Usted está aquí: sábado 4 de febrero de 2006 Cultura En la mira de Stalin

DISQUERO

En la mira de Stalin

La referencia obligada a Dmitri Shostakovich es su condición de víctima de la intolerancia. Así como a Mozart le envenenó la vida Antonio Salieri movido por las bajezas que despierta el demonio de la envidia, a Shosta le arruinó la vida Stalin. En una entrevista publicada en estas páginas en la década de los 80, durante una de sus varias visitas a México, el hijo del compositor ruso, el director de orquesta Maxim Shostakovich, narra de primera mano tal oprobio. Una buena parte de la obra de Shosta está impregnada, ya mediante el sarcasmo, la burla o la desesperación, de tal situación opresiva, persecutoria, infame.

Para completar un retrato cabal de ese gran músico, vale la pena contrastar en este Disquero algunos de los discos donde la música de Shostakovich brilla en todo su esplendor mozartiano. En ellos danza, sonríe, contagia la alegría de vivir.

El ejemplo más conocido es un álbum prodigioso, primero de una serie que iremos desplegando aquí en el transcurso del Año Shostakovich. Se trata del compacto titulado Shostakovich. The Jazz Album (DECCA), grabado en 1988 por la Royal Concertgebouw Orchestra dirigida por Ricardo Chailly, disco que se convirtió en un éxito de ventas después de que el maestro Stanley Kubrick (1928-1999) incluyera el Vals número 2, de este disco, en la última de sus obras maestras, el filme Eyes Wide Shut (traducida en México como Ojos bien cerrados).

 
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