Las protestas, lecciones de participación cívica: Harold Meyerson
"En Los Angeles apaciguado, son los inmigrantes quienes están forjando una cultura de activismo cívico, y enseñando a los angelinos cómo ser estadunidenses comprometidos", escribe el veterano periodista Harold Meyerson acerca de la ciudad en su columna de The Washington Post.
Al observar lo ocurrido con las masivas movilizaciones en la ciudad californiana, Meyerson comenta que "Los Angeles nunca había visto algo como la efusión del sábado, que inundó el centro con más de 500 mil manifestantes totalmente pacíficos... redefinieron mi ciudad".
Dice que los inmigrantes han "estado redefiniendo a Los Angeles de maneras menos espectaculares durante los 20 años recientes... Pero el papel que ha jugado la población inmigrante en transformar la cultura política de la ciudad aún no se entiende ampliamente".
Como indicadores recuerda la gran huelga y movilización de los trabajadores de limpieza hace seis años, integrantes del sindicato de servicios SEIU, el mismo que el sábado aportó 500 elementos para la seguridad de la megamarcha.
Recuerda que el sindicato de trabajadores de hoteles, junto con el de servicios -dos organizaciones integradas en su mayoría por inmigrantes-, fueron el ejército de movilización electoral que ayudó a ubicar a políticos latinos y asiáticos en sus puestos, incluyendo al actual alcalde Antonio Villaraigosa.
Estos inmigrantes -los sin voz ni voto, pero frecuentemente esposos, padres, hermanos o primos de inmigrantes legales y nuevos ciudadanos- ahora han logrado influir al Senado de Estados Unidos, señala Meyerson. Pero también gozan de apoyo de un importante sector de los "blancos" en estos esfuerzos.
"En general, la alianza inmigrante-laboral-latina de Los Angeles carece misericordiosamente de demagogos nacionalistas", apunta, y votan no por raza o etnia, sino por progresistas.
"Eso no significa que Los Angeles ha superado las fisuras de clase, raza y lenguaje. La ciudad no latina y los medios angloparlantes estaban plenamente asombrados por la magnitud de la protesta del sábado... es difícil imaginar una sorpresa más saludable", concluye Meyerson.
De la corresponsalía