Usted está aquí: martes 13 de marzo de 2007 Política ''Ya no hay que ir a EU para que nos traten mal''

Indignación de ciudadanos de Mérida por el ''estado de sitio''

''Ya no hay que ir a EU para que nos traten mal''

Marcha de estudiantes y otros sectores recorre la ciudad

FABIOLA MARTINEZ, JOSE ANTONIO ROMAN; LUIS BOFFIL ENVIADOS, CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Rechazo juvenil en la capital yucateca al visitante estadunidense Foto: José Carlo González

Mérida, Yuc., 12 de marzo. "¡Qué vergüenza! Ahora resulta que no es necesario ir a Estados Unidos para que nos traten mal", exclama furioso un taxista al momento de desviar su ruta para sortear el operativo montado por cientos de elementos de seguridad en la zona hotelera de esta capital, a unas horas del arribo del presidente George W. Bush.

El descontento de los meridanos es generalizado: ciudadanos que no pueden ingresar a sus lugares de trabajo sólo por no estar inscritos en la lista que hojean los elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP); mujeres y ancianos que tienen que identificarse para ingresar a su colonia, y pequeños empresarios a los que les obligaron a cerrar sus comercios.

"¡No puede ser! Es como si yo fuera a su casa de visita y ordeno que se hagan las cosas como a mí me da la gana. Esto es injusto, burlan nuestro territorio, nuestras costumbres, nuestros valores! ¡Qué cabezota de nuestro Presidente (Calderón), nos salió mentecato!'', exclama Patricia, dueña de una papelería cercana al Paseo Montejo, a una cuadra de donde arrancó una marcha en la que retumbó una y otra vez la consigna: ''¡Bush, asesino!''

Pero la participación política y la movilización popular no es una característica de esta entidad; ayer salieron a marchar unas 300 personas, la mayoría jóvenes. Así ha sido siempre, explica Pedro Echeverría, historiador jubilado de la Universidad Autónoma de Yucatán y activista de toda la vida.

Salvo en la Guerra de Castas, agrega, los movimientos sociales nos han llegado del centro. Aquí no hubo Revolución, sino un simple reconocimiento de la caída de Porfirio Díaz. Acá, donde se le dio cobijo a Carlota cuando su esposo Maximiliano era perseguido por los juaristas, es una tierra que ve pasar a lo lejos las luchas y coyunturas; es zona permeada infinitamente por la ideología conservadora de la Iglesia católica y de la derecha panista, fundamentalmente.

El panorama por el arribo del visitante incómodo sólo enfada y mantiene tensos a los habitantes de esta capital; en cada esquina de las principales avenidas permanecen elementos del Estado Mayor Presidencial ataviados con overol y gorra negra; rondan los militares y los guardias estadunidenses. En tanto, muchos de los policías estatales siguen desarmados. Trascendió que el gobierno de Patricio Patrón dará a sus uniformados un "pago extra" de 30 pesos por jornada de custodia.

Varias colonias permanecen en virtual estado de sitio, planteles educativos ubicados en la periferia de los hoteles Hyatt y Fiesta Americana, suspendieron sus actividades hasta el jueves próximo, cuando Bush ya no esté. A miles de vecinos de la zona les "pidieron" que se recluyeran en sus casas y que sólo salieran en caso de "fuerza mayor", a fin de no entorpecer las medidas de resguardo, mientras que los vehículos que transitan por el área son revisados de manera exhaustiva.

Una muestra del megaoperativo se evidencia en el aeropuerto Manuel Crescencio Rejón; funcionarios de esta terminal aseguraron que esta noche custodian el área cerca de 3 mil elementos de ambas naciones, aunque desde hace tres días el Estado Mayor Presidencial asumió el control. Dijeron que el itinerario aeroportuario no sería modificado, salvo la anticipación de un vuelo de Continental, procedente de Houston.

