Usted está aquí: viernes 7 de julio de 2006 Política Calderón ofrece diálogo para definir un programa de gobierno común

El mandato de las urnas es claro: pónganse de acuerdo por el bien del país, dice

Calderón ofrece diálogo para definir un programa de gobierno común

Invita a partidos políticos, funcionarios y legisladores a explorar esa vía de entendimiento

Expresa su respeto por López Obrador, y asegura que comparte sus anhelos de justicia

GEORGINA SALDIERNA Y CLAUDIA HERRERA

Ampliar la imagen Felipe Calderón Hinojosa, candidato presidencial del Partido Acción Nacional, ofreció un discurso ante sus simpatizantes, la madrugada de ayer, después de conocer que había rebasado a López Obrador en el conteo de votos de los 300 distritos electorales * Jesús Villaseca

Después de que el Instituto Federal Electoral (IFE) lo declaró ayer ganador de la contienda por la Presidencia de la República del 2 de julio, el panista Felipe Calderón Hinojosa anunció que iniciará, a la brevedad posible, un diálogo con todas las fuerzas políticas del país con el propósito de definir un programa de gobierno común, que responda al interés de la mayoría de los mexicanos.

"Ofrecí en la campaña integrar un gobierno de coalición que congregue, en torno a un programa compartido de gobierno, una mayoría estable de legisladores en el Congreso. Hoy reitero mi disposición a hacerlo, e invito a los partidos políticos, a sus dirigentes, a los funcionarios emanados de los mismos, a sus legisladores, a que exploremos esta vía de entendimiento", subrayó.

Consideró que el mandato de las urnas ha sido claro: "trabajen juntos, sumen sus prioridades, dejen a un lado la política de facción o de grupo y pónganse de acuerdo por el bien del país". Esto, ante la evidencia de que nuevamente habrá un Congreso sin mayorías.

Horas antes, en la madrugada, el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) pareció adelantarse a las impugnaciones que presentará su adversario político, el perredista Andrés Manuel López Obrador, y pidió a los panistas sostener "este triunfo, que no es mío", sino "de los mexicanos que supimos decidir por la vía pacífica quién debe ser presidente".

Llegó la hora de la unidad y los acuerdos

Al contrario de lo que dice la coalición Por el Bien de Todos, aseguró que la elección del 2 de julio fue la más limpia y democrática de la historia de México, pero también la más competida y más participativa. Enfatizó lo dicho por el consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, de que la "regla de oro" de la democracia es que gana el que tiene el mayor número de votos, y los ciudadanos, dijo, le otorgaron 15 millones.

Sudoroso, ayer por la tarde se presentó ante sus seguidores, una hora después de que Ugalde dio a conocer los resultados del conteo de votos realizado en los 300 consejos distritales, según los cuales el panista obtuvo una ventaja de apenas 0.58 por ciento sobre el candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador.

Sin la tensión de la víspera, cuando el perredista tuvo por más de 20 horas mayor porcentaje de votación, el michoacano señaló que la contienda electoral quedó atrás y que llegó la hora de la unidad y de los acuerdos entre los mexicanos.

En su primer discurso como candidato triunfador de los comicios, reiteró su respeto a los otros contendientes presidenciales, pues más allá de discrepancias, agregó, "reconozco en ellos una genuina preocupación por el país". De Patricia Mercado, del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, dijo reconocer su compromiso con la pluralidad y la tolerancia; de Roberto Campa, del Partido Nueva Alianza, su preocupación por una educación de calidad; y de Roberto Madrazo, de la Alianza por México, una "presencia histórica y política en la vida de México, que hoy se expresa en responsabilidades de gobierno que hacen vigente el pacto federal en estados y municipios".

Cuando manifestó su respeto por López Obrador sus seguidores intentaron abuchear al perredista, pero tuvieron que callar cuando Felipe Calderón alzó la voz para decir: "no sólo reitero mi respeto, sino comparto su anhelo de justicia y reitero mi compromiso, expresado en la campaña, de trabajar sin descanso por lograr la igualdad de oportunidades que permitan superar la pobreza en que viven millones de mexicanos".

Con ello pretendió hacer suyo el ofrecimiento de su principal adversario, hecho que volvió a evidenciarse cuando se comprometió a hacer suyos los anhelos, las razones que motivaron a millones de ciudadanos a votar por otros candidatos.

A esos ciudadanos les pidió que le den la oportunidad de ganarse su confianza. "Lo haré como presidente de México", puntualizó en el auditorio Manuel Gómez Morín de la sede nacional del PAN, donde estuvieron sus aliados a lo largo de la contienda interna y de la campaña electoral.

Ahí se encontraban el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, quien lo destapó hace dos años como aspirante a la primera magistratura; Rodolfo Elizondo, secretario de Turismo; Patricia Espinosa, directora del Inmujeres, quien tuvo que subirse a una silla para poder ver a su candidato en medio de una nube de fotógrafos; su esposa, Margarita Zavala, y sus tres hijos; su hermana, la senadora Luisa María Calderón, y los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional que encabeza Manuel Espino Barrientos.

También sobresalió la presencia de su equipo de campaña y de decenas de simpatizantes que más tarde hicieron una larga fila para felicitar al panista. Uno de ellos le llevó una figura de Judas Tadeo, de más de un metro, y una mujer se arrodilló frente a él.

El discurso de Felipe Calderón fue similar al que ofreció en la madrugada, cuando la tendencia en el conteo de votos cambió y en lugar de favorecer a López Obrador lo benefició a él.

Proclamación adelantada

A las 4:07 horas ocurrió el cambio en la votación. Diez minutos después salió Calderón con los integrantes de su equipo, que ya portaban camisas blancas con el lema: "Ganamos. Felipe Calderón, presidente".

De cara a decenas de panistas que se desvelaron y llegaron a la sede del blanquiazul, se comprometió a ser respetuoso con las instancias electorales -que a esa hora aún no decían quién había ganado los comicios-, pero en los hechos se asumió como vencedor al señalar que ya había rebasado al tabasqueño en los cómputos oficiales.

Con los ojos llorosos, enfatizó que las diferencias no deben resolverse por la vía de las armas, la segregación, la intolerancia o la violencia, sino por el camino de la pluralidad y de los votos.

"Vamos a defender la votación y les pido que estén atentos, porque vamos a requerir de cada uno de ustedes para que esos votos no se cancelen, no se echen a la basura, y no se pretenda negar por capricho o por ambición lo que han decidido 41 millones de mexicanos", señaló.

 
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