Usted está aquí: lunes 17 de abril de 2006 Cultura Cavallo entre rejas, documental de tres argentinas en contra de la impunidad

De Shula Erenberg, Laura Imperiale y María I. Roqué, se estrena hoy en la Cineteca

Cavallo entre rejas, documental de tres argentinas en contra de la impunidad

MARIANA NORANDI

Ampliar la imagen Las realizadoras

En 2000 el gobierno de la ciudad de México recibió información sobre la identidad del empresario argentino que había ganado la licitación del Registro Nacional de Vehículos (Renave): Ricardo Miguel Cavallo. Al salir su imagen en los medios de comunicación, ex presos políticos argentinos durante la dictadura militar (1976-83) lo reconocieron como secuestrador y torturador de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), por la cual habían pasado más de 5 mil personas, la mayoría desaparecidas.

Como no podía ser juzgado en su país debido a que el gobierno de Carlos Saúl Menem promulgó leyes que indultaban a los responsables, fue requerido por España, que logró su extradición en 2003.

La fiscalía pidió 17 mil años de cárcel para Cavallo por terrorismo y genocidio; mientras, miles de argentinos, dentro y fuera de su país, se preguntaban: ¿cuántos genocidas como él viven en libertad?

Producto de esta reflexión, las cineastas argentinas Shula Erenberg, Laura Imperiale y María Inés Roqué realizaron el documental Cavallo entre rejas, que se estrena este lunes en la Cineteca Nacional, a las 20 horas. Filmada en Argentina, México y España, la cinta recoge testimonios sobre la vida de Cavallo y denuncia uno de los peores males de la humanidad: la impunidad.

-¿Cuál fue la motivación para hacer este documental?

Shula: "Aunque tenemos una historia particular, las tres somos exiliadas argentinas a consecuencia del golpe de Estado. En el momento que se encuentra Cavallo en México, un grupo de argentinos formamos Genocidio Nunca Más, que convocó a ONG mexicanas para seguir el caso y Cavallo fuera extraditado y juzgado en España. A partir de ello nació la cinta".

-Un testimonio afirma que Cavallo tenía una especie de personalidad bipolar de ángel y torturador; ¿esas características las tienen todos los torturadores?

Shula: "No creo que haya una personalidad de torturador ni que Cavallo haya sido un sanguinario que torturaba por placer. Pienso que era un tipo obediente cuyo objetivo era el ascenso castrense; pertenecía a la clase media argentina y llegar a ser capitán era un ascenso para toda su familia".

María Inés: "Estaba convencido ideológicamente de lo que hacía, su misión era ser un buen soldado".

-¿Cómo conviven hoy en Argentina los sectores sociales que apoyaron la dictadura y la impunidad con los que lucharon contra ésta?

María Inés: "Ha habido un proceso paulatino de apertura de ojos a la sociedad a partir del trabajo de mucha gente. Hoy, a 30 años, nadie puede decir que no sabía lo que pasaba en aquellos años. Pero, mientras el aparato jurídico no reconozca que hubo genocidio, seguirá existiendo un gran problema en Argentina".

-¿Qué tendría que pasar para que se acepte que hubo genocidio?

Shula: "Se tienen que abrir todos los archivos para saber realmente qué pasó y tiene que haber sentencias serias y encarcelamiento de los responsables en prisiones comunes, no militares".

-¿La abolición de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que dictó el gobierno de Kirchner ¿es un primer paso?

Shula: "Ha sido una medida muy importante, porque ya se pueden iniciar juicios, pero falta mucho por hacer. Nosotros queremos llegar hasta la verdad y la justicia".

-Hace dos años se expropió la ESMA y se piensa hacer un museo de la memoria, ¿qué se exhibirá en ese recinto?

Shula: "Aún se está analizando".

María Inés: "La ESMA fue un lugar de muerte y eso tiene que recordarse con fotografías y un montón de cosas que recuerden lo que pasó entre esas paredes".

-¿Es la impunidad más grave que el crimen?

Shula: "Es la conclusión del documental. Si se deja impune un crimen, la historia se puede repetir igual o disfrazada".

Informes de las próximas exhibiciones: www.cavalloentrerejas.com. Para adquirir la cinta: Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos. Tehuantepec 142, colonia Roma Sur.

 
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