Usted está aquí: jueves 15 de marzo de 2007 Política Diversos sectores califican la visita de Bush de ''oportunista y demagógica''

Mucho ruido mediático y pocas nueces; se confirmó su negativa a renegociar el TLCAN

Diversos sectores califican la visita de Bush de ''oportunista y demagógica''

En el aire, el acuerdo migratorio; el encuentro con Calderón, ''pura parafernalia'', señalan

Alma E. Muñoz, Matilde Pérez, Carolina Gómez, Víctor Ballinas y Alonso Urrutia

Ampliar la imagen Protesta en Mérida, en demanda de la liberación de jóvenes detenidos el pasado martes Foto: José Carlo González

La visita a México del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, cumplió con todas las expectativas previstas, es decir, confirmó que a Estados Unidos no le interesa ni una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ni la pronta instauración de un acuerdo migratorio que respete los derechos humanos de los migrantes, consideraron diversos sectores sociales, gremiales y políticos, para los cuales la estancia del jefe de la Casa Blanca no fue más que ''parafernalia con mucho ruido y pocas nueces''.

Asimismo, criticaron que Bush venga ahora, en el ocaso de su gestión, a tratar asuntos que durante sus dos administraciones fueron relegados a fin de favorecer su denominada lucha contra el terrorismo. En este sentido estimaron que es ''poco creíble'' que ahora, cuando ya se va, haya notado la importancia de los aspectos descritos, más aún cuando ya comenzó la construcción del muro fronterizo, y sostuvieron que la mejor parte de su visita fue su partida de tierra mexicana.

En torno a esto, el coordinador del Congreso Agrario Permanente (CAP), Gerardo Sánchez, lamentó que el presidente Felipe Calderón Hinojosa no defendiera ante Bush la demanda campesina de revisar el capítulo agropecuario del TLCAN, ni sostuviera una postura de mayor dureza ante la construcción del muro en la frontera norte. La visita de George W. Bush fue tardía, pero además ''hay muy pocas posibilidades de concretar acuerdos migratorios con él, porque en breve dejará la presidencia'', dijo.

La Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Comité Ciudadano Democrático y la Coalición Nacional de Organizaciones Rurales y Pesqueras sostuvieron que la visita tuvo un ''carácter oportunista y demagógico''.

Otros gremios de la UNT e integrantes del Frente Sindical Mexicano (FSM) coincidieron en que la presencia de Bush aquí ''no fue para tender puentes de ayuda, sino para afianzar aún más su dominio en la región'', y consideraron que las promesas que hizo, especialmente sobre migración, no fueron ni serán más que propósitos que ''no se concretarán'', y celebraron la partida del presidente de Estados Unidos.

En este sentido, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) sostuvo que la visita ''no fue de buena voluntad, pues no vino a colaborar en la solución de problemas, sino a hacerlos más grandes y profundos, porque Bush no vino como amigo de América Latina, por lo cual su sola presencia significa intimidación y amenaza''.

La Alianza de Tranviarios de México (ATM) deploró la actitud ''de tapete'' del gobierno mexicano, más aún ahora con la construcción del muro. Benito Bahena, secretario general de ese gremio, consideró que Calderón ''debió haber sido más claro en sus demandas, en especial en exigir respeto para trabajadores migrantes''.

Por su parte, la Red Nacional de Organismos de Derechos Humanos Todos los Derechos Para Todos, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos y el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, manifestaron que el planteamiento de Bush, de impulsar la reforma migratoria, ''está fuera de tiempo; la reforma está en el Congreso y es ahí donde se debatirá''.

Edgar Cortez, secretario ejecutivo de la red, consideró que ''no hubo un reconocimiento de todo el tiempo que se perdió, fueron otras las prioridades y no la reforma migratoria'', y manifestó que el reclamo de Calderón en el tema referido ''no fue suficiente''.

Miguel Concha, presidente del Centro Vitoria, dijo que está por verse que haya de verdad una reforma migratoria, la cual ya no depende de Bush, pues el tema está en el Congreso.

Por su parte, Leonel Cota Montaño, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), afirmó que ''hubo mucho ruido y muy pocos resultados'', y subrayó que es ''grave'' que el encuentro de los mandatarios resultara ser una ''parafernalia''. No obstante, pidió al mandatario mexicano dar cuenta del contenido de las reuniones que a puerta cerrada sostuvo con su homólogo estadunidense. Dijo que hubo mucha ''campaña mediática'', pero ninguna solución a los problemas migratorios, y condenó que Bush se negara a la renegociación del Tratado de Libre Comercio.

En Morelia, Michoacán, el gobernador Lázaro Cárdenas Batel manifestó que a George W. Bush le debe quedar claro que el muro de poco les servirá si el gobierno estadunidense no aplica una política económica de integración, y que lo que se requiere es construir una relación sobre bases de equidad, de respeto mutuo, y en ese entendido el tema del muro no es de ninguna manera una buena señal.

En el rubro de la lucha contra el narcotráfico, el secretario general adjunto del Partido Acción Nacional (PAN), Carlos Abascal, precisó que la demanda mexicana sobre que el gobierno de Washington asuma un mayor compromiso en este aspecto es importante, porque esta materia compete a los países consumidores, productores o de tránsito. Para Abascal, la postura asumida por Calderón fue ''acertada''.

 
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