Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 10 de diciembre de 2006 Num: 614


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
El hilo rojo
MÓNICA LAVÍN
La historia de Kostas G.
CARLOS CHIMAL
Salvador
SALVADOR CASTAÑEDA
Suéter
CARLOS PASCUAL
Andrés Henestrosa, el libro y la lectura
JUAN DOMINGO ARGÜELLES
Al vuelo
ROGELIO GUEDEA
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Y Ahora Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Tetraedro
JORGE MOCH

(h)ojeadas:
Reseña de Enrique Héctor González sobre De la cima a la sima


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EL ÚLTIMO MEMORÁNDUM DE RUMSFELD

A MANERA DE ADIÓS

El último día de noviembre de 2006, finalmente el presidente Bush tuvo la muy esperada respuesta del Grupo Bipartidario de Estudio para Irak, dirigido por James Baker y Lee Hamilton, el cual tenía por misión ayudar a la Casa Blanca a resolver el caos que han provocado en ese país de Oriente cercano. El grupo alcanzó consenso y recomendó de manera categórica la retirada gradual de las quince brigadas de combate estadunidenses, aunque no determinó cuándo. Bush respondió que esa opción ni siquiera sería considerada. Pocos días después el New York Times, en otra de su ya características revelaciones oportunamente tardías, publicó en la primera plana que el propio Donald Rumsfeld, el universalmente despreciado ex secretario de Defensa que está a punto de ser acusado de crímenes de guerra, había mandado un memo a la Casa Blanca, dos días antes de ser corrido, en el que proponía "ajustes mayores". El bravucón arrogante que defendió el uso de un mínimo de tropas para tomar Irak, que justificó los catastróficos saqueos de ministerios cuando se colapsó el gobierno de Hussein, que dijo que no pensaba que esta guerra duraría ni seis meses y que solapó la tortura en Abu Ghreib escribió: "Claramente, lo que las fuerzas de eu están haciendo en Irak actualmente no está funcionado suficientemente bien o suficientemente rápido." El memo refleja bien el tono que caracterizó a este singular burócrata: la agresión condescendiente (hay que marear a la opinión pública), el paso de responsabilidades (la culpa la tienen los iraquíes por lo cual proponía castigar el "mal comportamiento" recortando los fondos de reconstrucción), el plagio de ideas (en un caso toma prestado el concepto demócrata de retirar tropas a áreas seguras para constituir una "fuerza de reacción rápida", y en otro propone hacer "como hacía Hussein": sobornar líderes religiosos y políticos), y la nula capacidad de formular propuestas mínimamente inteligentes ("Aumentar significativamente el número de asesores y entrenadores militares", el recurso que tan exitoso resultó en Vietnam. El documento ofrece una visión de las últimas horas de Rumsfeld en el poder, cuando aparentemente no esperaba ser corrido y pensaba que le tocaría en julio de 2007 reducir la presencia estadunidense en Irak, de las cincuenta y cinco bases militares existentes hoy, a tan sólo cinco.

PRIMERO LA PROPAGANDA

Pero sin duda lo que más llama la atención del memorándum escrito el 6 de noviembre, es que el secretario de la Defensa estaba mucho más obsesionado con utilizar métodos propagandísticos para distraer la atención del público, que estrategias militares para "ganar la guerra". Para "bajar las expectativas del público" Rumsfeld recomienda "reconfigurar la misión y los objetivos militares de eu (la manera en que se habla de ellos) ser minimalistas". También aconsejaba que se hiciera lo que se hiciera se anunciara a los medios que se trataba de una prueba: "Eso nos daría la habilidad de reajustar y cambiar de curso si fuera necesario y de esa manera ‘no perder.’" Así, el propagandista mismo se convirtió en una víctima de esos constantes "reajustes y cambios de curso" al verse sacrificado pocos días después de que Bush dijo que estaba haciendo un trabajo extraordinario y haber asegurado que Rumsfeld se quedaría hasta el término de su período.

LAS RATAS DEL NAVÍO

Lo que resulta increíble es ver cómo Bush se está quedado solo, como él mismo predijo hace algunos meses, apoyado únicamente por su esposa y su perro, en la terca fantasía de perseverar hasta alcanzar una victoria que no es capaz de definir, en una guerra contra un enemigo que no ha podido descifrar. A estas alturas su fiel equipo de geniales neocons, Paul Wolfowitz, Doug Feith y Richard Perle, principalmente, han desertado de esta misión desquiciada que justificaron con argucias intelectuales y embates demagógicos. Incluso el gran maestro del fiasco político y hurí del Grupo Bipartidario de Estudio para Irak, Henry Kissinger, a quien la Casa Blanca reclutó como principal consejero, declaró el 20 de noviembre pasado a la bbc que la guerra no podía ganarse, que las políticas fallidas de Bush en Irak estaban conduciendo a la región a consecuencias desastrosas que pesarían por muchos años. "Si usted quiere decir con ‘victoria militar’ que un gobierno iraquí pueda ser establecido para que rija el país entero, controle la guerra civil y la violencia sectaria en un período de tiempo que las democracias puedan apoyar, entonces eso no es posible", dijo el ex secretario y coautor intelectual de la guerra de Vietnam.