Usted está aquí: martes 20 de junio de 2006 Economía En juego, $13 mil 500 millones al año por aplicación de ''el que llama paga''

Es necesario revisar las tarifas en telecomunicaciones, dice especialista del CIDE

En juego, $13 mil 500 millones al año por aplicación de ''el que llama paga''

En 2005 la Cofeco advirtió sobre la problemática y riesgos al proceso de competencia

VICTOR CARDOSO

La oposición de un grupo de empresas de telefonía fija a la aplicación del esquema ''el que llama paga'' para llamadas de larga distancia nacional e internacional representa un buen pretexto para revisar los esquemas tarifarios que rigen la industria y trasladar los beneficios de la reducción de costos al usuario, afirmó Ernesto Piedras, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Señaló que la reducción de tarifas en servicios de telefonía móvil se debe a la competencia, los avances tecnológicos y porque las empresas han identificado correctamente las necesidades de sus abonados, más que al entorno regulatorio, el cual no ha ayudado suficientemente a mejorar la industria de telecomunicaciones.

El esquema ''el que llama paga'' para larga distancia, que será aplicado a partir de octubre próximo, despertó de nueva cuenta la beligerancia que las empresas telefónicas al parecer habían superado gracias a la negociación de acuerdos comerciales.

Lo que está en juego no es poco: ingresos por 13 mil 500 millones de pesos al año. Esta cifra representa la diferencia entre lo que pagan los usuarios de telefonía fija por llamar a un teléfono móvil, 14 mil 380 millones de pesos, frente a los 790 millones que las empresas celulares pagan por terminar una llamada en la red local fija.

La semana pasada, las empresas Alestra, Axtel y Avantel, informaron que presentarían un juicio de nulidad en contra de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) para anular la aplicación del esquema ''el que llama paga'' en llamadas de larga distancia, por considerar que representaría un subsidio cruzado por alrededor de 11 mil millones de pesos anuales hacia la principal empresa de telefonía celular, Telcel.

Tal oposición se deriva de que las compañías celulares cobran a las de telefonía fija 2.03 pesos por terminar una llamada en su red (1.54 pesos por tarifa de interconexión, más 0.49 pesos por servicios de facturación y cobranza), mientras que éstas sólo reciben 11 centavos de peso por el mismo servicio. La controversia se interpondría a pesar de que esas tarifas bajaron 9.7 por ciento en 2006 respecto a las de 2005 y se tiene considerado que para 2007 se reduzcan otro 10.34 por ciento.

Sin embargo, los principales involucrados, Telcel y Teléfonos de México (Telmex), ambos pertenecientes al conglomerado empresarial fundado por Carlos Slim Helú, no están interesados en modificar las actuales condiciones del mercado. La primera, con casi 38 millones de usuarios, controla alrededor de 80 por ciento del mercado de telefonía móvil en el país, mientras la segunda, con 18 millones 650 mil líneas en servicio, tiene una participación alrededor de 60 por ciento de la telefonía local y de larga distancia nacional e internacional.

Otro actor involucrado, la Comisión Federal de Competencia (Cofeco), a solicitud de las empresas Operadora Protel, Marcatel, Conexxión XXI, Alestra, Maxcomm Telecomunicaciones y Avantel, en abril del año pasado emitió una opinión ''sobre los efectos en la competencia que se derivan de la existencia de las distorsiones tarifarias...en el mercado de llamadas de servicio local terminadas en usuarios del (servicio local móvil) bajo la modalidad (el que llama paga)''.

En opinión de ese organismo ''las modalidades EQLLP (el que llama paga) y EPLLP-LD (el que llama paga larga distancia) presentan las mismas características y problemática'', porque en ambos casos ''el costo por terminación de una llamada en una red móvil es el mismo, independientemente de que la llamada sea local o de larga distancia'' y porque ''los concesionarios de las redes móviles tienen pocos incentivos para bajar las tarifas de interconexión, ya que bajo los esquemas EQLLP sus suscriptores no son los que pagan esas tarifas''.

Para la Cofeco en el mercado existen riesgos al proceso de competencia y libre concurrencia: ''Establecimiento de tarifas de interconexión, por terminación de llamadas, muy superiores al costo incremental promedio de largo plazo. Tales tarifas altas pueden constituirse en una barrera a la interconexión lo cual beneficia a los operadores más grandes.

''Tarifas de interconexión elevadas a competidores, frente a las que se atribuyen a sí mismos los concesionarios de servicios móviles en las llamadas que se originan y terminan dentro de sus redes. Esta práctica tiene a desplazar y encarecer los servicios de telefonía de los competidores. Aún si esta práctica se eliminara, las tarifas de interconexión que se atribuyen esos concesionarios representan cargos virtuales, mientras para los competidores son cargos reales''.

Aún así la Cofeco hizo notar que ''debe tomarse en cuenta que las modalidades EQLLP y EQLLP-LD son de gran interés para los usuarios de bajo consumo que valoran tener acceso a la red, pero que no están dispuestos o no cuentan con recursos para pagar por las llamadas entrantes, ya sean locales o de larga distancia. El universo de estos usuarios es elevado y está compuesto principalmente por las personas suscritas a esquemas de prepago'', que rebasan los 44 millones de usuarios. No obstante, la opinión del organismo es que ''si las llamadas de larga distancia se encarecieran demasiado por el impacto de una tarifa de interconexión excesiva, el precio a pagar en EQLLP-LD podría ser muy elevado frente a las ventajas de esta modalidad''.

 
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