Usted está aquí: sábado 2 de septiembre de 2006 Política La ceremonia devino en un paseo de 34 minutos

En Los Pinos había un helicóptero para emergencias

La ceremonia devino en un paseo de 34 minutos

El Presidente regresó con un semblante de triunfalismo

Se incrementó ayer la presencia militar en la Cámara

KARINA AVILES

El recorrido del presidente Vicente Fox de Los Pinos al Palacio Legislativo de San Lázaro y de vuelta a la residencia oficial fue un viajecito de apenas 34 minutos.

El Ejecutivo federal no pudo leer su Informe de gobierno ante los legisladores, por lo que de inmediato entró en operación el plan B. Apenas entregó el documento a Rodolfo Dorador, secretario de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, en Los Pinos ya se informaba que en menos de una hora se transmitiría un mensaje en cadena nacional.

Salida a tiempo

El presidente Vicente Fox salió de la casa presidencial a bordo de un vehículo oficial a las 19:03 horas.

Detrás iba un convoy conformado por tres camionetas más. A las 19.37 horas llegaba de vuelta a Los Pinos por Parque Lira. Desde la Suburban que lo transportaba, Fox hizo una leve inclinación para saludar, a dos manos, a algunos representantes de los medios de comunicación, como si todo le hubiera salido a pedir de boca.

En efecto, todo salió conforme a los planes previstos, a excepción de que el jefe del Ejecutivo federal no logró leer el Informe en la tribuna de la Cámara de Diputados.

Los integrantes del gabinete legal y ampliado, diplomáticos, gobernadores, entre ellos Lázaro Cárdenas Batel, de Michoacán, y Juan Carlos Romero Hicks, de Guanajuato, además de invitados especiales también cumplieron con el programa de llegar al Campo Marte para abordar, desde ahí, los autobuses que los conducirían a San Lázaro.

El helicóptero en el que se trasladaría el Presidente, en caso de conflicto, también aterrizó en Los Pinos, aunque finalmente no se ocupó.

Vecinos sitiados

La jornada de ayer en los alrededores de la Cámara de Diputados fue un suplicio para los vecinos, quienes amanecieron con una mayor presencia militar, aunque la férrea vigilancia se extendió a otras partes de la ciudad.

Parque Lira, Constituyentes y Chivatito fueron tomadas por los militares, que iban y venían por las banquetas, detenían a los transeúntes para preguntarles su destino y bloqueaban con vallas cualquier acceso, ya fuera de las estaciones del Metro, escalinatas, calles y puentes por donde pudiera colarse cualquier ciudadano o manifestante.

Totalmente cercadas las avenidas, con la presencia de las guardias con negra vestimenta y corte militar, así como de elementos de la Policía Federal Preventiva, identificados por el uniforme gris, ayer fue imposible que cuatro manifestaciones llegaran a Los Pinos.

Fueron pequeños grupos los que intentaron acercarse a esta zona. Se enfrentaron a un aparatoso operativo militar, cuyo objetivo era "implantar el temor" entre los ciudadanos que deambulaban por esa zona, según la versión de uno de ellos, quien decía a sus compañeros: "Sólo estamos aquí para asustar".

En algunos casos lo lograron. Frente a la presencia de cuerpos disuasivos, los transeúntes apenas alzaban la cabeza. A toda prisa intentaban pasar el cerco, pero con la mirada fija en el piso, como para no causar "molestia". Los dueños de comercios cercanos consideraron correcta la medida.

José Ceballos, propietario de un establecimiento de celulares cercano a la Presidencia de la República, deseaba que cualquier persona que llegara con una pancarta del Partido de la Revolución Democrática fuera "consignada" por los militares, pues consideró que "ser de izquierda es estar en contra del país".

 
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