Usted está aquí: sábado 2 de septiembre de 2006 Política Pide López Obrador al Ejército no caer en la tentación de reprimir al pueblo

Cancela marcha a San Lázaro para evitar provocaciones del gobierno fascista de Fox

Pide López Obrador al Ejército no caer en la tentación de reprimir al pueblo

La convención democrática, verdadera preocupación de nuestros adversarios, señala

ANDREA BECERRIL Y GEORGINA SALDIERNA

Para no caer "en ninguna trampa y en ninguna provocación", Andrés Manuel López Obrador decidió ayer cancelar la movilización hacia el Palacio Legislativo de San Lázaro y se quedó, junto con miles de simpatizantes, en el Zócalo, desde donde formuló un llamado "respetuoso" al Ejército Mexicano, a que no caiga "en la tentación de reprimir al pueblo".

Dejó muy claro que esa decisión es garantía de que su movimiento de resistencia civil "será siempre pacífico" y que respetará a la institución militar, a la que exigió a su vez el respeto a los derechos ciudadanos. Las fuerzas armadas no deben ser usadas para justificar fraudes electorales, ni la incapacidad de gobiernos civiles, recalcó.

Frente a la multitud que no dejó de corear "¡ni un paso atrás, ni un paso atrás!", López Obrador señaló que toda la energía, la imaginación y el talento se deben concentrar en la organizar la convención nacional democrática. Eso es lo que realmente preocupa a sus adversarios, dijo, porque de ahí saldrá "nuestro propio gobierno".

Aunque más de 20 mil ciudadanos se habían congregado en la Plaza de la Constitución y estaban listos para marchar hacia la Cámara de Diputados, a fin de protestar durante la ceremonia del sexto Informe presidencial, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos hizo notar a sus simpatizantes que desde el gobierno "fascista" de Fox tenían ya todo preparado para que se confrontaran con las fuerzas públicas, a fin de contar con un pretexto y reprimirlos.

Por ello, cerca de las 5 de la tarde, después de que el jefe de Gobierno electo del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, había expuesto que el cerco militar llegaba ya a cinco calles del Zócalo, López Obrador advirtió que el movimiento de resistencia civil contra la imposición de un presidente espurio "es tan importante" que deberán cuidarlo y no entrar al juego de quienes pretenden que se descarrile.

La mayoría de su auditorio esperaba expectante; muchos llevaban pequeños ramos de flores en las manos -que pensaban entregar a los elementos de las fuerzas públicas que cercaron el Palacio Legislativo de San Lázaro- y la mayoría portaba mantas y pancartas de todos tamaños y diseños, unificadas por la frase: "Fox, traidor a la democracia".

Pero López Obrador les planteó que era mejor quedarse ahí, donde se mantienen en plantón permanente desde hace 33 días, toda vez que la intención de Fox es que se confrontaran con la policía y con el Ejército, lo que no harán, porque el problema no es policiaco ni militar, sino político.

-¿Creen ustedes que tiene algún sentido ir allá hacerles el juego? -preguntó el candidato de la coalición.

-Noooo -respondió un coro gigantesco- y el tabasqueño agregó:

"No tiene ningún sentido. Que se queden con sus tanquetas, con sus soldados". Aclaró que respeta a las fuerzas armadas, porque son la institución garante de la soberanía, y demandó al Ejército que no caiga en la tentación de reprimir, ni acepte órdenes de golpear a movimientos sociales pacíficos, como en 1968 y otros "tristes acontecimientos".

"Hago un llamado a los militares para que actúen con rectitud y respeten los derechos del pueblo", que no se vaya a utilizar al Ejército -recalcó- disfrazado de Policía Federal Preventiva (PFP) o mediante el Estado Mayor Presidencial para sofocar la resistencia civil.

Aunque los operativos militares se quisieran encubrir de esa forma, de todos modos la responsabilidad directa será del Ejército, dijo.

