Usted está aquí: miércoles 3 de mayo de 2006 Política Mayor integración económica con AL y el Caribe, propone AMLO

Cambio radical en la política exterior mexicana, plantean embajadores

Mayor integración económica con AL y el Caribe, propone AMLO

El tabasqueño se compromete a seguir los lineamientos constitucionales en la materia

ENRIQUE MENDEZ

Embajadores del Servicio Exterior Mexicano definieron ayer que el próximo gobierno de la República deberá empeñarse en un cambio radical de política exterior, que renueve el proyecto nacional y reconstituya las relaciones con América Latina, en general, y con Cuba y Venezuela, en particular.

Estas posiciones fueron expresadas durante una reunión organizada por el Consejo Consultivo para un Proyecto Alternativo de Nación, que preside Porfirio Muñoz Ledo, con el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, quien ratificó sus compromisos de política exterior. Explicó que ésta será mesurada y se basará en los principios constitucionales.

En el auditorio del World Trade Center, al que fueron convocados ex embajadores, representantes acreditados en México y diplomáticos mexicanos de carrera, López Obrador ofreció poner en práctica los siete principios rectores de la política exterior establecidos en la Constitución, "no sólo por apego a la legalidad, sino por convicción: la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las diferencias, la prohibición de la amenaza o uso de la fuerza, la igualdad jurídica de los estados, la cooperación internacional para el desarrollo y el principio de la lucha por la paz".

Planteó que no recurrir a una política exterior protagónica no implica pasividad o aislamiento. Aseguró que en su eventual gobierno se mantendrán relaciones de amistad y cooperación con todos los gobiernos
y se buscará mayor integración económica y comercial con América Latina y el Caribe.

Ratificó que el principal tema de la agenda con el gobierno estadunidense debe ser la migración, pero acotó que medidas como los muros y mayor patrullaje fronterizo no resolverán este fenómeno y, en cambio, "provocarán más violaciones a los derechos humanos y más conflictos en la relación bilateral".

Los embajadores cuestionaron que el gobierno de Vicente Fox haya derruido
el tradicional ejercicio diplomático mexicano y se enemistara con países considerados amigos para supeditarse a Estados Unidos.

Javier Wimer, embajador y colaborador de La Jornada, definió el estado de la diplomacia nacional: "el desastre puede resumirse en pocas palabras; tenemos malas relaciones con varios países y excelentes con ninguno. El Presidente no ha reconquistado la simpatía del gobierno de Washington, y por cuenta del mismo apostolado ha perdido la confianza de la comunidad latinoamericana".

Gustavo Iruegas, ex subsecretario de Relaciones Exteriores y colaborador de este diario, advirtió de las amenazas que se ciernen sobre la seguridad nacional.

La seguridad interior, afirmó, enfrenta serias amenazas, y en el rubro de seguridad pública "la nación está sometida a agresión abierta por el crimen organizado y la sistemática hostilidad de la delincuencia común. La primera compite violenta y abiertamente por el poder con el gobierno, socava instituciones y erosiona la soberanía; la segunda ha superado la capacidad de respuesta del gobierno, pues ha logrado impedir dar seguridad al ciudadano y con ello dejó de cumplir con la primera de sus obligaciones".

Sostuvo que el orden interno está amenazado porque la fortaleza gubernamental está vulnerada por la incapacidad de sus instituciones y porque la probidad de
sus funcionarios frecuentemente está en entredicho. En seguridad exterior, consideró que "tiene el celo mitigado por un gobierno manso y maleado, una inteligencia obsecuente y una sociedad adormecida por el espejo de un primer mundo siempre inalcanzable".

Lamentó que de manera irreflexiva se juegue con proyectos que facilitan el territorio nacional para proyectos ajenos, y recomendó que los problemas de seguridad exterior mexicana requieren de una solución a la vieja escuela. Esto es, el ejercicio de una política externa propia, que descanse en mantener su activo más importante: no tener enemigos es tan necesario como cultivar la amistad de vecinos.

José María Perez Gay, asesor de López Obrador, embajador, ex director de Canal 22 y colaborador de La Jornada, expuso la necesidad de rescatar la política exterior con América Latina, pero también con la Unión Europea, que el gobierno foxista "ha convertido en zonas de devastación diplomática bilateral y multilateral". Sostuvo que el crecimiento y consolidación de 20 millones de migrantes en Estados Unidos refleja "el más rotundo fracaso de la política económica neoliberal".

El ex subsecretario de Relaciones Exteriores y ex diputado perredista Ricardo Valero señaló que la pérdida de imagen y prestigio de la diplomacia mexicana es un proceso que va más allá de la cadena de incidentes, torpezas y el lamentable papel de la administración foxista; se inicia desde que los gobiernos colocaron como eje de su actuación internacional la visión neoliberal. Dijo que si el proyecto alternativo de nación aspira a expresar los sentimientos de la nación, debe contener un capítulo destinado a las relaciones internacionales, como un acto de reafirmación de la soberanía de México y su pertenencia a la comunidad latinoamericana de naciones.

La embajadora Olga Pellicer fue la voz discordante, al señalar que el próximo presidente debe asumir "sin ruborizarse que la prioridad de las relaciones exteriores de México es con Estados Unidos. No pretendo minimizar la importancia y urgencia de tener buenas relaciones con América Latina, pero es desacertado que nostalgias bolivarianas sustituyan esa prioridad indudable".

 
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