Usted está aquí: jueves 5 de octubre de 2006 Cultura Reúne narrador en un libro sus cuentos en torno de los días postreros al 68

Orlando Ortiz participó en el ciclo Literatura del Medio, escritores en la bodeguita

Reúne narrador en un libro sus cuentos en torno de los días postreros al 68

ANA MONICA RODRIGUEZ

Una serie de historias enmarcadas en los días postreros a la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en el México del 68 integran el libro Sólo sé que así fue, del escritor, ensayista y guionista Orlando Ortiz, quien reúne en esas páginas dos obras publicadas con anterioridad: Secuelas y Desilusión óptica.

Los cuentos, editados por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en la colección Lecturas Mexicanas, presentan la visión particular de Orlando Ortiz sobre los años posteriores a los sucesos de ese movimiento estudiantil.

A propósito de la puesta en circulación del volumen y dentro del ciclo Literatura del Medio, escritores en la bodeguita, se reunieron el autor y Carlos Paul, reportero de esta casa editorial, para conversar y abordar lo sucedido en esa década y contrastarla con la circunstancia política y social actual: Atenco, la situación poselectoral, la crisis en Oaxaca, la pobreza en México y el muro en la frontera norte.

En el libro, explicó Ortiz, ''no pretendo juzgar los hechos, sino que presento una serie de historias de esos años y en ese ambiente, para que el lector saque sus conclusiones, juicios y opiniones al respecto; en el texto digo que sólo sé que así fue, y espero que no vaya a ser de nuevo".

En la obra, Orlando Ortiz, nacido en Tampico, Tamaulipas, cierra con un texto creado ex profeso para homenajear a José Revueltas, y en el cual el personaje plasmado encarna al célebre escritor, teórico político y activista mexicano.

En sus relatos, Ortiz entreteje diversos aspectos, como mítines, militancias, desapariciones, miedo e impotencia para retratar una historia compartida y una realidad que se perpetuó en la memoria colectiva.

Los textos son ''íntimos y emotivos, cargados de una cotidianidad revestida de desencanto; son una suerte de pesimismo y despecho".

Fidelidad con ediciones anteriores

Ortiz también explicó que en la nueva edición, ''por fidelidad a las anteriores no hice cambios de consideración; si se llegaran a comparar, se encontrarían sólo ajustes que obedecieron a criterios editoriales". Secuelas se publicó en 1986 por el sello Diógenes, y Desilusión óptica fue editada en 1988 por Claves Latinoamericanas, ''ambos libros fueron y son casi desconocidos".

El autor de Sólo sé que así fue también ha publicado antologías temáticas sobre la violencia política en México, y al respecto, Ortiz puntualizó: ''En general la violencia la ha ejercido de manera predominante el Estado a partir de su aparatos; en el caso de mi lectura del movimiento estudiantil, en efecto, aunque suene a lugar común, fue un parteaguas".

Mi percepción -prosiguió- ''es que la izquierda no ha sabido aprovechar esa oportunidad y esos cambios para consolidar una visión, una política, una estrategia que consolide avances dentro de lo esencial".

''Las palabras'', ''Una habitación'', ''Las amigas'', ''El anfitrión'', ''La determinación'', ''Penumbra'', ''Tercera caída'', ''Quizá por eso'', ''El niño'', ''Cuestión de calibres'', ''Contigencias'', ''Música acúatica'' y ''Transferencia'' -en memoria a Revueltas- son algunos de los cuentos que integran el libro Sólo sé que así fue.

 
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