Usted está aquí: jueves 8 de junio de 2006 Política El informe de Blix

Miguel Marín Bosch*

El informe de Blix

Hace ocho días Hans Blix presentó a Kofi Annan el informe de la Comisión sobre Armas de Destrucción en Masa (CADM). El título del informe es Armamento de terror: librando al mundo de las armas nucleares, biológicas y químicas.

Los medios de comunicación de nuestro país no le han brindado la atención que merece ese informe. Es el resultado de dos años de trabajo de un grupo de distinguidos internacionalistas y expertos en desarme. La idea original fue de Jayantha Dhanapala, a la sazón subsecretario de la ONU para asuntos de desarme.

A la entonces ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Anna Lindh, le gustó la idea de una comisión y, poco antes de su brutal asesinato en septiembre de 2003, pidió a Blix que la encabezara. La comisión se integró y estuvo compuesta por 14 personas, incluyendo a un latinoamericano, el brasileño Marcos de Azambuja. Aparte de sus sesiones formales, la CADM organizó numerosos seminarios, mesas redondas y talleres por todo el mundo.

Hans Blix ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1961 y durante casi dos décadas acompañó a Alva Myrdal a las reuniones de desarme en Ginebra. Ahí lo conocí en 1971 y a sus casi 80 años sigue tan activo como siempre.

Abogado, brevemente ministro de Relaciones Exteriores (1978-1979), Blix nunca fue santo de la devoción de Washington. No lo fue cuando encabezó el Organismo Internacional de Energía Atómica (1981-1997). Y mucho menos lo fue cuando se convirtió en el jefe de los inspectores de la ONU en Irak. Estados Unidos le exigía pruebas de que Saddam Hussein tenía la intención de hacerse de armas de destrucción en masa. Blix no encontró esas pruebas y dejó el cargo poco después de la invasión de Irak en 2003. Estados Unidos tampoco encontró nada, pero nunca pidió disculpas a Blix. Ahora, con el informe de la CADM, será una persona aún menos grata para Washington.

El informe describe la amenaza que constituyen las armas de destrucción en masa, "las armas más inhumanas", ya que están diseñadas no sólo para destruir, sino para aterrorizar. Parte de una premisa muy sencilla: la mejor solución para el problema de la proliferación de armas de destrucción en masa es que los países lleguen a la conclusión de que ya no las necesitan. Y ello sólo se logrará cuando todos tengan confianza en un sistema de seguridad colectiva anclado en el derecho internacional.

La información que ofrece la CADM es parte de una cadena de esfuerzos internacionales que dieron inicio en las últimas décadas del siglo pasado con el fin de hacer recomendaciones puntuales sobre una variada gama de temas. Recordemos los informes de las comisiones Brandt (inseguridad global y pobreza) o Brundtland (medio ambiente y desarrollo). En particular, el informe de Blix es una continuación del trabajo de 1982 de la comisión Palme sobre seguridad común, la comisión de Canberra en 1996 sobre la eliminación de las armas nucleares y el Foro de Tokio, que en 1999 concluyó su estudio sobre desarme nuclear, no proliferación y terrorismo.

Hace un año la universidad de la ONU publicó un libro (International Commissions and the Power of Ideas) en el que se analiza el funcionamientos de diversas comisiones del pasado y se proponen ideas acerca del mandato, composición y conclusiones de futuras comisiones. En un apéndice se reproduce la propuesta de Dhanapala sobre la CADM. Una de las conclusiones de la obra es que siempre debe haber un estadunidense en las comisiones, mismo que debe endosar sus conclusiones. El informe de la CADM (más no el prólogo de Blix) sí contó con el apoyo del participante de Estados Unidos, el ex secretario de Defensa, William J. Perry.

El informe de Blix puede consultarse en línea (www.wmdcommission.org). Contiene un análisis del estado actual de las armas de destrucción en masa y una serie de recomendaciones. En su prólogo describe la complicada situación en torno a la acumulación y mejoramiento por unos y la adquisición por otros de las armas de destrucción en masa. Culpa de manera general a Estados Unidos, y particularmente al presidente George W. Bush, por la falta de progreso en el campo del desarme e incluso afirma que desde 2001 se han registrado retrocesos preocupantes causados por Washington.

Blix presenta 60 recomendaciones sobre las armas de destrucción en masa. La mitad de las cuales tienen que ver con diversos aspectos de las armas nucleares: la prevención de su proliferación (incluyendo los casos de Corea del Norte e Irán), la prevención del terrorismo nuclear, la reducción de la amenaza y el tamaño de los arsenales existentes, y su eliminación. En el caso de las armas biológicas y químicas la comunidad internacional ya cuenta con sendos tratados para su eliminación. Pero aún no existe un instrumento multilateral para la abolición de las armas nucleares.

Armamento de terror: librando al mundo de las armas nucleares, biológicas y químicas analiza el papel del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con las armas de destrucción en masa, incluyendo las medidas que ha adoptado para evitar que caigan en manos de terroristas u otros actores no estatales, e insiste en la necesidad de lograr un mundo libre de ellas. Para ello "será necesario desarrollar una sociedad internacional que esté organizada sobre la base de la cooperación y el derecho en lugar de una sociedad controlada por una fuerza militar abrumadora, incluyendo armas de destrucción en masa".

* Director del Instituto Matías Romero y ex subsecretario de Relaciones Exteriores

 
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