Usted está aquí: miércoles 1 de marzo de 2006 Política México ya produce heroína, alerta órgano fiscalizador

Reporta la JIFE aumento en el uso de drogas en el país

México ya produce heroína, alerta órgano fiscalizador

Consumo de preparados farmacéuticos, de moda en el planeta

AFP

París, 28 de febrero. México, donde se registra un incremento en el consumo de narcóticos, ha pasado a engrosar la lista de países que producen cannabis, heroína y anfetaminas, de modo que corre el peligro inminente de convertirse en una fuente de drogas, advierte la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su informe de 2005.

"El uso de drogas ha aumentado en México, que además se ha convertido en productor de cannabis, heroína y estimulantes de tipo anfetamínico", señala este órgano internacional dependiente de la Organización de Naciones Unidas. Añade que esto podría desembocar en un problema de gran envergadura.

De hecho, la utilización indebida de preparados farmacéuticos, que se está convirtiendo en una realidad en todo el planeta, de la que no se libra América Latina, "es casi tan frecuente como la de cocaína" en México, añade la organización.

El problema estriba en que estos preparados, sujetos a fiscalización, llegan a menudo hasta las manos de los consumidores a través de la vía postal o de farmacias ilegales en Internet, eludiendo los controles de organismos oficiales. En muchas ocasiones se constata un abuso de medicamentos adquiridos con receta médica, según la misma fuente.

En el caso concreto de México, la JIFE advierte de un abuso frecuente de tranquilizantes, que va en aumento entre la población femenina.

Anfetaminas y cannabis desbancan a la coca

Advierte que las anfetaminas, que incluso se venden por Internet, y la cannabis están desbancando a la cocaína del trono que ocupaba entre las preferencias de productores y consumidores de drogas en América.

Se trata de un problema de carácter mundial, que traspasa las fronteras y se está imponiendo como una nueva tendencia para amoldarse a la evolución de los gustos de los consumidores para eludir los controles.

Precisamente para esquivar a las autoridades, que siguen aplicando políticas de desarrollo alternativo cuya eficacia pone en entredicho el último informe de la JIFE, los narcotraficantes latinoamericanos exploran nuevas rutas en América del Sur.

El consumo se mantiene sin grandes variaciones en todo el continente americano, pero va en aumento en países como México, Estados Unidos y Canadá.

Sólo en México, insiste, "el uso indebido de preparados farmacéuticos es casi tan frecuente como el de la cocaína", señala el texto.

En Colombia, parte del éxtasis proveniente de Europa se transforma en comprimidos; incluso, hay organizaciones de narcotraficantes especializadas en este enervante, que ha seducido también el mercado en Venezuela y se consigue con bastante facilidad en Ecuador y Perú.

De esta tendencia se aprovechan los traficantes para diversificar su oferta con toda clase de drogas sintéticas, que añaden a las más tradicionales, como cocaína, cannabis o heroína.

En Colombia, el cultivo del arbusto de coca se ha reducido gracias a las políticas represivas y alternativas del gobierno, aunque esta nación se mantiene como el mayor productor y exportador de cocaína en el mundo.

Pero la siembra de este enervante se está imponiendo en otros países de la región, como Bolivia y Perú, y se extiende hasta contaminar zonas que antes no se veían afectadas, agrega el informe.

Asimismo, se cultiva en pequeñas parcelas de Ecuador y Venezuela, y cada vez más en Bolivia, donde las tensiones políticas y sociales merman la capacidad del gobierno para erradicarlo, según la misma fuente.

Entre 2003 y 2004, el cultivo del arbusto de coca en América del Sur aumentó 3 por ciento, afirma la JIFE.

Las campañas preventivas gubernamentales y las operaciones de incautación de los servicios aduaneros no han logrado frenar la fabricación de cocaína y el tráfico de drogas en la región, que sigue aumentando, subraya la organización.

Para acentuar la eficacia de las políticas de cultivos alternativos, la JIFE recomienda que se facilite el acceso a los mercados de los productos de cultivos lícitos y que se fomenten las medidas de seguridad en las zonas afectadas.

Dentro de un enfoque global, la JIFE se declara en favor de exportar estas políticas de promoción de medios de vida alternativos a áreas urbanas expuestas a la delincuencia, así como a los suburbios de algunas metrópolis.

Pese a un panorama más bien desalentador, la JIFE reconoce que han aumentado las incautaciones sistemáticas de cocaína en América del Sur y otras regiones, pero es consciente de que el reto de resolver el problema de una vez por todas se complica con la diversificación, que exige un tratamiento internacional del problema desde todos los frentes y sin escatimar en medios.

En otro apartado, la JIFE destaca que el contrabando de droga por correo ha aumentado considerablemente en todo el mundo en los últimos cinco años, y afecta a todo tipo de sustancias, desde la heroína hasta los preparados farmacéuticos, pasando por la MDMA o el GHB. Precisa que en Estados Unidos el valor de contrabando de fármacos por medio del sistema postal asciende a cientos de millones de dólares.

 
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