Usted está aquí: viernes 19 de mayo de 2006 Sociedad y Justicia Posibles transmisoras de hepatitis, 8 millones de personas: UNAM

Perforaciones y tatuajes, vías más comunes de contagio

Posibles transmisoras de hepatitis, 8 millones de personas: UNAM

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Relaciones sexuales sin protección, uso de drogas intravenosas, tatuajes y perforaciones de la piel, son las vías más comunes para la transmisión de la hepatitis B, enfermedad que en México afecta a 1.5 millones de personas y aproximadamente a 8 millones más que han sido infectadas con el virus y son potenciales transmisores del padecimiento.

David Kershenovich, director de la Unidad de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina de la UNAM, situada en el Hospital General de México, explicó que 90 por ciento de quienes contraen el virus lo eliminan de manera natural, mientras que 10 por ciento progresan, luego de 10 a 30 años, a padecimientos como insuficiencia hepática, cirrosis y/o cáncer.

El especialista resaltó que la gravedad de la hepatitis B radica en que la mayoría de los portadores del virus lo desconocen. Sólo 10 por ciento de los afectados presenta el síntoma de la piel amarilla (ictericia).

En México no existe un estudio epidemiológico que informe sobre la prevalencia real de la enfermedad. Los casos que se conocen han sido detectados en los bancos de sangre, como el del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde entre 1995 y 2002 acudieron 511 mil 753 donadores, de los cuales 0.13 por ciento resultó positivo al virus de la hepatitis B.

El problema radica en que por la ausencia de una cultura de detección, los portadores del virus se convierten en fuentes de contaminación.

La hepatitis B es la infección hepática más común del mundo. El virus que la ocasiona ataca a las células del hígado y se transmite por contacto con sangre o fluidos corporales que lo contienen.

A escala mundial, más de 2 mil millones de personas se han infectado con hepatitis B y entre 300 y 400 millones de individuos se encuentran en la fase crónica, lo cual significa que han sido portadores del virus durante un periodo mayor a seis meses.

En conferencia de prensa con Kershenovich y René Malé, director médico del Centro de Enfermedades Digestivas y Hepáticas del Hospital Angeles del Carmen de Guadalajara, Jalisco, se informó que cada año mueren 500 mil personas de cáncer hepático. De esa cifra, 80 por ciento se origina en la hepatitis B.

En Estados Unidos más de 12 millones de personas han contraído la infección y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estiman que existen 1.25 millones de individuos con hepatitis B crónica. Mientras tanto, en Europa, un millón de personas se infectan con el virus cada año, y en ese periodo 3.7 millones de brasileños son contagiados.

Al referirse a la fase crónica de la inflamación del hígado, los médicos comentaron que la edad de la persona juega un papel fundamental, debido a que mientras más pequeño se es, aumenta el riesgo de que la infección se arraigue. El 90 por ciento de los bebés que contraen el virus al nacer desarrollan hepatitis B crónica.

Los niños menores de cinco años tienen de 25 a 50 por ciento de riesgo de llegar a esa etapa, mientras que entre los adultos, dependiendo del sistema inmunológico, el porcentaje varía de uno a 5 por ciento.

De quienes son detectados como portadores del virus durante más de seis meses, de 5 a 10 por ciento desarrollarán cáncer, 30 por ciento cirrosis y 25 por ciento insuficiencia hepática en el transcurso de los primeros cinco años.

Sobre los factores de riesgo, dijeron que los más frecuentes son haber nacido de una madre infectada, tener relaciones sexuales sin protección, tener más de una pareja sexual y compartir agujas y jeringas, principalmente.

Puntualizaron que la enfermedad no se transmite por besar en labios o boca, tos o estornudos, dar la mano o abrazar, ni por comer alimentos preparados por una persona infectada.

Respecto a los tratamientos médicos, el doctor Malé informó que desde 1991 cuando aparecieron las primeras terapias a base de interferón, los progresos han sido sustanciales. Aunque todavía no existe una terapia ideal que logre la curación del padecimiento, los fármacos recientemente aprobados por las autoridades sanitarias han demostrado que en 67 por ciento de los pacientes la carga viral se reduce a niveles indetectables, lo cual reduce el riesgo de las complicaciones.

La fórmula desarrollada por el laboratorio Bristol-Myers Squibb es útil aún en etapas avanzadas de la enfermedad y a dos años de seguimiento no existen evidencias de efectos adversos.

 
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