Usted está aquí: viernes 9 de junio de 2006 Política El debate y la migración

Gabriela Rodríguez

El debate y la migración

Más allá de las declaraciones de políticos, nunca me había quedado tan claro que el acelerado flujo de trabajadores emigrantes es uno de los más fuertes indicadores del fracaso de la política económica ejercida por nuestros últimos gobernantes. Dos datos lo demuestran: el patrón de migración hacia Estados Unidos es actualmente 13 veces más alto que el de hace 30 años, y hoy uno de cada 10 mexicanos es un trabajador indocumentado en "el otro lado". La cifra es escandalosa toda vez que no se da en tales dimensiones en ninguna otra frontera del planeta.

Por eso el posicionamiento de los candidatos a la Presidencia de México frente al tema migratorio es crucial para entender su proyecto de país, su lucha contra las disparidades económicas y su compromiso con el pueblo. El candidato blanquiazul centró su propuesta en fortalecer las ventajas de la reforma migratoria que se está elaborando en el Congreso estadunidense, y además ofreció una tarjeta especial para que los paisanos se ahorren la comisión por los envíos de remesas en dólares a sus familias. Madrazo destacó que la política exterior del país es una zona de desastre y dejó claro que el gobierno foxista no ha generado empleos. López Obrador abarcó la esfera interna y externa, enfatizando que no se han atacado las causas del problema: la falta de empleos, así como la necesidad de una negociación horizontal frente a los vecinos del norte: "el próximo presidente de México no va a ser un pelele de ningún gobierno''. Patricia Mercado fue la única que mencionó la necesidad de mejorar la política migratoria en la frontera sur, donde se reproducen los malos tratos a los inmigrantes que vienen del centro y sur de América.

Las reacciones al debate son diversas entre los paisanos, algunos son muy críticos y bien informados, como Edgardo García Galicia, impresor serigrafista, de 38 años de edad, e inmigrante indocumentado desde hace 16 años, quien trabaja en Seattle y percibe un ingreso diario de 112 dólares, de los cuales aporta 25 por ciento como impuesto.

Según Edgardo, el candidato panista "está cantando victoria antes de tiempo, porque la reforma migratoria todavía no ha sido aprobada en el Congreso de Estados Unidos; su discurso fue un engaño para la gente que no tiene idea como están las cosas en este país; está haciendo caravanas con sombrero ajeno, porque ni él ni el gobierno actual han construido esta reforma; los gobiernos de México nunca han hecho absolutamente nada por nosotros. Por eso a muchos nos indignó su discurso; la reforma migratoria es producto de los líderes migrantes y de algunos políticos de Estados Unidos. Solamente está repitiendo textualmente las palabras de Bush, y eso es muy grave. Que nos ofrezca una tarjeta para ahorrarnos las comisiones "me da igual", a mí no me importa pagar 10 o 15 dólares en cada remesa, el problema es que sean seguras, que se transforme el servicio de Correos de México. ¡Es increíble cómo se pierden las cartas, los paquetes! No se puede confiar para nada en ese servicio. Obrador tiene un poco más de conciencia de la situación, pero no habló mucho de nosotros, se enfocó a nivel nacional, a cómo evitar la migración. Tiene razón, tiene lógica, eso es lo ideal: que haya empleos en Mexico. En el tema de la migración yo le doy la victoria a López Obrador. Madrazo se mostró como un conejo espantado, sin capacidad para ser presidente; prometió lo mismo que han prometido todos los presidentes del PRI y nunca escuchó lo que los otros contendientes plantearon. La candidata mujer fue la que presenta mayor credibilidad para sacar el país adelante. Me dio mucho gusta saber que hay una mujer postulándose a la Presidencia. Hay que romper el mito; pienso que las mujeres son mejores presidentas que los hombres, el problema es que con el machismo mexicano no la dejan ir más allá".

Pese a su interés en las elecciones de México, Edgardo no podrá votar porque no tiene credencial de elector, requisito que es la principal barrera para el sufragio en el extranjero. De los más de un millón de ciudadanos que estarían en edad y condiciones de votar, tan sólo pudieron registrarse 40 mil 854 electores, de los cuales 87.5 por ciento viven en Estados Unidos; en otros países las cifras son mínimas: España 3 por ciento, Canadá 2.1, Francia 1.2 y en Reino Unido 1.1 por ciento.

Tomando en cuenta la apretada contienda, según las tan cuestionadas encuestas, y considerando también la importante influencia de los inmigrantes en sus familiares que aún viven en México, en sus manos puede estar una decisión crucial: dar el mando a la derecha panista, que no busca cambiar las grandes disparidades, sino adherirse a la lógica de Bush, o votar hacia la izquierda progresista y nacionalista, que busca mejorar las condiciones de vida de los mexicanos y evitar que sigan migrando, pero que tambien les genera la ilusión de poder regresar, en un futuro cercano, a un mejor país.

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