Usted está aquí: miércoles 29 de noviembre de 2006 Cultura Hugo Gutiérrez Vega reivindica a literatos

Presentaron Esbozos y miradas del Bazar de asombros, nuevo libro del poeta

Hugo Gutiérrez Vega reivindica a literatos

CECILIA DURAN LA JORNADA JALISCO

Guadalajara, Jal., 28 de noviembre. Hugo Gutiérrez Vega ''se puede definir como un exceso prodigioso; abogado, diplomático, funcionario cultural, poeta, teatrero, conversador divertidísimo y aplastantemente culto''.

De esta manera describió Guillermo García Oropeza al poeta durante la presentación de su libro Esbozos y miradas del Bazar de asombros.

En un ambiente alegre, el presentador hizo un repaso por el texto, el cual reúne las columnas de Gutiérrez Vega publicadas en el suplemento La Jornada Semanal.

''La primera parte, los esbozos, habla inevitablemente de poesía. Se inicia con un ensayo sobre Efrén Rebolledo, aquel poeta del siglo pasado que es poco conocido, excepto por los privilegiados. Rebolledo es un poco un modelo de Hugo, diplomático y poeta, con un elegante erotismo. Tiene habilidades ocultas como aquellas que existían entre Borges y Lugones, en las letras argentinas", dijo García Oropeza.

De Rebolledo pasa a Gorostiza, quien en vez de hacer muchos libros, prefirió escribir un poema, el poema definitivo de la poesía mexicana Muerte sin fin. Viene enseguida Yáñez, pero no el de Al filo del agua sino el de Genio y figuras de Guadalajara.

De México pasa a la poesía rusa de la edad de plata, que fue aplastada por el estanilismo, y luego hace el retrato de un gay espectacular, que además, para colmo de males es argentino, y a Arreola se lo lleva a Zapotlán y Hugo nos confirma que La feria es una de las mayores novelas mexicanas.

Del Zapotlán de Arreola se va a los altos de Azuela, y de los altos a Roma, para homenajear a un dramaturgo italiano y gay y a una poeta loca, una señora que a una edad inconveniente le gustaba mostrar los pechos, lo cual es una locura inocente.

Luego vuelve a México para reivindicar a uno de los mexicanos del siglo XX, don Jaime Torres Bodet, quizá debido a su envidia por su éxito como hombre público, Gutiérrez Vega es generoso con él.

Muy importante es su ensayo sobre Kazantzakis, gran griego sucesor de Homero, quien hizo una secuencia de La Odisea y ha escandalizado tanto a las buenas conciencias con La última tentación de Cristo.

Muchos de los retratos literarios de Hugo Gutiérrez Vega son tan personales como su viñeta de Manuel Puig, que sirve para añorar a Río de Janeiro y al cine visto con amigos.

García Oropeza agregó: ''pero basta de literatos para irnos a comer y Hugo nos sirve un banquete en seis tiempos con comida mexicana y oriental. Aun comiendo es erudito y sabe las palabras y recetas más extrañas, lástima que él como yo, por tragones, fuimos castigados con dietas de seminaristas pobres".

Emocionado y rodeado de amigos, para finalizar el acto Gutiérrez Vega leyó un texto que se ubica en Lagos de Moreno en la época de su infancia, cuyo título es Pepe y el pésimo jinete.

 
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