Usted está aquí: sábado 11 de noviembre de 2006 Política Francotiradores asesinaron al esposo de maestra oaxaqueña, indica informe

Fiscalía especial desmiente versiones de la procuradora estatal de justicia

Francotiradores asesinaron al esposo de maestra oaxaqueña, indica informe

José Jiménez recibió nueve disparos con trayectoria de arriba a abajo; uno en el corazón

OCTAVIO VELEZ, ENRIQUE MENDEZ, GUSTAVO CASTILLO

Oaxaca, Oax., 10 de noviembre. Las conclusiones periciales de la averiguación previa 46/2006, iniciada por la Fiscalía Especial para Asuntos Magisteriales (FEPAM) de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) echan por tierra las versiones de su titular, Rosa Lizbeth Caña Cadeza, quien conjeturó que el mecánico José Jiménez Colmenares habría muerto durante una riña con los propietarios y trabajadores de la Clínica Santa María por ingresar a orinar al estacionamiento de su bodega. En realidad fue baleado por presuntos policías en una marcha del movimiento magisterial y popular en agosto pasado.

De acuerdo con la autopsia practicada, la víctima recibió nueve disparos de arma de fuego y no uno, como se había reportado. Los balazos "tuvieron una dirección de arriba hacia abajo en diferentes ángulos" y "efectuados a larga distancia". Es decir, fueron hechos por francotiradores.

Jiménez Colmenares, esposo de una maestra, falleció a causa de que, de los nueve disparos, uno de calibre 22 cobrizado le provocó "hemorragia interna en cavidad torácica por perforación de la víscera cardiaca, pulmones y grandes vasos".

Sin embargo, el arma que fue exhibida a la prensa después de ser decomisada a uno de los asesinos por los propios participantes de la movilización, no aparece entre los objetos investigados en la indagatoria.

Solamente están vinculadas dos pistolas tipo revólver, marca Smith & Wesson calibre 38 especial, abastecidas con seis cartuchos útiles, así como otros objetos.

La protesta pacífica de unas 20 mil personas, en la que Jiménez Colmenares participaba junto con su esposa, la maestra Florina Jiménez Lucas, fue agredida con armas de fuego por presuntos policías, a su paso por la Clínica Santa María.

De acuerdo con la averiguación previa, iniciada por la agente del Ministerio Público adscrita a la FEPAM, Ana Esperanza Rivera Mejía, el cadáver de Jiménez Colmenares presentaba "dos heridas con características de entrada y salida en forma de sedal" que penetraron en el pómulo izquierdo y salieron en ángulo izquierdo del maxilar superior y "una herida en rozón en la cara lateral izquierda del cuello".

Además, "una herida en rozón sobre la región inferior y lateral del cuello, en unión de la región escapular superior", dos "en sedal cuyos orificios de entrada y salida se encuentran sobre la línea axilar", otra por "rozón de tres centímetros de longitud sobre la línea axilar posterior", una más "sobre el cruce de la línea axilar posterior" y la que lo mató "con características de entrada de 0.5 centímetros de diámetro en región pectoral izquierda, penetrando el tórax".

La averiguación previa de la FEPAM también desecha las conjeturas de Caña Cadeza respecto de que Jiménez Colmenares habría estado ebrio y disparado un arma de fuego. El informe que rindió el perito químico de la propia PGJE Raúl Adrián Martínez Fuentes no identificó alcohol etílico ni drogas en la sangre ni elementos de plomo o bario en las manos de Jiménez Colmenares, residuos que quedan luego de accionar un arma de fuego.

Sobre todo, la indagatoria descartó que la víctima haya sido baleada a cercana distancia por riña, según los resultados del protocolo de autopsia de ley, practicada por los médicos legistas y forenses Luis Mendoza Canseco, José Alberto Jiménez López, Duniminh Aparicio Soriano y Alfredo Neyra Skidmore.

La herida causada por el proyectil de calibre 22 milímetros que penetró en la cavidad torácica, y que a la postre fue fatal, así como las demás en sedal, tuvieron un trayecto de "arriba a abajo, de izquierda a derecha en un ángulo aproximado de 40 grados y de atrás hacia delante en un pequeño ángulo de 10 grados", debido a que los presuntos policías habrían disparado desde la segunda planta de la bodega de la clínica.

Según las conclusiones, la bala, además de lesionar el segundo arco costal, la pleura, un pulmón, el pericardio y el corazón, produciendo una abundante hemorragia interna calculada en tres litros, también hizo otro trayecto y perforó el diafragma, el estómago en dos ocasiones, el intestino delgado en seis partes y en cuatro el grueso, para finalmente alojarse en la fosa iliaca izquierda.

El perito en planimetría de la PGJE, Fernando Ricardo Rubiños Ricárdez, en su informe precisa igualmente que el cuerpo de Jiménez Colmenares quedó tirado entre la carpeta asfáltica y la banqueta del lado derecho, cerca de un árbol, con dirección de sur a norte, frente a las escaleras de la bodega, y no en el acceso al estacionamiento.

 
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