Usted está aquí: martes 3 de abril de 2007 Política Aguascalientes, primer eslabón de la cadena de desencuentros en el PAN

Reynoso Femat llega a la mitad de su periodo enfrentado a la estructura de su partido

Aguascalientes, primer eslabón de la cadena de desencuentros en el PAN

Dos grupos del blanquiazul local se disputan lugares políticos y grandes negocios, señalan

ARTURO CANO/ I ENVIADO

Aguascalientes, Ags., 2 de abril. Luis Fernando Reynoso Femat ganó el gobierno, pero perdió el partido. El gobernador de Aguascalientes paga no haber seguido el lema de Felipe Calderón (ganar el gobierno sin perder el partido) y llega a la mitad de su gestión como el solitario de Palacio, enfrentado a toda la estructura del partido que lo llevó al poder.

En diciembre pasado, los panistas locales se convirtieron en noticia al solicitar a su dirección nacional el inicio de un proceso de sanción a Reynoso Femat -que podría culminar con su expulsión del Partido Acción Nacional (PAN)- luego de que el gobernador promoviera la aprobación, mediante el Congreso estatal, de un endeudamiento por 2 mil millones de pesos destinado a diversas obras públicas.

Hoy niegan haber solicitado sanciones al Ejecutivo estatal y los bandos dicen haber pactado la paz, en un episodio que sólo es la culminación de un largo conflicto entre los dos grupos del panismo local, gestado desde que Reynoso Femat era alcalde de la capital y se enfrentaba cotidianamente con el gobernador Felipe González, aquel de la pistola al cinto en actos públicos cuando era subsecretario de Gobernación.

Los panistas contrarios al gobernador se hacen llamar grupo institucional y se reclaman defensores de los "principios de doctrina" de su partido. Para ellos, la deuda solicitada y obtenida por Reynoso Femat es una prueba de que el gobernador se apartó de las tesis de Acción Nacional. Sin embargo, dirigentes de la oposición y aun líderes panistas -aunque éstos, "en corto"- aseguran que el fondo de la disputa son los negocios que al amparo del poder público realizan el mandatario estatal -empresario constructor antes que político- y su grupo.

"La disputa huele mal, no es política, tiene que ver con negocios", dice Antonio Ortega Martínez, diputado federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

"El problema es que les ganó la partida en los negocios", añade Roberto Tavárez, dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Según el priísta, es vox populi que uno de los negocios del gobernador ha sido la compra de terrenos "y la construcción de calles y avenidas para favorecer sus propiedades".

El próximo 15 de abril, en coincidencia con el arranque del principal atractivo de Aguascalientes, la Feria de San Marcos, 5 mil 100 militantes del PAN podrán votar para elegir a su candidato a presidente municipal de la capital, donde se concentra alrededor de 70 por ciento de los electores.

Y la feria es otro de los frentes de conflicto entre los panistas. El ayuntamiento está en manos de los institucionales y el Patronato de la Feria en las del gobernador. Ambos sostienen un diferendo público sobre la zona donde se autorizará el desarrollo de los festejos, que no es otra cosa que un pleito sobre quién cobra impuestos y derechos.

"Ni siquiera se ponen de acuerdo en eso. Y lo hacen para que no haya licencias a tiempo y llegue el municipio a clausurar, le digan al prestador de servicios que su permiso del patronato no vale y entonces, al final maman los dos, el patronato y el ayuntamiento", sostiene Armando López Campa, aspirante a la alcaldía por la alianza PRD-Convergencia por la Democracia.

Los conflictos de la feria y de la deuda "son pretextos, el fondo son los negocios", remata Tavárez.

La defensa de la ortodoxia

Arturo González Estrada comenzó a repartir volantes del PAN a los 15 años de edad. Hoy recuerda con cierta nostalgia que en 1995 el aspirante panista a la alcaldía fue electo por 150 personas, todos los militantes del municipio en ese entonces. Eran tiempos felices.

"Ha llegado mucha gente que nunca había pisado el PAN y que no siente ningún compromiso con el partido", se lamenta ahora González Estrada, cabeza de los institucionales, y aspirante a la alcaldía.

