Usted está aquí: domingo 10 de diciembre de 2006 Sociedad y Justicia Aumenta el consumo de drogas entre jóvenes que cruzan a EU

Más de 60% comienza a ingerirlas en esa nación

Aumenta el consumo de drogas entre jóvenes que cruzan a EU

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Los adolescentes que han logrado cruzar la frontera con Estados Unidos saben que las drogas son algo prohibido e ilegal; sin embargo, casi una cuarta parte de ellos las consume y la frecuencia aumenta durante su estancia en aquel país. Destaca el caso de la mariguana, que es consumida por 4 por ciento de los jóvenes antes de cruzar, aunque la cifra aumenta a 23 por ciento mientras se encuentran en territorio estadunidense.

Resalta también el hecho de que la mayoría de los jóvenes repatriados tiene un nivel de estudios de secundaria y bachillerato, y que la mitad estudió en el último año en Estados Unidos y habla inglés.

Estos son algunos de los resultados de la investigación sobre el consumo de drogas entre los adolescentes que migran a Estados Unidos, realizada por los Centros de Integración Juvenil.

Los menores fueron entrevistados en las ciudades de Tijuana, Mexicali, Nogales y Ciudad Juárez. Participaron 160 jóvenes de la frontera noroccidental del país y 56 repatriados, todos de entre 12 y 17 años de edad. Más de 70 por ciento eran varones.

La investigación presentada en el Congreso Internacional de Adicciones reportó que la edad promedio de los menores que radican en la frontera era de 14 años, mientras que entre los repatriados era de 16. Entre ambos grupos existen claras diferencias sociodemográficas, y en función de ellas se obtuvieron respuestas variadas con respecto al consumo de drogas.

Los adolescentes que vivían en la zona fronteriza y tenían intenciones de cruzar a Estados Unidos reportaron una escolaridad de primaria en 43.8 por ciento de los casos, mientras un porcentaje similar había concluido la secundaria. Casi 10 por ciento hablaba una lengua indígena y antes de migrar todos vivían en familia.

Fácil, adquirir drogas en México

Con relación al consumo de drogas, la mitad de este grupo dijo que éstas son "algo malo, que hace daño", y mencionaron con mayor frecuencia la mariguana, cocaína, metanfetaminas, solventes inhalables y crack entre las más comunes.

Más de la mitad de los entrevistados declaró que, en general, en territorio nacional es fácil adquirir estas sustancias, pero en la frontera sólo 37 por ciento opinó en este mismo sentido. De hecho, 40 por ciento de los jóvenes consideró "difícil" el acceso a los estupefacientes.

Cuestionados sobre el consumo, 5.6 por ciento de los adolescentes aseguró haberlas ingerido alguna vez en su vida, pero antes de llegar a la zona fronteriza.

Los menores repatriados que vivieron más de tres meses en Estados Unidos y fueron "devueltos" a México tenían 16 años en promedio. La mitad tenía estudios de secundaria y 27 por ciento de bachillerato; 50 por ciento estudió al menos un año en Estados Unidos y hablaba inglés.

Sólo 5.4 por ciento hablaba una lengua indígena. La mayoría era originaria de los estados de Chihuahua, Durango, Oaxaca y Zacatecas.

De quienes lograron llegar a Estados Unidos y fueron deportados, 62.5 por ciento informó haber laborado en los sectores de la construcción y los servicios, y 60 por ciento planeaba volver a cruzar.

Reconocen el riesgo de consumirlas

En cuanto al motivo de la encuesta, es decir, el consumo de las drogas, 85.7 por ciento consideraron que son "algo prohibido, cosas ilegales y un mal que acecha a los jóvenes", y más de 70 por ciento de los adolescentes opinó que el acceso a los enervantes es relativamente sencillo en México y en Estados Unidos.

Asimismo, 23.2 por ciento reconocieron haberlas ingerido alguna vez, de los cuales 61.5 por ciento lo hicieron por primera vez en Estados Unidos y 38.5 por ciento en México.

Entre quienes las consumían antes de cruzar la frontera, 7.1 por ciento mencionó la mariguana, pero una vez en Estados Unidos esta cifra se triplicó (23.2 por ciento); el consumo de cocaína pasó de 3.6 a 7.1 por ciento y el de éxtasis aumentó de 1.8 a 3.6 por ciento. En cambio, el uso de solventes se redujo de 3.6 a 1.8 por ciento.

Los investigadores Ricardo Sánchez Huesca, Jorge Luis Arellánez Hernández, Edith María Ramón Trigos, Verónica Pérez Islas y Solveig E. Rodríguez Kuri resaltaron que antes de migrar los jóvenes entrevistados vivían con su familia. No son jóvenes sin educación o en situación de calle, señalaron.

Resaltaron que la mayoría consideró que el propósito de la migracón es reintegrarse "a la familia de allá", trabajar y estudiar. Estos datos, apuntaron los expertos, deberían tomarse en cuenta en el diseño de las políticas migratorias.

 
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