Usted está aquí: miércoles 27 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia Más de un millón de niños sufren desnutrición crónica en México

En zonas rurales del sur del país esta situación se agrava, revela la Ensanut

Más de un millón de niños sufren desnutrición crónica en México

Preocupante incremento de obesidad y sobrepeso en adultos: 35.5% en 18 años

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen En zonas rurales la desnutrición en menores de cinco años de edad se agrava Foto: Marco Peláez

Más de un millón de niños mexicanos menores de cinco años de edad, 12.7 por ciento de la población de ese rango, padecen desnutrición crónica y con ello el país está fuera de las naciones consideradas bien alimentadas, en las cuales apenas 2 por ciento de sus infantes reporta este problema de salud pública.

En las zonas rurales de la República Mexicana, la afectación en el estado nutricional se eleva hasta 20 por ciento de los niños de esa edad, revela la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2006, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

El estudio, cuyos resultados fueron presentados ayer, también resalta la prevalencia de anemia en 23 por ciento de los niños menores de cinco años, así como en 20 por ciento de las mujeres embarazadas. Este último indicador debería ser de 8 por ciento, advirtió Juan Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP.

La Ensanut destaca que la deficiencia de hierro en menores de cinco años tiene un impacto negativo en el desarrollo mental y su futuro desempeño social. En los primeros dos años de vida, los niños tienen desarrollo cognitivo más lento y menor avance sicomotor; en tanto, en los casos severos, durante el embarazo aumenta el riesgo de muerte materna.

Por otro lado, el estudio confirma que 70 por ciento de los adultos tiene sobrepeso y obesidad, y que el ritmo de crecimiento de éste, que también es un problema de salud pública, no se ha visto en ningún otro lugar del mundo. Pasó de 34.5 por ciento en 1988 a 70 por ciento en 2006.

Además de los datos sobre las condiciones de salud de los mexicanos, las características de sus viviendas, la encuesta incluye información sobre los servicios médicos a los que acuden. Entre otros, resalta que el abasto de medicamentos en el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado es de 90 por ciento, mientras para los afiliados al Seguro Popular es de 68.5 por ciento. Todavía 23.6 por ciento de éstos tuvo que pagar para obtener los fármacos que requirió.

Durante la presentación de la Ensanut, en un acto al que fueron convocados directores de hospitales e institutos, funcionarios de la Secretaría de Salud (Ssa), así como ex titulares de esa dependencia, el coordinador de los Institutos Nacionales de Salud, Jaime Sepúlveda Amor, resaltó las "buenas noticias", como el abatimiento de la mortalidad infantil, la frecuencia de enfermedades infecciosas y las prevenibles por vacunación.

Señaló que los logros se deben a que en los pasados 25 años ha habido liderazgo y visión en el sector salud, lo que ha permitido la continuidad de los programas de acción.

Sin embargo, de acuerdo con la Ensanut, persisten rezagos como la desnutrición y la anemia, factores que obstruyen el crecimiento físico y desarrollo intelectual de las personas.

Rivera Dommarco comentó que el índice de desnutrición crónica, que se advierte en la talla baja con respecto a la edad, es todavía mayor en las áreas rurales del sur del país, donde 25.6 por ciento de los niños menores de cinco años presentan esta condición.

Al comparar los resultados con los de la Encuesta Nacional de Nutrición 1988, se observa una disminución del problema en 10 puntos porcentuales y de cinco respecto a la de 1999, pero aun así "la prevalencia de talla baja sigue siendo elevada y el número absoluto de niños con esta condición (casi 1.2 millones) es preocupante".

El texto de la encuesta refiere los diversos programas sociales y de salud que desde 1988 han funcionado para mejorar las condiciones nutricionales de los niños, aunque admite que con los datos disponibles no se puede cuantificar el impacto específico de cada estrategia para disminuir la desnutrición.

Respecto al sobrepeso y obesidad, la Ensanut señala que están presentes en 26 por ciento de los niños de cinco a 11 años de edad, lo que representa un incremento de casi 40 por ciento en relación con el índice observado en 1999, cuando se ubicaba en 18.6 por ciento.

Por sexos, el incremento más alarmante fue en la prevalencia de obesidad en los niños, en quienes fue de 77 por ciento, mientras en las niñas el aumento fue de 47 por ciento. En los adolescentes, el sobrepeso y obesidad afecta a uno de cada tres individuos.

Sin embargo, en la etapa adulta, el índice se eleva hasta 70 por ciento. Destaca que mientras 42.5 por ciento de los hombres tiene sobrepeso y 24.2 por ciento obesidad, entre las mujeres estos porcentajes fueron de 37.4 y 34.5, respectivamente.

La encuesta incorporó la medición de la cintura, con base en los parámetros propuestos por la Ssa, los cuales catalogan como excesiva a la que mide más de 80 centímetros de diámetro para las mujeres y más de 90 para los hombres.

Los resultados de la Ensanut mostraron que 87 por ciento de la población femenina y 63.8 de la masculina reportaron una circunferencia de cintura de riesgo.

No obstante, esta problemática se observa desde edades tempranas. En los varones de 20 a 29 años de edad, la cintura excesiva está presente en 41 por ciento y sube a 76.7 en el rango de 50 a 59 años. Para las mujeres la frecuencia es de 68.1 y 92.8.

En sus conclusiones, la Ensanut 2006 resalta que el aumento en la prevalencia de obesidad en los recientes siete años en el país es alarmante, pues se presenta en todos los grupos de edad. "Es urgente -dice- aplicar estrategias y programas dirigidos a la prevención y control de la obesidad del niño, el adolescente y el adulto".

La Ssa ha señalado en diversas ocasiones el riesgo que representan el sobrepeso y la obesidad para el desarrollo de otros padecimientos crónicos, como la diabetes, que ya es la primera causa de muerte en la población general; las afecciones cardiacas y la hipertensión arterial, entre otros.

 
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