Usted está aquí: domingo 10 de septiembre de 2006 Política Creciente tensión social ante la desigual distribución de riqueza

Reconoce Conapo que la falta de equidad genera desconfianza en las instituciones

Creciente tensión social ante la desigual distribución de riqueza

Ha desembocado además en inestabilidad política y la pérdida de las libertades individuales

FABIOLA MARTINEZ

Ampliar la imagen Pese a las cifras oficiales, el desempleo va en aumento Foto: Roberto García Ortiz

La desigualdad en la distribución del ingreso monetario en México se ha mantenido en nivel "generalmente elevado" y, lejos de ser una característica transitoria, ha perdurado hasta el presente.

Dos mundos diferentes en un mismo país: uno, marcado por la pobreza como generadora de rebeliones sociales, tensiones, inestabilidad política, pérdida de libertades individuales y desconfianza en las instituciones democráticas, y el otro, con elevados niveles de bienestar económico.

Desde 1995, los analistas en la materia -del sector público y privado- difundieron datos alarmantes acerca de la disparidad en el nivel de ingreso. Por ejemplo, 10 por ciento de la población más rica disponía de casi 48 por ciento de los ingresos totales del país, mientras que la más pobre (los cuatro deciles o niveles más bajos en que se clasifica a la población para este fin) acumulaba sólo 7 por ciento. Cinco años después, la concentración de los ricos bajó apenas a 46 por ciento.

En la cúspide de la desigualdad se ubicaban -en 1995- Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Zacatecas; al inicio de la presente administración, Chiapas se ubicó en el primer lugar, seguido de Querétaro, Guerrero y Oaxaca. Del otro extremo, con la menor desigualdad, están Aguascalientes, Colima y Sinaloa.

Con base en estadísticas de 2000 -últimas disponibles para este tipo de estudios-, de los 421 municipios de mayor desigualdad, 73 se encuentran en Oaxaca, 19 en Chiapas, 14 en Puebla y 11 en Guerrero. En la situación contraria están 53 ayuntamientos: 21 en Yucatán, nueve en Puebla, cinco en Oaxaca, cuatro en Nuevo León, cuatro en Veracruz, tres en el estado de México, tres en Coahuila, dos en Tlaxcala, uno en Hidalgo y otro en Morelos.

Años después, el Consejo Nacional de Población (Conapo), organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación, realizó un nuevo análisis, encabezado por Alejandro Tuirán Gutiérrez, quien ofrece una conclusión prácticamente en los mismos términos: la desigualdad sigue siendo uno de los rasgos más característicos de la evolución económica y social de México.

La principal aportación de este documento es la estimación, por primera vez, de índices de desigualdad por municipio, lo que permitirá elaborar -afirma el organismo- políticas de mejoramiento de la equidad.

Una vez más, como suele ocurrir en las estadísticas relativas a situación de pobreza y marginación, 10 municipios de Oaxaca continúan en la lista de los 20 con mayor desigualdad en la distribución del ingreso.

A la cabeza está Santa María Ixcatlán, donde 10 por ciento de los hogares más pobres no generan ingresos monetarios. Le siguen los ayuntamientos oaxaqueños de Santa María Tataltepec y San Martín Peras, así como los chiapanecos Bella Vista y Altamirano. En tanto, Mocochá, Yucatán, se ubica como el menos desigual.

Más allá de los datos duros, por municipio y entidad, obtenidos en el estudio La desigualdad en la distribución del ingreso monetario en México, próximo a difundirse a la prensa, el Conapo advierte que la creciente desigualdad genera "graves problemas sociales" y enormes deterioros en la formación del ahorro nacional.

La falta de equidad -admite el organismo gubernamental- se ha convertido en el principal generador de rebeliones y tensiones sociales, lo cual ha desembocado en inestabilidad política y en la pérdida de las libertades individuales.

"La desigualdad también ha provocado la desconfianza en las instituciones democráticas, repercutiendo negativamente sobre los sistemas políticos y económicos", afirma el Conapo.

El detallado estudio, de 248 páginas (el cual puede consultarse en www.conapo.gob.mx), enfatiza que la desigualdad también ha provocado la desconfianza en las instituciones democráticas y causa impacto negativo en un sinnúmero de indicadores económicos, como el ingreso, ahorro e inversión.

Es decir, un crecimiento económico alto puede resultar insuficiente para una reducción importante de la pobreza si persiste el aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso.

Los estudios del Conapo tienen como fin aportar elementos que sirvan en la elaboración de políticas públicas, focalizar problemas sociales y distribuir de manera más justa las participaciones federales a los municipios y entidades federativas.

La persistencia de estos "dos mundos diferentes en un mismo país" significan que donde predomina la pobreza, la desigualdad y los bajos niveles de productividad, las familias trabajan sólo para la subsistencia, y otro, moderno, en el que se presentan altos niveles de bienestar social y económico.

 
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