Usted está aquí: lunes 23 de octubre de 2006 Cultura La banda escocesa Aberfeldy dividió opiniones en la Alhóndiga de Granaditas

La propuesta del grupo convocó a varios jóvenes aunque otros prefirieron irse

La banda escocesa Aberfeldy dividió opiniones en la Alhóndiga de Granaditas

Las cadencias en los bailes de las adolescentes, entre lo más destacado de la presentación

CARLOS PAUL ENVIADO

Guanajuato, Gto., 22 de octubre. Tras una sencilla presentación -"somos escoceses"-, comenzó el concierto de la banda Aberfeldy, la cual convocó a cientos de jóvenes que desbordaron la Alhóndiga de Granaditas, en lo que fue el penúltimo concierto en ese recinto, de la 34 versión del Festival Internacional Cervantino.

Integrada hace apenas cuatro años, la agrupación originaria de Edimburgo sustituyó la presentación del grupo inglés Belle & Sebastian.

Por la asistencia, la expectación fue mucha para escuchar a la banda escocesa, cuya propuesta musical se instala dentro del estilo indie pop, término que entre otras definiciones suele referirse a aquellos grupos que empiezan a tocar y no tienen contrato con un sello discográfico, es decir, que tocan en fiestas y bares, aunque Aberfeldy ya ha grabado con el sello independiente Rouge Trade Records y su primer álbum, Young forever, se ubicó en el número nueve de la listas de popularidad entre los jóvenes británicos.

Y así como su presentación así fue la tónica del concierto y las composiciones que interpretaron. Rolas de armonías sencillas que iban desde un pop bailable, que igual se podía seguir con el movimiento de los pies o la cabeza; hasta rolitas tranquilitas y románticas.

La banda -integrada por Riley Briggs (voz y guitarra), Ruth Barrie (coros y teclado), Sarah McFaydyen (coros y violín), Ken McIntosh (bajo) y Murria Briggs (batería)-, ofreció un sonido agradable, con letras nada complicadas que hablaban de amores y viajes, de personajes y desaires amorosos, de encuentros, recuerdos y olvidos.

Aunque para algunas decenas de jóvenes, luego de cinco o seis rolas, pareció no haber satisfecho sus expectativas, por lo que decidieron levantarse de sus asientos y partir, lo cual fue muy notorio.

Sin embargo, fueron más lo que se quedaron a disfrutar el concierto, en el que en ciertos momentos salieron a relucir -balanceándolas- las lucecitas fluorescentes, los encendedores y celulares prendidos, igual que algunas chicas. Una en particular, casi al frente del escenarios, pantalón de mezclilla, playera roja estampada con la palabra "ratatat", cuyos femeninos brinquitos y movimientos hacían un poco más festiva la tocada.

Siguieron cinco o seis rolas más, y de nuevo se notó cómo otras decenas de jóvenes decidieron partir, aunque todavía eran muchos los que se quedaron en este concierto, que fue tan agradable como el rostro de las adolescentes y jóvenes a quienes sí cautivó la propuesta musical de Aberfeldy.

 
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