Usted está aquí: miércoles 22 de febrero de 2006 Cultura La nación laica, como postuló el benemérito, es la mejor forma de convivencia pacífica

Realizan foro por el bicentenario de su natalicio, en Casa Lamm

La nación laica, como postuló el benemérito, es la mejor forma de convivencia pacífica

Modernizó un país que vivía la dictadura de las mitras y los condotieros: Gutiérrez Vega

¡Cómo cuesta a los gobernantes recordar al prócer!, dice el periodista Enrique Herrera

MONICA MATEOS-VEGA

Benito Juárez sigue teniendo la razón histórica: la nación laica es, a pesar de todo, la mejor forma de convivencia pacífica, señaló el poeta Hugo Gutiérrez Vega durante su participación en el foro dedicado al Benemérito de las Américas, en el año del bicentenario de su natalicio.

En el encuentro, organizado por Casa Lamm y La Jornada, el director del suplemento cultural dominical de este diario resumió en 10 puntos las razones por las cuales admirar a Juárez.

''Primera: él creía que la respetabilidad del gobernante le venía de la ley y de un recto proceder, por eso vivió con verdadera austeridad republicana; segundo: por haber modernizado a un país que vivía la dictadura de las mitras, los espadones y los condotieros.

''Tres: por haber secularizado la vida civil, limitando el enorme poder de la Iglesia católica y hacer que la República tomara el ritmo de los nuevos tiempos; cuatro: por haber hecho una realidad el sistema democrático a pesar de la cerrada oposición de las clases privilegiadas; cinco: porque al consolidar la separación de la Iglesia con el Estado logró, como afirma Carlos Monsiváis, que ambas instancias cumplieran su deber material y espiritual.

''Seis: por haber sido víctima del odio reconcentrado del pensamiento reaccionario; siete: por haber despertado el entusiasmo de Víctor Hugo, de Unamuno, por su labor civilizatoria y por el radicalismo inteligente de su pensamiento liberal y libertario que también entendió José Martí; ocho: por su formidable respuesta a la carta de Maximiliano ('... hay una cosa que está fuera del alcance de la perversidad, y es el fallo tremendo de la historia'); nueve: por seguir ganando su batalla cultural ante los actuales Gutiérrez Estradas, Almontes, Miramontes y Mejías, léase Abascales, Calderones, Foxes y Espinos; diez: porque después de tanto tiempo y de tantos avatares civiles todavía estudiamos su pensamiento y damos distintas interpretaciones a sus teorías sociopolíticas."

En su turno, el periodista Enrique Herrera afirmó que el costo del olvido de Juárez en este sexenio ''ya le resulta al país demasiado alto". Añadió que el prócer triunfó ''sobre los que hoy nos gobiernan: yunques, velas perpetuas, caballeros de Colón, personeros de un neoliberalismo en plena decadencia, castradores de los símbolos patrios, degradantes denostadores de las mujeres a las que comparan con lavadoras electrodomésticas. ¡Cómo les cuesta a nuestros gobernantes recordar a Juárez!"

Ofensiva del conservadurismo

Por su parte, el articulista Marco Rascón señaló que Juárez hoy ''nos convoca a plantear, desde el fondo, una lucha de liberación nacional para situarnos de nuevo frente al mundo".

El juarista Luis Martínez comentó que frente a la ofensiva conservadora, el pensamiento liberal mexicano resulta de visible actualidad: ''si Juárez no hubiera muerto, otro gallo nos cantara. Y hoy parece cantar un gallo sinarquista, anacrónico, que santifica los prejuicios y no la historia".

Estuvieron presentes el embajador de Cuba en México, Jorge Bolaños, y Fernando Suárez del Solar, padre del primer mexicano caído en la guerra de Irak, quien demandó al gobierno mexicano que prohíba a Estados Unidos utilizar el nombre de Juárez en escuelas donde se enseñan cosas ''ajenas a los principios del Benemérito de las Américas".

 
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