Usted está aquí: domingo 23 de abril de 2006 Política A LA MITAD DEL FORO

A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

Veta de verdugos, sicarios y sayones

VAN A RODAR cabezas, decían los predicadores de la ley y el orden. La amarga metáfora se les atraganta y vuelve como adelantado del retorno al ayer, el verdugo de Joseph le Maistre. En la siderúrgica Lázaro Cárdenas, la represión sembró de cadáveres el ocaso del régimen alternante que persiste en la incontinencia retórica: La violencia "... se pudo haber evitado si los trabajadores hubieran cumplido con la ley", escupió el vocero de la Presidencia de esta República nuestra.

VICENTE FOX REUNIO a su gabinete de seguridad nacional. Reivindicó el carácter democrático y humanista de su gobierno. Se dijo consternado por la muerte, por cualquier muerte. Sin decir, sin precisar que se trataba de obreros, de los trabajadores que estallaron la huelga el 2 de abril en defensa de la autonomía sindical, contra la burda pretensión de imponerle secretario general al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana. Eso eran, eso son las víctimas de las balas disparadas por policías federales y estatales. ¿Quién dio la orden de disparar? Dos trabajadores muertos y decenas de heridos en su centro de trabajo. Paro ilegal, declara una autoridad dispersa, displicente, pero descaradamente metida en la vida interna de los sindicatos. Un secretario del Trabajo que tartajea argumentos desde la atarjea, para decir que los mineros son drogadictos y culparlos por los accidentes en los que pierden la vida.

AL INGENIERO QUIMICO que suplió al antiguo dirigente patronal en la dependencia obligada por ley a tutelar los intereses de los trabajadores, no le bastó el espectáculo dantesco de los 65 mineros enterrados en los socavones de Pasta de Conchos; las familias engañadas; la huída vergonzosa del alto funcionario cuando concluyó la farsa y uno de los burlados intentó agredirlo. Vendría la condena desde el elegante despacho: "fuman mota los poceros", diría. Sin distinguir entre gambusinos y mineros; sin decir que únicamente eran sindicalizados 22 de los atrapados, enterrados, muertos, en los túneles de la mina. El resto, la mayoría, provenía de empresas especializadas en eludir obligaciones sociales, en violar la ley, con el mecanismo que llaman out-sourcing. Eso lo soltó, lo confesó Napoleón Gómez Urrutia. Y la autoridad en fuga expidió toma de nota a Elías Morales, dirigente impuesto desde el poder al que de inmediato repudió y desconoció la inmensa mayoría del SNTMMSRM:

NAPOLEON GOMEZ URRUTIA resultó súbitamente persona non grata para el gobierno que le había reconocido y avalado su condición de secretario general del sindicato. De pronto, supieron que heredó el puesto, que es rico como un Creso y pudiera resultar involucrado en lavado de dinero y otros delitos. Ah, si el secretario del Trabajo, si los funcionarios del gobierno alternante "hubieran cumplido con la ley", pudo haberse evitado la violencia precipitada por la estulticia y agravada por el desprecio a la vida de los de abajo. Napoleón podrá ser el rey Midas, pero la mayoría de los trabajadores lo reconoce como secretario general. Y el ingeniero potosino actuó con absoluto desprecio a la ley, sin respeto alguno a la autonomía sindical. Los gremios del país y sus dirigentes, con la salvedad del ferrocarrilero, con vocación de mozo de estribo que despacha en el Congreso del Trabajo, condenaron la intervención del gobierno y respaldaron a Napoleón Gómez Urrutia.

NO EN EL EXILIO, sino oculto, Napoleón litiga, sigue el cauce jurídico; ha solicitado amparo y recibido apoyo de empresarios de Coahuila y otras entidades mineras y con plantas metalúrgicas. Si no sorprendió que el líder telefonista apoyara al de mineros, al estallar la violencia y morir trabajadores en Sicartasa, el SNTE presidido por Elba Ester Gordillo y del que es secretario general Rafael Ochoa, publicó vigorosa protesta y condena al uso de la fuerza; exigen respeto irrestricto a la autonomía sindical, investigar a fondo y aplicar la ley a los responsables de "la muerte de los trabajadores mineros". Y concluyen los aliados políticos del régimen foxiano y disidentes declarados del priísmo en campaña: "No es posible que una toma de nota expedida unilateralmente por la autoridad pretenda suplir la voluntad de los trabajadores".

TRAS EL PODER está siempre el verdugo, decía Le Maistre. En el vuelco del infantilismo democrático, bajo el manto de la buena fe, aplicada a "sacar al PRI de Los Pinos", se coló la ultraderecha. Manuel Espino y los que como él tienen de plomo las calaveras, declaran la guerra a lo que despectivamente llaman "intelectuales"; imponen el tono beligerante al discurso del candidato Felipe Calderón. El PAN ya no se resiste a decirse partido en el poder. Espino y Espina la asumen por encima de Calderón, de un panista de cepa, hijo de fundador; del doctrinario dispuesto a seguir a Carlos Castillo Peraza en el ensayo modernizador que los ayuntó al priato tardío y obtuvo el patronazgo de los dueños del dinero que guardaron capas y espadas de caballeros de Colón para presentarse como legionarios de Cristo: con la victoria cultural abrieron paso a la alternancia; con el arribo al poder cedieron a las fuerzas oscuras de El Yunque y a la derecha, que no se avergüenza de decir su nombre.