Insistió: "No vamos a caer en ninguna trampa, no vamos a caer en ninguna provocación". Explicó que tanta desesperación y nerviosismo de Fox y el PAN, que los llevó a poner bajo estado de sitio el Palacio Legislativo de San Lázaro no es por la posibilidad de que llegaran a protestar al Congreso.

Lo que realmente les preocupa, expuso, es la convención nacional democrática, donde habrán de elegir un gobierno legítimo, porque "ya hemos decidido hacer a un lado a todas esas instituciones caducas, corruptas, que no sirven para nada y ni representan el interés general".

"¡Vamos a la Convención porque vamos a tener un gobierno de la República! ¡Que se vayan al diablo con sus instituciones!" Las cornetas septembrinas volvieron a sonar para ovacionar al orador.

Arropado por el apoyo de los miles de perredistas y de ciudadanos sin partido que llenaron la Plaza de la Constitución, López Obrador aprovechó para expresar que lo que preocupa al poder es que habrá dos gobiernos.

Hasta aprovechó para responder a "los comunicadores alquilados, vendidos al régimen", que aseguran que la convención no será legítima, o que será una república patito. "¿Y la de ellos no será una república patito, chatarra?, ya no aceptamos una República simulada, vamos a establecer una representativa y popular".

Pidió emplear toda "nuestra energía, toda nuestra imaginación, todo nuestro talento para organizar la convención nacional democrática", recordó que él lucha de tiempo atrás, que hace 15 años estaba también en plantón en el Zócalo, cuando el Exodo por la Democracia, para que se respetara el primer ayuntamiento ganado por el PRD en Tabasco.

La resistencia civil pacífica da frutos, "todo está en mantener los principios, en no claudicar. Si nosotros seguimos firmes y no entramos a ninguna negociación, no aceptamos transar, no van a poder con nosotros. ¡Vamos a triunfar más temprano que tarde!"

Al final dio las gracias a los miles de ciudadanos que acudieron a su llamado, a pesar de la campaña para atemorizar y del estado de sitio alrededor de San Lázaro. "La gente no tiene miedo, nada más que no vamos a caer en la trampa". Puso a votación la posibilidad de movilizarse hacia San Lázaro y miles de manos se alzaron para señalar que ahí se quedaban.

Flores y carteles

Señoras, jóvenes y niños mantenían ramitos de dos o tres flores, girasoles o crisantemos amarillos y blancos, que pensaban entregar a los integrantes de las fuerzas armadas en los retenes militares rumbo a San Lázaro. La gente se peleaba por un cartel de más de dos metros de altura, con una foto de Fox con expresión de enojo y la frase "traidor" debajo, acompañada de muchos otros calificativos.

Perredistas de Tizayuca, Hidalgo, colocaban globos amarillos a otro cartel de igual color, de papel muy delgado y de más de 10 metros, con la frase del día: "Fox, traidor a la democracia". Su intención era elevarlo, pero requerían 500 globos y en eso estaban.

Muchos se quedaron en el Zócalo, hicieron marchas alrededor de la plancha de concreto y desde ahí siguieron la sesión del Congreso. En los campamentos de la avenida Francisco I. Madero se apilaban alrededor de televisores o radios para seguir los posicionamientos de los partidos; coreaban el voto por voto y casilla por casilla" y mentaban la madre a Fox cada que escuchaban su nombre.

Pero los festejos llegaron al clímax cuando los legisladores del PRD subieron a la tribuna e hicieron que Vicente Fox entregara su Informe y saliera de San Lázaro sin emitir su mensaje. Tanto en el plantón como en restaurantes y cafés, los seguidores del candidato presidencial de la coalición se mostraron felices del cauce que tomó la ceremonia del sexto Informe de gobierno del Ejecutivo federal.

"¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!", repetían jubilosos y festejaron la llegada al templete en el Zócalo de los diputados y senadores perredistas, ya después de las 10 de la noche. La senadora Rosario Ibarra de Piedra puntualizó que la toma de la tribuna en San Lázaro se concretó sin violencia.

 
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