Mérida conoció hoy la férrea estrategia antimarchas, el cerco, el virtual estado de sitio y parálisis de las actividades cotidianas, ideado por Jorge Cuevas, subjefe operativo del EMP. Como ocurrió en Cancún, en la reunión de la Organización Mundial de Comercio -septiembre de 2003-, fueron colocadas decenas de vallas metálicas de aproximadamente tres metros de altura, amarradas con cadenas y remaches de acero. En aquella ocasión se quitó la vida, frente a los uniformados, un agricultor coreano en protesta por la ruina de los suyos ante la vorágine globalizadora.

Esta vez, los integrantes de la marcha sólo gritaron a todo pulmón en contra de Bush y el gobierno de Calderón; realizaron algunas pintas con aerosol, mientras que una veintena de jóvenes -algunos con el rostro cubierto- se aventaron al acero, como arietes. Por la tarde, integrantes del grupo ecologista Greenpeace realizaron una manifestación frente a la Catedral, con un performance y discursos de protesta.

Luego, llegó a esta capital, "a título personal", Gerardo Fernández Noroña, secretario de Comunicación perredista, para entregar dos ''regalos'' a los mandatarios: para Calderón, un tapete afelpado, a fin de que "el espurio, el presidente de facto, no se lastime al momento de arrodillarse ante Bush". Para el estadunidense, trajo soldaditos de plástico para que, "como dicen los sicólogos, haga terapia ocupacional en sus afanes por invadir a los países". Fernández Noroña sólo alcanzó a medio treparse a una de las vallas y desde ahí aventó los soldaditos.

En punto de las siete de la noche empezó a juntarse la gente en el parque Santa Ana, cerca del Paseo Montejo. A ese punto llegaron decenas de jóvenes, muchos de ellos de la universidad estatal y otros, se dijo, provenientes del Distrito Federal y de Cancún, así como integrantes del PRD local. Eran pocos pero enjundiosos; varios insistían en que su protesta era cultural, pacífica. Algunos se caracterizaron de la "muerte" que lleva como marioneta a los presidentes repudiados.

En la vanguardia abundaron las pancartas, banderas de México y Estados Unidos, así como varias imágenes de los niños asesinados y mutilados en la guerra en Irak. Eran pocos pero retumbaba fuerte: ¡Yucatán no es cuartel, fuera ejército de él!'' ''Eres el terrorista número uno'' ''¡Bush, pelaná!'', palabra que explicaron es lo peor que se puede escuchar aquí y que quiere decir malnacido.

Al llegar al resguardo de las comitivas presidenciales, justo en la bocacalle que da al Hyatt, los manifestantes se detuvieron. Algunos gritaban ¡no violencia! Pero los chavos no se aguantaron y empezaronn a patalear y a soltar puñetazos al cerco de acero. Avanzaron al Monumento a la Patria y ya de regreso hicieron pintas al local otrora sede de la representación estadunidense. Por esos hechos la policía estatal reportó la detención de cuatro personas.

Pero el coraje no paró ahí, se trasladaron al Zócalo para continuar con la protesta con el grito unánime: ''¡Gobierno panista, cachorro imperialista!''

Protestas en varios estados

Con pancartas que decían "Bush go home" y "Calderón no vendas la nación", alrededor de 350 personas marcharon ayer en Jalisco y Tamaulipas. Asimismo, en el municipio yucateco de Peto, familiares de migrantes protestaron por la "cacería" de indocumentados que realiza el gobierno de Washington.

En Guadalajara, frente al consulado estadunidense, los manifestantes rechazaron la política bélica del texano y guardaron un minuto de silencio por los migrantes mexicanos muertos. Mientras tanto, en la barda del consulado en Nuevo Laredo los inconformes colocaron soldaditos para que Bush se "se ponga a jugar a las guerritas y deje de estar matando tanta gente".

(J.C. García y C. Figueroa, corresponsales)

 
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