Usted está aquí: jueves 11 de mayo de 2006 Política Valentina Palma deplora atención del cónsul chileno

En 24 horas sólo recibió una llamada de 3 minutos

Valentina Palma deplora atención del cónsul chileno

Se le prestó toda la atención legal, afirma el diplomático

LAURA POY SOLANO

Ampliar la imagen Las paredes de las casas de San Salvador Atenco han sido usadas para manifestar el malestar de la gente por la represión y designar al responsable Foto: Marco Peláez

En respuesta a las "precisiones" formuladas por el consulado general de Chile sobre la expulsión de territorio mexicano de dos ciudadanos chilenos el pasado 5 de mayo, tras el enfrentamiento entre ejidatarios y cuerpos policiacos en San Salvador Atenco, estado de México, Valentina Palma Novoa, una de las cuatro extranjeras que fueron golpeadas y agredidas sexualmente, aseguró que la única ayuda consular que recibió durante las más de 24 horas de detención previas a su deportación "fue una llamada de tres minutos.

"Se nos dejó en un estado de indefensión", afirmó, "porque si te están violando tus derechos en un país que no es el tuyo, esperas mínimamente que el cónsul esté ahí para representarte y hacer algo, pero nunca lo hizo, porque si la atención consular implica una llamada telefónica de tres minutos, eso fue lo que recibimos.

"Nos preguntaron datos personales, si estábamos vinculados con algún movimiento y si queríamos comunicarnos con algún familiar, cosa que es absurda, porque fueron nuestros familiares quienes se comunicaron para avisarles de nuestra situación."

Postura oficial

Un comunicado del gobierno de Chile, fechado el 9 de mayo y difundido ayer, señala que en la mañana del 5 de mayo el Instituto Nacional de Migración "comunicó a este consulado que la connacional Palma Novoa y Mario Alberto Aguirre Tomic, este último sin documentación de identidad, pero que manifestara ser de nacionalidad chilena, se encontraban a disposición de la estación migratoria de la delegación Iztapalapa".

Por lo anterior, continúa el documento, el cónsul general, José Cataldo, "tomó inmediato contacto con las autoridades de la estación migratoria, a fin de comunicarse telefónicamente con ambos detenidos, pudiendo confirmar su situación luego de la conversación sostenida con cada uno. La motivación del cónsul general fue ofrecerles ayuda humanitaria y personal".

Por ello concluye que "desde que este consulado general tuvo conocimiento por parte de las autoridades mexicanas de la detención de Palma Novoa y Aguirre Tomic, se les prestó toda la asistencia consular establecida en el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, velándose por el respeto a sus derechos, así como que la determinación adoptada en relación con su situación migratoria se llevara a cabo dentro del debido proceso."

En entrevista telefónica desde Santiago de Chile, Palma Novoa afirmó que al rendir su declaración en la estación migratoria de Iztapalpa "recibí una llamada del cónsul en la que me preguntó mis datos personales y cuál era mi estado de salud. Me dijo que iba a velar porque todo el proceso se realizará de forma adecuada, pero en realidad no fue así". La estudiante chilena destacó que fueron sus familiares quienes estuvieron en contacto con el cónsul y le informaron que había un recurso de amparo ante una posible deportación, "pero en ningún momento se presentó en los lugares de nuestra detención, aunque estaba informado de que fuimos trasladados al penal de Almoloyita y después a la estación migratoria, no pudo conocer cuál era nuestro estado de salud y velar que el proceso fuera legal". A diferencia del cónsul español, afirmó, quien acudió a la estación migratoria para entrevistarse con sus connacionales, "me llama mucho la atención que si se gastaron más de 7 millones de dólares en el proceso para expulsar a Augusto Pinochet de Inglaterra, al cónsul chileno no le costó absolutamente nada gastar en un boleto de Metro o en gasolina para su auto e ir a ver cuál era el estado de dos compatriotas detenidos.

"En la única llamada telefónica que recibí -manifestó-, el cónsul me preguntó qué andaba haciendo en Atenco. Le dije que grababa un video documental y que no tengo ninguna conexión política con ningún tipo de organización en México; se lo asegure, pero después de eso no supe nada de él".

Afirmó que solicitará a la cancillería chilena que se pronuncie respecto de estos abusos y que se esclarezca el clima de hostigamiento que afecta "a compañeras chilenas en México, quienes han comenzado a recibir mensajes telefónicos amenazantes".

 
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