Usted está aquí: martes 2 de mayo de 2006 Política Tratar de clarificar

José Blanco

Tratar de clarificar

El debate ya quedó un tanto lejos, pero sus secuelas en los medios dejan algunas preocupaciones. Es claro que muchas "lecturas" del debate fueron hechas a través de las anteojeras de las preferencias electorales de diversos comentaristas. No hubo intento serio por ver y oír lo que esa noche dijo cada uno. De otra parte quienes se quejan por la "ausencia" de temas cruciales yerran: el debate fue convocado para una lista específica de temas acordados entre los partidos participantes. Es claro que en el corto plazo el problema mayor de este país, pensando en el futuro, es la inseguridad pública; y que en el largo plazo los temas fundamentales son: el crecimiento, la productividad, la educación y la desigualdad. Para el corto y largo plazos, una reforma del Estado que supere el divorcio entre la sociedad civil y la sociedad política. Ninguno de estos temas estaba pactado para la primera ronda.

La expresión de los candidatos fueron opiniones sobre los temas pactados, que resulta útil para quienes quieren oír cómo plantea el problema cada candidato, y examinar la coherencia del planteamiento con la propuesta. Este formato no es un debate y es un error de los que así lo llamen. Pero la exposición de cada uno dice cosas útiles sobre los candidatos mismos.

De otra parte, en general los candidatos yerran al hablar casi sólo de ellos mismos: yo haré, yo soy, tu no eres, etcétera. Los problemas deben plantearse de manera impersonal, acompañados de datos duros, argumentos y las propuestas respectivas.

Desde esta óptica, los resultados de las encuestas sobre el debate, probablemente obedecen a las imágenes que los candidatos proyectaron y la forma como se expresaron: 1) el discurso más estructurado fue el de Calderón: la mayor parte de sus intervenciones giraron en torno a su tesis sobre el empleo; 2) el mejor cuadro en pantalla, probablemente fuera Campa: no se le conocen problemas de corrupción, tiene una larga experiencia política y parece conocer adecuadamente los problemas del país; el asunto con Campa es que parece estar ahí no para ganar un espacio significativo en el futuro de su partido, sino para combatir a Madrazo y al PRI: tal vez nos enteremos de qué se trata este juego y su relación con Elba Esther; 3) el papelón estuvo a cargo de Madrazo: este señor ha estado en vitrina en términos de corrupción por muchos años; es su distintivo más visible, y puede ser el enterrador del PRI; estuvo fuertemente alterado por un conocimiento obviamente pobre sobre los problemas tratados; hubo de esquivar los mandobles de Campa y Calderón, se le hacían bolas las tarjetitas, se le caían los papeles, se salía de cuadro, y agregó más desconfianza a la mucha que ha acumulado: parece estar ya fuera de la contienda, y queda por ver cómo se canaliza el voto útil que va a ejercer una parte de los priístas; 4) Patricia Mercado, por el contrario, rezumaba novedad y confiabilidad; uno de sus diagnósticos resumió el mayor problema de gobernación de Fox: "propuestas para muchos temas, existen, dijo; lo que no existe es la disponibilidad de los partidos para llegar a acuerdos, en función de los problemas del país". Su propuesta de llegar al Congreso para construir acuerdos es una necesidad insoslayable. Alternativa parece un espacio donde puede crecer un segmento de la política distinta a la del PAN y la del PRI-1 y el PRI-2.

Frente a este abigarrado y diferenciado escenario no hace sentido decir ganó fulano. Perdió más puntos Madrazo, perdió más puntos AMLO, ganó puntos para su causa Mercado.

Hemos visto también que los tres partidos "grandes" no hacen una política con principios. Para los tres no hay más que la eficacia política. Y para ello, todo se vale. La política del miedo que el PAN desató contra AMLO, apoyada abiertamente por Fox, funcionó; el dinero que parece apoyar a Calderón también; no fueron, pues, las propuestas panistas las que elevaron la intención de voto a favor de Calderón. La adquisición por este partido de políticos mal afamados procedentes del PRI habla de la intención de conservar el poder a cualquier precio. AMLO, antes que el PAN, desató su propia política del miedo contra el "PRIAN" entre la población, amenazando con el regreso del innombrable, aunque se equivocó al atacar a Fox, sin tener en cuenta que la calificación que la población asigna al guanajuatense ha ido al alza desde diciembre. De otra parte, se ha dedicado también a cachar, aún en mayor medida, a políticos pésimamente afamados procedentes del PRI. Es claro que para los tres partidos el fin de alzarse con el poder justifica los medios.

Queda mayo para las campañas; junio será de futbol. Estamos frente a una extrema incertidumbre respecto de lo que ocurrirá el 2 de julio y los días o semanas subsecuentes, y esta incertidumbre estará acompañada de una certidumbre más que transparente: quién sabe por cuánto tiempo, la imposibilidad de gobernar está plenamente asegurada, por la falta de acuerdos en el Congreso, especialmente si el escenario fuera que AMLO pierde por un margen estrecho.

 
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