piedra o xicalli, obsidiana verde y oscura, estuco en muros y más de mil 760 mosaicos de turquesa, pero aún se desconoce el lugar donde posiblemente fueron enterrados niños ofrendados al Dios de la Lluvia.

En los alrededores, prosiguió, se han encontrado varias representaciones escultóricas relativas a Tláloc, como el monolito de Coatlinchán, que fue extraído de la barranca de Santa Clara o Barranca del Muerto, y actualmente está ubicado en el Museo Nacional de Antropología (MNA).

En 2001, dijo, se halló a escasos metros un Tláloc de 20 kilos y 57 centímetros de altura, que ya se encuentra bajo registro arqueológico.

Arribalzaga dijo que con las investigaciones que se realizarán en el Proyecto Tláloc, se obtendrá información valiosa y se despejarán dudas, debido a que con la arqueología se podría ubicar presencia y temporalidad porque "al dios de la lluvia lo identificamos en el posclásico, pero de épocas anteriores se desconoce su nombre. Para los teotihuacanos era el señor de las tormentas y antes de eso no existen registros, por eso la importancia de estos estudios radica en que podríamos conocer el origen de esa deidad".

El especialista también dijo que cada año, en febrero, ocurre un fenómeno óptico que se observa desde el Tlalocan o cerro Tláloc. Durante cinco días, del 7 al 11, tres montañas ubicadas en distintos puntos geográficos forman una sola: el Pico de Orizaba, La Malinche y la Sierra Negra.

 
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