AUNQUE SE VISTA de centro a la manera de Aznar. O navegue sin rumbo con los vientos de fronda del "centroizquierda" de Vicente Fox. Con la brújula enloquecida, pero el timón fijo de la disciplina macroeconómica, legado del doctorcito Zedillo, pudieron proseguir el desmantelamiento de instituciones del Estado y minar su carácter laico. Compartieron objetivos con los tecnócratas del priato tardío: ya en el poder, se embriagaron con la pompa y circunstancia, con las galas de palacio, aunque hablen de cabañitas en Los Pinos, a la manera de los escenarios rurales de Versalles. Se quejaron amargamente de los obstáculos que les puso el Congreso de la Unión; acudieron a la Suprema Corte en busca de sentencia favorable a la intención de disolver al Estado mexicano moderno y establecer el régimen teocrático.

LOS QUE PERDIERON el poder en el año 2000, como los de la caída y acto de desaparición del régimen soviético, "perdieron su futuro porque perdieron su pasado"; los del portento de la alternancia, así quede en simple paréntesis sexenal, apostaron a regresar al futuro, "a destruir reconstruyendo". En vísperas del primer debate de la campaña presidencial, cuando se ha derramado sangre de la clase obrera; cuando la ilustración es ofensa y la gente decente glorifica el oscurantismo de los Espino y la clerigalla no conservadora sino retrograda, valdría la pena que algunos de los que se ocupan de la cosa pública leyeran algunas páginas de la obra del pensador húngaro István Rev: Justicia retroactiva: prehistoria del poscomunismo.

PERO NOS AVASALLA la hora en que vemos rodar cabezas. Ni endeudamos al país, ni lo ensangrentamos con la represión. Ha sido bandera, compromiso y promesa del gobierno que preside el hombre atribulado por las muertes violentas. Un vocero de palacio señala culpables a los trabajadores que no cumplieron la ley, que no obedecieron, que no supieron ni quisieron respetar las buenas intenciones de quienes por medio de "una toma de nota, expedida unilateralmente", suplieron la voluntad de los trabajadores. De respeto al derecho de huelga, ni una palabra. Es la hora de los verdugos. En Lázaro Cárdenas, Michoacán, las balas de uniformados derraman sangre y cobran la vida de trabajadores. Es la hora de los sayones. En Acapulco, Guerrero, los sicarios decapitan policías y depositan sus cabezas a las puertas del gobierno: "Para que aprendan", dicen los que han retado y sobrepasado al poder del Estado mexicano. Pueden afectar al turismo, dijo, tamañito así, el gobernador Zeferino Torreblanca.

EN MICHOACAN, EL gobernador Lázaro Cárdenas Batel aceptó la renuncia del secretario de Seguridad Pública y del coordinador de la Policía Ministerial. Gabriel Mendoza Jiménez asegura: "ordené expresamente que no se llevaran armas de fuego (pero) algunos elementos de una corporación distinta recurrieron a ellas. Porque estaban a punto de masacrarlos", dice. Los muertos son obreros. Los agresores murieron. El ingeniero que despacha en la Secretaría del Trabajo dice que a él lo designó el presidente Fox y no le importa que las centrales obreras pidan su cese. El 2 de abril estalló la huelga en la siderúrgica Lázaro Cárdenas porque gobierno y empresa pretendían imponer a Elías Morales como dirigente nacional. A petición de la empresa, las obsecuentes autoridades ordenaron "recuperar" las instalaciones. Dos obreros muertos, decenas de heridos.

SE REPRIMIO VIOLENTAMENTE a trabajadores que defienden la autonomía sindical. Habrá quien considere atípico lo sucedido, quien recuerde que este gobierno humanista y demócrata dejó hacer, dejó pasar a manifestantes armados con machetes que se oponían a la construcción del nuevo aeropuerto internacional. Ese accionar anarquizante impidió llevar a cabo la gran obra sexenal. Pero no se trataba de una acción sindical, laboral, de un conflicto entre explotados y explotadores. De la lucha de clases que decretaron muerta y cuyo fantasma recorre México.

AHI SE CONFRONTAN la terca realidad y el presente continuo de los alternantes. Ahí no caben la ineficacia ni la indisciplina de la que han hecho gala. Se trata de borrar el artículo 123, a nombre del Rerum novarum y la nueva teocracia mexicana. Con su república de los indios o sin ella, por la tozudez de los que se aferran a la propiedad social y no creen en el milagro de la reforma salinista al 27 constitucional. De eso se trata. Del nuevo pacto laboral por el que oraron dirigentes sin rumbo y el secretario Carlos Abascal, enemigo declarado del Estado laico mexicano.

PASADO MAÑANA DEBATEN cuatro de los cinco candidatos a la Presidencia. Nada para nadie. Pero Roberto Madrazo se adelantó a los que se iban a echar a la uña el trompo de la silla vacía. La única silla vacía es la del presidente Fox, dijo: un caballo y el cubilete en la mano.

PORQUE SU PAISANO entró a la fase fatalista del "amor y paz". Y Felipe Calderón se puso las espuelas y le arrima el caballo a cualquiera. Nada está decidido. El 2 de julio va a contar cada voto. Y todos serán contados.

 
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