Usted está aquí: viernes 21 de abril de 2006 Sociedad y Justicia Nuevo escándalo en Sicartsa; ahora por intromisión del gobierno en el sindicato

En 1991 la mayor siderúrgica del país vivió otro revuelo al ser privatizada por Salinas

Nuevo escándalo en Sicartsa; ahora por intromisión del gobierno en el sindicato

JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO

Ampliar la imagen Momentos en que mineros de Sicartsa se enfrentan con policías Foto: Carlos Torres/La Jornada Michoacán

La intromisión del gobierno federal en la vida interna del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM) volvió a poner a Sicartsa, el mayor complejo siderúrgico del país y de América Latina, en el epicentro del escándalo.

Su venta en 1991 al Grupo Villacero, durante el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, provocó severas críticas, pues un negocio con ingresos por más de 2 mil 500 millones de dólares fue privatizado por 170 millones de dólares. Ese precio representa una decimoquinta parte, 6.8 por ciento, de los ingresos que anualmente recibe sólo por la venta de sus productos.

Sicartsa formó parte del proceso de privatización de todas las empresas siderúrgicas que estaban en manos del Estado a finales del siglo pasado. La venta fue realizada en 1991 (el proceso inició en 1990) por un gobierno que dejó de considerar como estratégica la industria siderúrgica, de la que forma parte importante la metalurgia, donde se ubica la empresa michoacana.

En aquella época, el gobierno decidió que su participación en esta industria haría posible una mayor eficacia para promover su desarrollo en el país, según afirmó el artífice de la operación, Jacques Rogozynski, quien fue coordinador de la Unidad de Desincorporación de Entidades Paraestatales de la Secretaría de Hacienda, entonces a cargo de Pedro Aspe Armella, ahora propietario de una de las nuevas aerolíneas de bajo costo.

De acuerdo con la matriz insumo-producto de México, un ejercicio complejo de interrelación de las actividades productivas que realiza el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el sector acerero repercute en 75 por ciento de las ramas industriales que operan en el país. Esta es la dimensión de su importancia para la economía.

Los planteamientos utilizados en la actualidad para impulsar los llamados cambios estructurales evocan los argumentos que hace 16 años se utilizaron para privatizar la industria siderúrgica nacional:

"Al desincorporar estas empresas, el sector público podría fortalecer sus finanzas, al no destinar recursos para su funcionamiento y modernización, recursos que se habrían de utilizar en beneficio de las mayorías. La participación del sector privado es necesaria para atraer recursos, que al conjugarlos con las recientes inversiones del sector público evitarían el rezago de la industria siderúrgica.

"El retiro de la participación del Estado en esta industria hará posible una mayor eficacia para promover el desarrollo en la industria siderúrgica nacional", refirió Jacques Rogozynski, artífice de la venta de la mayor parte de las empresas que el gobierno mexicano tenía hasta 1993.

El propio Rogozynski, en su momento de mayor poder desincorporador, declaraba que según cálculos de 1989 se requería de 6 billones de pesos (unos 2 mil 500 millones de dólares a un tipo de cambio de 2 mil 680.75 pesos por unidad) "para modernizar a la industria siderúrgica estatal, cifra con la cual se podrían construir 315 hospitales, 300 mil espacios educativos, 160 mil viviendas de interés social, o más de 4 mil kilómetros de carreteras".

Negocio que no era negocio

Sicartsa es el principal productor de varilla y alambrón de México, ambos insumos básicos para la industria de la construcción; cuenta con reservas probadas de hierro para 50 años; las minas de extracción de este metal se encuentran a 27 kilómetros de distancia; realiza operaciones globales por más de 5.5 millones de toneladas de acero al año y es "una de las siderúrgicas con costos de producción más bajos en América del Norte".

En el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, el complejo siderúrgico incluye: minas, una planta concentradora de mineral, una planta peletizadora, baterías de hornos coquizadores, alto horno, horno oxicúpula, convertidores BOF, hornos olla, colada continua, molinos laminadores de varilla y alambrón, puerto con muelles de materia prima y producto terminado, subestaciones eléctricas plantas de vapor, cal y oxígeno.

En Sicartsa, el Grupo Villacero cuenta con todo lo necesario para una industria totalmente integrada: desde la extracción de la materia prima, su transformación, procesamiento y comercialización de los productos terminados.

Además de Sicartsa, el Grupo Villacero está constituido por otras cinco empresas: Siderúrgica del Bajío (Sibasa); Corrugados y Alambrones de México (Camsa), ubicada en el municipio de Tultitlán, estado de México; Siderúrgica Mitras (Simisa), localizada en el área metropolitana de Monterrey; Metaver (Metalúrgica Veracruzana), una acería que cuenta con horno eléctrico para laminar varilla, con capacidad para producir 120 mil toneladas de acero líquido al año y 90 mil toneladas de varilla.

Además, en el estado de Texas, en Estados Unidos, es propietaria de una empresa denominada Border Steel, la cual cuenta con una capacidad para producir 235 mil toneladas de acero líquido y 240 mil toneladas de productos terminados. Utiliza como materia prima la chatarra que se genera en esa región.

 
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