Usted está aquí: sábado 9 de septiembre de 2006 Cultura Defienden editores las ventajas del precio único del libro

Centro especializado de América Latina y El Caribe analiza el caso mexicano

Defienden editores las ventajas del precio único del libro

Fomenta la libre competencia, beneficia al consumidor y favorece el mercado editorial, sostienen

Permite el movimiento de los long sellers, aquellas obras de escasa venta, pero continua

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Lectura in situ en la feria del libro del Zócalo de la ciudad de México, en 2005 Foto: Cristina Rodríguez

El precio único del libro no crea monopolios. En cambio, sí fomenta la libre competencia, beneficia al consumidor y promueve la creación de nuevas librerías, muchas especializadas, pero sobre todo beneficia al mercado en general, ya que las librerías y las editoriales no dependen de la venta de los best sellers, sino del movimiento de los long sellers, aquellos libros de poca venta, pero continua.

Lo anterior se desprende de un amplio análisis que el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc) publica en el número de agosto de su revista Pensar el libro.

El viernes primero de septiembre el presidente Vicente Fox devolvió al Congreso la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro con "observaciones" sobre el precio único, toda vez que la Secretaría de Economía, por conducto de la Comisión Federal de Competencia (CFC), se opuso a esa medida al considerar que ''este esquema impide la libre competencia en este mercado en detrimento del consumidor". (La Jornada, 2/09/06)

La CFC, presidida por Eduardo Pérez Motta, argumentó que ''la experiencia internacional demuestra que la imposición de un precio único obliga a pagar precios más elevados por los libros, hasta 30 por ciento. Por ello, resulta contraproducente incluir esta medida en una ley orientada a fomentar la lectura", según reza el comunicado que se difundió el domingo pasado.

Rezago frente a sellos españoles

El rechazo de la ley, que ya había sido aprobada por las cámaras de Senadores y Diputados, causó desconcierto en los distintos sectores que participaron en la redacción de esa legislación: editores, libreros, abogados y especialistas en el tema, quienes subrayaron que la ley, y el precio único dentro de ésta, son necesarios para reactivar la industria editorial mexicana, que ha perdido terreno en las pasadas décadas frente a las editoriales españolas.

Señalaron que si bien tendría que haber un periodo de reajuste en el mercado editorial, lo cierto es que a mediano y a largo plazos el principal beneficiario sería el consumidor, pues el precio de un título, autor, editorial y edición, sería igual en todo el país, lo que fomentaría la apertura de nuevas librerías.

Antes de conocer la decisión del Ejecutivo, que por cierto reconoce los méritos de la normativa antes de hacer las ''observaciones", el Cerlalc dedicó el número de su revista Pensar el libro a un solo tema: el precio fijo, en el que reunió la opinión de especialistas de distintos países.

La revista, disponible vía electrónica en www.cerlalc.org, se divide en cinco apartados: conceptos básicos, modelo europeo, precio fijo en la región, se abre el debate y leyes.

Ya desde el editorial, la directora del Cerlalc, Isadora de Norden, subraya que el precio fijo ''protege todos los estamentos que conforman la cadena editorial. De esta manera, se preservarán los libros de menor demanda -especializados, de ensayo y poesía, los nuevos autores-, se permitirá una cobertura justa del mercado y, por otra parte, se beneficiarán las librerías. Hay que tener en cuenta que sin el precio fijo, las grandes superficies son las que tienen los grandes beneficios con la venta de best-sellers, en precios con los que no pueden competir las librerías".

Aquí es necesario presentar el caso mexicano con respecto a las librerías. De acuerdo con el Directorio de librerías y puntos de comercialización del libro en México, en el país existen mil 452 puntos de venta, y esto incluye ''todas las librerías y oficinas de venta y distribución de libros y sus sucursales, las librerías universitarias, las librerías y expendios de las propias editoriales y otros puntos de venta como Sanborns, Vips, Palacio de Hierro, Liverpool y otras tiendas y quioscos Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El desglose de esa cifra es el siguiente: de los mil 452 puntos de venta, 606 son librerías y oficinas de venta y distribución de libros; de éstas, 65 cuentan con 406 sucursales en los estados, 36 son librerías universitarias, 135 son librerías y expendios de las propias editoriales y 269 son otros puntos de venta. Las entidades con más librerías son el DF, estado de México, Jalisco, Nuevo León y Veracruz, mientras Colima, Tlaxcala, Nayarit y Baja California Sur son los que menos tienen.

Justamente la ley aprobada por mayoría en el Senado reconoce el colapso de las librerías independientes que deben competir con las grandes cadenas por descuentos y no por servicio.

Comportamiento en otros países

La directora del Cerlalc, llama la atención en su editorial sobre los objetivos de la ley mexicana, ahora en espera de una nueva aprobación en el Senado: en especial sobre el fomento a las librerías y bibliotecas, que el libro sea accesible y de esta manera se acerque al lector y se fortalezca toda la cadena productiva.

En el artículo ''Preguntas y respuestas sobre el precio fijo'', de Rafael Martínez Alés, se abre el panorama con respecto a la aplicación del precio único.

La CFC sostiene que el precio de los libros se encareció en los países con precio único -o fijo- mientras que en Gran Bretaña, que renunció hace unos años a esta medida, el precio descendió.

Al respecto, Ana María Cabanellas hace un recuento de lo que ocurrió en Suecia, que liberó el precio de los libros en 1970, y en el que ahora las librerías deben ser subsidiadas para que puedan mantenerse. En Gran Bretaña los precios aumentaron en promedio ''8 por ciento más que el índice de precios del consumidor", aunque reconoce que hubo un aumento en las ventas; mientras que Francia primero abandonó el precio fijo y después lo retomó con la Ley Lang, ''lo que evidencia los beneficios de acogerse a este sistema" (véase gráfica).

Por lo pronto, y como se informó en estas páginas el miércoles pasado, los sectores que apoyan la ley y la inclusión del precio único del libro preparan una campaña de difusión para dar a conocer a los consumidores en qué consiste la medida, y establecer los contactos con los nuevos legisladores para lograr la aprobación de esa legislación.

 
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