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Jueves 4 de mayo de 2006

Solecito En el sector agrícola y la industria de la construcción se percibió más el efecto del boicot

La ausencia de migrantes afectó la economía de Estados Unidos

DPA

Nueva York, 3 de mayo. Pese a que aún es difícil medir el impacto económico del boicot realizado por los migrantes en Estados Unidos en favor de la legalización de los indocumentados, estados como California padecieron las consecencuencias de la falta de trabajadores sin documentación .

Según destaca hoy la prensa local, numerosos comercios y empresas mantuvieron sus puertas cerradas el pasado lunes primero de mayo, pues los jornaleros no aportaron con su trabajo en la industria de la construcción y el sector agrícola.

De acuerdo a Jack Kyser, economista de la firma Los Angeles Economic Development Corp., el impacto económico del boicot de un día pudo haber sido de hasta 200 millones de dólares en el condado de Los Angeles. La estimación es una sexta parte de los mil 200 millones que genera el condado en actividad económica diaria.

En tanto, organizaciones defensoras de los jornaleros afirmaron que el boicot afectó significativamente al sector agrícola, uno de los ramos económicos más importantes del estado de California.

Los contratistas suspendieron sus trabajos de construcción en muchas comunidades, las tiendas de productos electrónicos postergaron las entregas, los padres tuvieron problemas para que alguien más cuidara de sus hijos pequeños y los campos agrícolas tuvieron menos personas para recoger la cosecha.

Millones de personas respondieron el lunes pasado en Estados Unidos a la convocatoria a huelga y boicot económico en reclamo de la legalización de los indocumentados.

Un millón de personas marchó en Los Angeles, medio millón en Chicago y medio millón en Nueva York, según estimaciones de los organizadores, y marchas más pequeñas en ciudades de menor tamaño, como Orlando, Atlanta, Denver y Washington, sumaron a otros cientos de miles a las protestas.

La adhesión a la huelga paralizó obras de construcción a lo largo y ancho del país, y plantas industriales de la cadena alimenticia debieron cerrar sus puertas.

En los barrios latinos de Los Angeles, Washington, Chicago y Miami, miles de restaurantes, almacenes, locales de revistas y de envío de remesas a América Latina, entre otros negocios, también permanecieron cerrados.

No hubo reportes de violencia ni de disturbios en ninguna de las decenas de manifestaciones y marchas en todo el país.

Los manifestantes protestaron en contra del proyecto de la Cámara de Representantes que propone criminalizar a indocumentados y acelerar su deportación; construir el muro más largo del mundo en la frontera con México, y evitar la inmigración ilegal usando tecnología militar.

El Senado, en cambio, no tiene mayoría para un proyecto de ese tipo, y hay votos suficientes para aprobar un programa de legalización para algunos indocumentados, pero aún no hay acuerdos.

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