Usted está aquí: lunes 29 de mayo de 2006 Sociedad y Justicia América Central y el Caribe, indefensos ante huracanes

Pronostica Cuba intensa temporada en el Atlántico

América Central y el Caribe, indefensos ante huracanes

REUTERS

La Habana, 28 de mayo. Los pequeños países del Caribe y América Central han padecido devastación y miles de muertes por huracanes cada vez más frecuentes y los meteorólogos predicen otra dura temporada este año para la región y sus centros turísticos.

Los organismos internacionales de ayuda para los damnificados por catástrofes naturales advierten que los países pobres no están preparados para hacer frente a los desastres y dicen que el número de muertos continuará aumentando.

En 2005, la temporada de huracanes atlánticos rompió récord trayendo 28 tormentas tropicales, 15 de las cuales se convirtieron en verdaderos ciclones.

El Instituto Nacional del Clima de Cuba ha anticipado que habrá 15 tormentas tropicales por encima del promedio este año, y se espera que al menos nueve se conviertan en huracanes.

Ello porque las aguas en la cuenca caribeña del Atlántico permanecen cálidas y no hay signos de un fenómeno que contrarreste a El Niño en el Pacífico, dijo la meteoróloga cubana Maritza Ballester.

La primera tormenta se formará a fines de junio o principios de julio, predijo: tres de ellas se levantarán en el Golfo de México.

"Todo apunta a una temporada activa", dijo Ballester, quien desarrolló un modelo matemático para anticipar huracanes.

El huracán Katrina, que destrozó Nueva Orleáns y mató unas mil 300 personas en agosto, llevó a los hogares de los estadunidenses un panorama de devastación conocido por los habitantes del Caribe y de América Central.

Los deslizamientos de tierra enterraron ciudades y las inundaciones arrasaron con hogares y caminos en América Central cuando Stan empapó la región durante una semana en octubre. Murieron más de dos mil personas, principalmente en Guatemala.

El huracán Wilma se convirtió, brevemente, en el más intenso del Atlántico jamás observado antes de cernirse sobre la península de Yucatán en México durante dos días, causando serios daños en los centros turísticos de Cancún y Cozumel y dejando a los visitantes atrapados en sus hoteles.

Haití, el país más pobre del hemisferio, es por mucho el más vulnerable. Ha quedado virtualmente despojado de árboles, que son cortados para obtener carbón, dejando al país inerme ante las repentinas inundaciones.

Hace dos años, tres mil personas murieron en Gonaives, la tercera ciudad en tamaño, cuando la tormenta tropical Jeanne disparó inundaciones repentinas.

Expertos de Naciones Unidas dicen que la degradación ambiental, la falta de gobernabilidad y la pobreza aguda hacen de Haití el caso más complicado.

Las naciones caribeñas más ricas, como Islas Caimán, un paraíso fiscal, no han escapado a la ira de las tormentas, pero pueden volver a ponerse en pie más rápido.

Iván dañó o destruyó el 93 por ciento de las viviendas en Islas Caimán, nación que se ubica en el puesto número cinco en la lista de ingreso anual por cápita con 35 mil dólares.

El mercado inmobiliario se ha recuperado desde entonces, alimentando un auge en la construcción.

 
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