Usted está aquí: jueves 8 de marzo de 2007 Cultura ''Todo hombre en el poder es humano, aunque nadie se atreva a tocarlo''

Pasito tun tun, primera novela corta del agente de seguridad Guillermo Rubio

''Todo hombre en el poder es humano, aunque nadie se atreva a tocarlo''

MONICA MATEOS-VEGA

La violencia desatada por el narcotráfico y la policía, la corrupción, el escándalo político y mucho humor negro rodean a El Yaqui, el sicario protagonista de la novela Pasito tun tun, de Guillermo Rubio (Sonora, 1949).

La historia fue concebida con el único fin de cautivar al lector común, no a los críticos literarios, señala el autor en entrevista. Por tal motivo, el libro publicado por Tiempo Extra Editores se ha distribuido primero en puestos de revistas; ya después llegará a los locales cerrados y a las librerías.

Rubio, un agente de seguridad que descubrió en las letras su verdadera vocación, explica que con esta narración, además de divertir a quien la conozca, hace evidente que cualquier político o cualquier hombre en el poder ''al final, es humano, igual que nosotros, aunque nadie se atreva a tocarlos".

El asesinato de José Franciso Ruiz Massieu, ocurrido en 1994, dio la pauta al autor para inventar una historia ''donde la maldad que encarna el personaje va más allá de los marcos anecdóticos (...) El Yaqui es simpático, guapo, valiente, mujeriego, leal, cumplidor y vive un infierno sin aspiración espiritual, sin paraíso posible con el que dialogar, salvo la escritura", opina la narradora colombiana Ana María Jaramillo, en la contraportada del libro.

Veleidades de los políticos

Guillermo Rubio agrega que incursionó precisamente en el género policiaco, porque ''luego de 30 años de policía tiene que haber en mi personalidad algo negro también, sobre todo por haber sobrevivido en ese ambiente, que es muy oscuro. Novelas de amor no creo que pueda escribir, a mi edad es más fácil imaginar algo violento que algo romántico.

''Aunque, como ejercicio, no descarto intentar hacer un cuentito sobre un gran amor, pero eso sí, sin embellecer tanto las palabras, porque he pensado en tomar talleres, pero siento que me van a dañar en lo que yo ya traigo. He tratado de plasmar lo que he visto en la realidad: los políticos hablan de una manera en público y de otra cuando están sentados en una cantina, ahí uno se podría preguntar, ¿este es el hombre que respeta o que teme la gente, si sólo es un monigote?

''Este texto viajó conmigo por varias partes de la República y por primera vez fue terminado entre patrullajes en la selva Lacandona, en Benemérito de las Américas, Chiapas. Puedo presumir que lo he escrito en su totalidad cuatro veces y ha sido objetado por varias casas editoras. Ante tales rechazos me motivé más a seguir escribiendo otras cosas, he llegado a tener varios proyectos terminados, es una terquedad mía que Pasito tun tun sea mi primera novela corta publicada."

Rubio admite que se contagió ''con el virus benigno de crear" durante los seis años que estuvo comisionado por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal para prestar sus servicios en La Jornada.

Entonces conoció, ''desde premios Nobel, hasta pintores, poetas, dramaturgos, narradores, actores, directores de cine y bellos seres humanos, en fin, todos, muchos, por todos lados, ¿se puede no salir contaminado? El que anda con lobos a aullar se enseña".

El libro Pasito tun tun, de Guillermo Rubio, se presenta este jueves a las 20 horas en La Faena, sitio ubicado en Venustiano Carranza 49-B, entre Isabel la Católica y Bolívar, Centro Histórico. Participan Ana María Jaramillo, Carlos Payán, José María Espinasa, Rafael Barajas, El Fisgón, y Federico Campbell.

 
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