El bando de los heterodoxos lo encabeza, claro, el gobernador Reynoso Femat, priísta hasta 1995 y dueño de una meteórica carrera en su nuevo partido (con 12 años de militancia, lleva seis de gobernante).

El conflicto lo explica mejor la panista Cecilia Franco, coautora de un libro sobre la historia del PAN local: "Las personas que llegaban al partido eran gente con formación. De acuerdo con los estudios que hicimos provenían, principalmente, de grupos religiosos: cristeros, sinarquistas, de la Asociación Católica Juvenil Mexicana, quienes venían con una mística muy fuerte de servicio, con valores arraigados y para ellos era natural participar en política y poner en práctica esas ideas". En cambio hoy, prosigue la también ex directora del DIF estatal, "hay una forma de pensar diferente, que se expresa en una falta de compromiso en todas las organizaciones, se opta más por el bien personal que por el bien común y eso influye en el PAN" (citada en La Nación, revista del PAN).

El pleito ortodoxos versus heterodoxos es a muerte y su capítulo central serán las elecciones internas de candidatos a presidentes municipales y diputados locales.

El actual presidente municipal de la capital, Martín Orozco, quiere la gubernatura (el periodo de Reynoso Femat concluye en 2010), para lo cual requiere que González Estrada, miembro de su grupo, sea su sucesor, pues en Aguascalientes el alcalde del principal municipio del estado siempre ha sido una suerte de vicegobernador.

Los institucionales quieren amarrar al gobernador mediante el Congreso local, donde Reynoso Femat ha logrado mayoría pactando con otros partidos, como PRI y PRD, y con algunos legisladores panistas (seis de 16 votaron por el endeudamiento y cinco de ellos fueron castigados con la suspensión de sus derechos partidistas).

A pesar de todos estos hechos, González Estrada dice que en el PAN estatal no han habido "enfrentamientos desgarradores" y pone como prueba las muchas iniciativas del gobernador aprobadas por los legisladores de su bando.

El aspirante a la alcaldía reduce el conflicto a dos temas: el endeudamiento, que terminarán pagando los gobiernos venideros, y los ingresos de la feria.

En el primer caso, insiste en que ellos se opusieron "porque no podemos caer en lo que criticábamos cuando éramos oposición". Sobre la feria explica que ellos se opusieron a que se prolongue una semana más (para completar el mes), como ya decidió el gobernador.

Una semana más de feria implica ganancias millonarias para los hoteleros y otros prestadores de servicios turísticos, pero ocasiona, dice González Estrada, "muchos problemas a los vecinos y conflictos laborales".

Conocido por no atacar abiertamente a sus adversarios, González Estrada dice que ellos sólo hicieron público su desacuerdo con la contratación de deuda: "esta contratación no corresponde con la actuación que debe observar un gobierno panista".

-¿No pidieron iniciar un proceso de expulsión?

-No existe ni nunca existió una solicitud de exclusión del gobernador. Lo único que se manifestó fue ese deslinde, que algunos medios lo interpretaron como un rompimiento y como que el gobernador ya no es panista. Según Martín del Campo, el gobernador sí podía ser sancionado.

A lo largo de tres meses, diversas figuras del panismo local se manifestaron en el mismo sentido, mientras Reynoso Femat buscaba el cobijo de la dirección nacional del PAN y de Los Pinos. Pero en las semanas recientes, dice Martín del Campo, se dieron "acercamientos".

Finalmente, el pasado jueves 29 de marzo el líder estatal se reunió con el gobernador. Al salir de la junta privada ambos se tomaron la foto y Martín del Campo alegró las planas de los periódicos locales: "Aquí todos somos panistas, no unos son de uno y otros son de otro".

Para entonces ya se había desatado el pleito público entre el Comité Ejecutivo Nacional del PAN y la Secretaría de Gobernación, luego que los dirigentes panistas acusaran al gobierno, emanado de su partido, de entrometerse en la elección de consejeros nacionales con vistas a la renovación de la dirigencia panista.

Mientras, Martín del Campo anticipaba una reunión entre el alcalde y el gobernador para resolver de una buena vez el problema de la feria y su "perímetro".

 
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