Usted está aquí: jueves 7 de septiembre de 2006 Economía Microfinancieras privadas lucran con recursos públicos

Reciben dinero a 10% anual y lo prestan a los sectores más pobres hasta a 80%

Microfinancieras privadas lucran con recursos públicos

Son réditos que no se diferencian de los agiotistas, señala la directora del Fondeso

Ese fondo desarrolla una perspectiva más allá del asistencialismo, con microcréditos para impulsar negocios

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Por un tiempo llenaron el espacio que la banca tradicional no atendía. Las microfinancieras llevaron préstamos a comunidades y personas, que lograron así generar un ingreso para mejorar su calidad de vida. Sólo que ahora se han convertido en un negocio que cobra a los más pobres tasas de interés que llegan a superar 80 por ciento anual.

Varias microfinancieras privadas canalizan préstamos con fondos que reciben del Estado. Obtienen los recursos a un costo de 10 por ciento anual del gobierno y los convierten en préstamos a tasas de 70 a 80 por ciento anual.

''Son réditos que no se diferencian de los agiotistas'', comenta en una entrevista Rocío Mejía, directora del Fondo para el Desarrollo Social (Fondeso), una opción de microfinanciamiento del gobierno de la ciudad de México que ha generado una propuesta innovadora para la población no atendida por la banca.

''Nada indica que lo privado sea superior a lo público'', dice la gestora de este fondo que recibe recursos fiscales del gobierno de la ciudad de México. Ejemplos como este existen en otras entidades, donde fondos de fomento trasladan de manera directa financiamiento de instancias gubernamentales a personas pobres que logran desarrollar una actividad económica.

El Fondeso (www.fondeso.df. gob.mx) otorga microcréditos para el autoempleo, sin necesidad de garantía, de mil a 3 mil pesos, a pagar en ocho quincenas. La tasa de interés es de 12 por ciento anual sobre saldo insoluto. De tal forma, transcurrido el plazo de cuatro meses, un acreditado que haya recibido el monto máximo habrá pagado intereses por sólo 125 pesos, explicó Rocío Mejía.

Si el receptor del crédito cumple con el pago de la deuda, puede optar por un segundo financiamiento, en este caso de 4 mil a 6 mil pesos, con plazo de 16 quincenas; posteriormente recibirá, si lo solicita, créditos de hasta 12 mil pesos.

Este programa de conceder financiamiento con recursos públicos, provistos directamente por un gobierno estatal, comenzó en la ciudad de México en 2001, con una aportación de 100 millones de pesos del gobierno capitalino. A la fecha, las aportaciones suman 300 millones de pesos. Con ese dinero, más los recursos recuperados de los usuarios del financiamiento, el Fondeso ha concedido préstamos por casi 700 millones de pesos.

Los receptores son grupos de cinco a 15 personas que se organizan con el propósito de impulsar proyectos de negocio, individuales o comunes, para gestionar los microcréditos. Como no se deja en prenda ninguna garantía, ''el propio grupo imprime una presión para que los préstamos sean pagados por los individuos'', explicó la directora del Fondeso.

En la gestión de los recursos, ningún préstamo se otorga a fondo perdido. ''No hay un solo peso de recursos fiscales que hayamos recibido y que no se haya recuperado'', aseguró. Precisó que existe una cartera vencida, todavía en proceso de recuperación, que equivale a 15 por ciento de la cartera de préstamos. Aunque insistió en que no se considera irrecuperable.

''En un entorno económico nacional desfavorable y con la dimensión de los problemas de una ciudad como el Distrito Federal, un fondo del tipo de Fondeso aporta a la experiencia nacional enfoques alternativos para enfrentar las graves carencias económicas y sociales de amplios sectores de la población'', expuso. ''Por un lado, una perspectiva que va más allá del asistencialismo, orientada al desarrollo económico; y por otro, la recuperación positiva del papel de los gobiernos locales en el combate a la pobreza".

Ricardo Chelén, gerente de bancarización de micro, pequeñas y medianas empresas del Fondeso, expuso que no se puede dejar el asunto del financiamiento de este sector -que genera 98 por ciento del empleo nacional- solamente a las fuerzas del mercado. ''El Estado, en su concepto más amplio, debe no sólo regular y vigilar la adecuada actuación de los entes privados, sino también intervenir con financiamiento directo para aquellos que no son sujetos de crédito en las evaluación tradicionales'', añadió.

Los beneficios intangibles

Las opciones de microfinanciamiento derivadas de recursos gubernamentales, como es el Fondeso, comienzan a mostrar resultados medibles sobre el nivel de vida de las personas que reciben los préstamos.

Tanto Rocío Mejía como Ricardo Chelén ofrecieron los resultados de algunas evaluaciones académicas que se han hecho al programa y que aparecerán en un libro editado por la Universidad Autónoma Metropolitana.

Del total de los acreditados que han recibido algún préstamo del Fondeso, 70 por ciento son mujeres. ''La mayor parte de los beneficiados se encuentran casados o en unión libre, por lo que existe un efecto multiplicador del financiamiento sobre sus dependientes'', se desprende de una evaluación realizada por Clemente Ruiz Durán, de la Universidad Nacional Autónoma de México, al Fondeso.

Otra evaluación, que también será publicada en el libro referido, muestra que un programa como el Fondeso lleva a que los beneficiarios, al generar un ingreso, tengan mayor confianza y seguridad.

 
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