Por primera vez se conocían oficialmente los nombres de los seis contendientes

El pleno de la Corte elige hoy a su presidente para los próximos 4 años

Guillermo I. Ortiz Mayagoitia obtendría la mayoría de votos, según fuentes judiciales

JESUS ARANDA

El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) elegirá hoy a su presidente para los próximos cuatro años; por primera vez en un proceso de este tipo, se conocen de antemano y de manera oficial los nombres de los contendientes (seis), quienes en diciembre pasado hicieron públicos sus proyectos de trabajo. Se prevé que en la primera ronda de votación los aspirantes voten por sí mismos, y en rondas posteriores alguno de ellos logre la mayoría de seis votos para suceder en el cargo a Mariano Azuela Güitrón.

De acuerdo con fuentes judiciales consultadas, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia tendría la mayoría de votos, seguido de cerca por Juan N. Silva Meza; de confirmarse esta tendencia se mantendría la jetatura histórica que han mantenido los ministros de la segunda sala de la SCJN (administrativa y laboral) en perjuicio de los que integran la primera sala (penales y civiles), ya que en los últimos años, ninguno de los que ha presidido el máximo tribunal ha pertenecido a esta última.

Según fuentes judiciales de primer nivel, Mayagoitia y Silva Meza se caracterizan por tener una sólida formación jurídica; ambos tienen carrera judicial e iniciaron desde modestos puestos hasta llegar a magistrados de circuito antes de ser elegidos para integrarse a la Corte.

Aun cuando ambos se perfilan como favoritos, funcionarios consultados comentaron que Sergio Salvador Aguirre Anguiano podría dar la sorpresa, particularmente porque se sabe que cuenta con el apoyo de Azuela Güitrón y convertirse en una opción en favor de la "continuidad".

Una vez establecido el requisito formal de presentar un plan de trabajo, además de los tres mencionados, se sumaron a la contienda Olga Sánchez Cordero, Sergio Salvador Valls Hernández y José de Jesús Gudiño Pelayo, quienes según información recabada en el máximo tribunal cuentan con muy pocas posibilidades. Hay quienes consideran que en caso de que Silva Meza no sea el elegido, la opción de "cambio" sería la ministra.

Se estima que después de una primera ronda en que se espera que cada uno de los seis vote por sí mismo, se pasará a una segunda fase en donde se estima que Ortiz Mayagoitia sume al menos los apoyos de Margarita Beatriz Luna Ramos, José de Jesús Gudiño Pelayo, José Ramón Cossío y José Fernando Franco González Salas. Estaría pendiente el voto de Azuela, ya que podría hacerlo por Aguirre Anguiano.

En tanto, Silva Meza tendría a su favor los votos de Genaro David Góngora Pimentel, Olga Sánchez Cordero y Sergio Valls Hernández.

Según los funcionarios consultados, si ninguno de los candidatos suma los seis votos, entonces la elección del presidente quedaría sujeta a acuerdos de última hora, declinaciones o al fortalecimiento de algún candidato que inicialmente no figuraba.

La diferencia entre los dos aspirantes punteros, explicaron los informantes, radica en que Ortiz Mayagoitia cuenta con el apoyo de Azuela Güitrón y seguiría las líneas generales de trabajo del ahora ex presidente de la SCJN, como sería la aplicación "estricta del derecho", en la que el máximo tribunal ha evitado tomar decisiones que impliquen interpretaciones del derecho que vayan en contra del statu quo; además de mantener una postura de bajo perfil en relación con los otros poderes.

También, que la Corte se mantendría ajena a los problemas crecientes que enfrenta el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) ­que también encabeza el presidente de la SCJN­, ello a pesar de los crecientes problemas presentes en la formación de jueces y magistrados federales y el creciente deterioro en la impartición de la justicia.

Por otro lado, según los entrevistados, Silva es más crítico respecto de la Corte y en lo que se refiere a la actividad del CJF. Recordaron que hace unos meses, éste llamó la atención del pleno en cuanto a la mala calidad de los exámenes de oposición que se aplican a los aspirantes a juzgadores federales y el deterioro laboral que sufren jueces y magistrados.

Cuando le tocó conocer, en la primera sala, el asunto relacionado con la no prescripción del delito de genocidio, Silva planteó el reconocimiento sin restricciones de ese ilícito como delito de lesa humanidad ­aun y cuando se aplicara de manera retroactiva­, pero sus compañeros optaron por una solución en el sentido de que tal delito sólo se podía juzgar a partir de que nuestro país suscribió el convenio internacional en la materia, lo que canceló la posibilidad de enjuiciar a los responsables de la matanza de Tlatelolco, de 1968, y del jueves de Corpus, de 1971.