Desastroso, comprometer cosechas, señala experto
Advierten sobre los peligros de intentar producir bioenergéticos
En el campo se pueden producir "energéticos verdes" y no sólo alimentos, pero se necesita una estrategia integrada que incluya otros productos para la elaboración de bioenergéticos y no sólo caña de azúcar y maíz, asentaron integrantes de la Red Mexicana de Bioenergía y de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, en el Foro de Expectativas Agroalimentaria y Pesquera que organizó el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), de la Secretaría de Agricultura.
Sin embargo, se pronunciaron en contra de que se dé prioridad al uso del maíz para la producción de etanol. En el panel denominado Los efectos del cambio climático global en la agricultura, Juan Mata Sandoval, director de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, destacó que no deben comprometerse las cosechas destinadas al consumo humano para los biocombustibles.
"Si se desea entrar al mercado de los biocombustibles y el biodiesel hay otras posibilidades"; en Estados Unidos se destinan, por el momento, grandes volúmenes de maíz porque tiene sobreproducción del grano, y lo mismo sucede en Brasil con la caña de azúcar. Y si en el país se tienen grandes expectativas para la producción de esos "energéticos verdes", hay que buscar los nichos rentables y que el beneficio social sea elevado.
También el director regional para México y Centroamérica del Consejo de Granos de Estados Unidos, Ricardo Celma, se sumó a la advertencia de que se utilizara el grano básico de la dieta de los mexicanos para la elaboración de etanol. Explicó que Estados Unidos aumentó la superficie destinada a la siembra de maíz y espera lograr este año 16 mil 700 millones de galones de etanol y en dos años alcanzar los 19 mil millones de galones, pero hay que considerar que disminuyó en 10 millones de toneladas la producción de sorgo, por ejemplo.
En el caso de México, la decisión de Estados Unidos trajo consigo un efecto positivo para los agricultores, ya que el precio del sorgo se elevó entre 40 y 50 por ciento, por lo que ahora pueden cubrir sus gastos de producción y tener buen margen de ganancia.
Por ese atractivo, es probable que la superficie sembrada con maíz se incremente, pero hay que tener cuidado para que el ciclo de la pobreza no se multiplique por esta situación, ya que podrían talarse los bosques para abrir tierras al cultivo del grano. Mientras, en Estados Unidos ya experimentan con materiales lino celulósicos para elaborar biocombustibles y, aunque mantendrán la infraestructura para etanol a partir del maíz están buscando otras alternativas.
La elaboración de biocombustibles no es para resolver el problema del maíz o de la caña de azúcar, sino para disminuir las emisiones de bióxido de carbono, pero si se encuentra otra tecnología el negocio de los combustibles verdes se termina, advirtió Jesús Brambila Paz, del Colegio de Posgraduados.
Consideró que en México se puede tener suficiente producción de granos para satisfacer el consumo humano y destinar el volumen necesario para los biocombustibles; "estamos avanzando hacia algo nuevo y diferente y no hay que frenarlo", acotó.
En el panel Los efectos del cambio climático global en la agricultura, los investigadores María del Lourdes de la Isla y Mario Tiscareño comentaron que ante las alteraciones climatológicas habrá que seguir buscando las variedades sensibles a las condiciones climatológicas. "Se estima que por dichos cambios habrá una reducción global en los rendimientos de los cultivos que generará desempleo, lo cual podría alcanzar grandes proporciones y provocará la migración ambiental. Ante ese panorama hay que buscar estrategias para compensar esos fenómenos", asentó De la Isla.