Usted está aquí: sábado 7 de octubre de 2006 Cultura A cada quien su Satie

DISQUERO

A cada quien su Satie

La portada del disco central de esta entrega no es necesariamente la única opción para obtener un contexto musical de Erik Satie, además de que se debe tener en cuenta que la distribución de discos y libros en el planeta se va convirtiendo cada día más en un problema intrincado.

Existen, por tanto, distintas opciones discográficas, una multiplicidad de grabaciones que contienen la versión orquestal de las Gimnopedias, así como otras obras de entre las pocas que escribió Satie para orquesta, quien es por cierto un autor eminentemente pianístico.

La música de sus contemporáneos también se consigue con profusión y oportunidad en una miriada de opciones a la mano. En términos simples: no hay disco que contenga música de Satie que sea malo.

Advertido lo cual, mencionemos otras aproximaciones satianas que se apartan del lugar común: Erik Satie. Piano Music (Scene DG), con el pianista Steffen Shleiermacher, quien presenta en un primer volumen una obra poco conocida y titulada El hijo de las estrellas (Le Fis des Etoiles).

Un disco menos difícil de conseguir: e.satie (BIS), donde el pianista sueco Roland Pontinen ofrece versiones sumamente interesantes del repertorio más conocido de Satie, pero con un ambiente sonoro distinto por la aplicada atención del intérprete, quien acusa un conocimiento de causa enorme, pero sobre todo una intencionalidad de hondura, reflexión, matices, musicalidad que deja atrás, años luz, la banalidad que suele acompañar a quien se aproxima a Satie solamente por moda, afectación o esnobismo. Las virtudes de esta grabación quedan de manifiesto por completo en la Sarabanda con la cual concluye el disco.

 
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