Usted está aquí: sábado 2 de septiembre de 2006 Política Encapuchados buscaron tirar vallas y provocaron a agentes

Francotiradores del EMP, en azoteas cercanas a San Lázaro

Encapuchados buscaron tirar vallas y provocaron a agentes

Participaron 6 mil policías capitalinos sólo con escudos y toletes

Algunos simpatizantes de AMLO llegaron al cerco a protestar

ISRAEL DAVILA, SILVIA CHAVEZ Y JAVIER SALINAS CORRESPONSALES

A pesar del llamado que hizo en el Zócalo a sus seguidores el candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, a no acudir a las inmediaciones de la Cámara de Diputados para evitar cualquier confrontación, hubo grupos que de manera inesperada buscaron el choque con los miles de efectivos del Ejército Mexicano y policías federales y capitalinos que efectuaron un inédito cerco de seguridad.

Aun así, el reporte de las corporaciones policiacas y militares, tras la entrega del sexto Informe de gobierno de Vicente Fox al Congreso de la Unión, fue de saldo blanco.

A lo largo del día, sólo en dos puntos del cerco, que se extendió tres kilómetros a la redonda del recinto legislativo, se registraron incidentes menores.

La presencia de francotiradores del Estado Mayor Presidencial (EMP) en las azoteas de los edificios que circundan la Cámara de Diputados, los miles de policías que a pie reforzaron el cerco metálico y la estancia de una decena de vehículos antimotines en la zona resultaron innecesarios.

Apenas unas 400 personas desatendieron el llamado del candidato de PRD, PT y Convergencia y acudieron a diversos puntos del cerco metálico para protestar de manera pacífica.

Sin embargo, entre los manifestantes hubo grupúsculos que actuaron de manera distinta a la mayoría, ya que intentaron derribar algunas de las vallas metálicas y arrojaron objetos contra los policías apostados detrás del cerco.

El impresionante dispositivo de seguridad puesto en marcha este primero de septiembre podía observarse de manera amplia desde los vagones del Metro de la línea 4, debido a que ésta es elevada y circula por toda la avenida Congreso de la Unión.

Desde el Metro podía observarse cómo desde Héroes de Nacozari hasta avenida del Taller -de la estación Morelos a la terminal Santa Anita- las calles estaban bloqueadas con vallas, retenes de policías federales o capitalinos, además de efectivos militares.

En el cerco policiaco-militar participaron 6 mil elementos de la policía del Distrito Federal, los cuales fueron colocados como primer obstáculo para el avance de cualquier grupo de manifestantes.

Tan grande fue el dispositivo de seguridad que el cierre de vialidades se extendió hasta el cruce de Congreso de la Unión con el Viaducto Miguel Alemán, el Eje 3 Sur Morelos hasta Héroes de Nacozari, Eduardo Molina hasta Francisco del Paso y Troncoso.

En cada punto, alrededor de 25 efectivos federales resguardaban la zona detrás de barras metálicas que se colocaron para impedir el acceso a la Cámara de Diputados.

En tanto, los policías capitalinos lo único que tenían para protegerse de cualquier agresión eran sus escudos y toletes. Ni siquiera llevaban espinilleras. De estos agentes, la mitad eran granaderos y el resto elementos de tránsito.

Joel Ortega Cuevas, secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, informó que el número de elementos capitalinos representó el doble de los utilizados en el pasado Informe presidencial.

Los que llegaron

El cruce de Fray Servando Teresa de Mier y avenida Congreso de la Unión fue el escenario donde miembros de organizaciones como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el Frente Popular Francisco Villa (FPFV) se limitaron a gritar consignas contra el presidente Vicente Fox y Felipe Calderón.

Sin embargo, al filo de las seis y media de la tarde fueron interrumpidos en un par de ocasiones por jóvenes fornidos, vestidos de civil, que golpearon el muro de metal y arrojaban a las fuerzas de seguridad pedazos de banqueta, envases, plantas y lo que tuvieran a la mano.

Integrantes del FPFV se organizaron rápidamente, y al tratar de rodearlos hicieron que éstos huyeran del lugar. Ante lo ocurrido, los integrantes de los grupos sociales mencionados optaron por retirarse del lugar.

En tanto, alrededor de 100 simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos arribaron a la esquina de Corregidora y Congreso. La manifestación pacífica, que empezó con gritos de "¡Fox traidor de la democracia!", se transformó después en una lluvia de flores, ya que los manifestantes lanzaron decenas al otro lado del cerco metálico.

Sin embargo, pasadas las seis de la tarde, cuando el número de perredistas era cercano a los 300, un grupo de jóvenes, con el rostro cubierto con paliacates y vestidos con ropa de color negro, llegó al cerco y comenzó a patear las láminas de la valla, y luego trató de derribar una parte de ésta, sin conseguirlo.

La gran mayoría de los manifestantes, que portaban banderolas del PRD o pancartas con la imagen de López Obrador, reprobaron esas maniobras e hicieron un llamado para que cesaran. Lo consiguieron de manera temporal.

Luego del arribo del presidente Vicente Fox a la Cámara de Diputados, los perredistas comenzaron a retirarse del lugar, no así el grupo de jóvenes con el rostro cubierto, quienes arremetieron de nueva cuenta contra el cerco. Esta vez de nada valió el argumento de "no a la violencia, basta con la presencia".

Durante 25 minutos, los muchachos y algunos hombres de más de 30 años lanzaron piedras, palos, botellas y algunos otros objetos que se encontraban tirados en la calle de Corregidora -como desecho de una construcción- contra los policías que estaban del otro lado de la valla.

Los perredistas se retiraron del lugar y sólo quedó la veintena de encapuchados, quienes se retiraron cuando una patrulla de la policía capitalina hizo su aparición detrás de ellos.

Por otra parte, en la esquina de Congreso de la Unión y Alarcón se montó un fuerte operativo de seguridad debido a que es uno de los accesos más cercanos a la Cámara de Diputados.

En este punto hubo algunas confusiones de los uniformados, pues cuando se supo que Andrés Manuel López Obrador pidió a sus seguidores no ir a las inmediaciones de San Lázaro, las rejas que se habían colocado para evitar el paso de los manifestantes se retiraron y, al grito del jefe del destacamento, rompieron filas; sin embargo, minutos después volvieron a su formación original, debido a que se acercaban varios simpatizantes del candidato perredista.

Cinco minutos después de las 7 de la noche, alrededor de 100 personas provenientes del estado de México arribaron a esa esquina, donde tras una breve pero intensa lluvia, gritaron consignas contra los policías que cercaban el lugar. Cuando se enteraron de que López Obrador decidió permanecer en el Zócalo, decidieron marcharse hacia la Plaza de la Constitución, sin que se presentaran incidentes, aunque algunos reporteros de radio transmitían en vivo un supuesto enfrentamiento físico.

Mirna Servín Vega, Josefina Quintero, Gustavo Castillo, Emir Olivares, José Galán y Gabriel León

 
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