Usted está aquí: sábado 4 de febrero de 2006 Cultura La otra efeméride

DISQUERO

La otra efeméride

Una vez cimbrado el epicentro del Año Mozart, cuyo cumpleaños 250 se conmemoró el 27 de enero y cuyas celebraciones durarán hasta el 5 de diciembre, fecha del fallecimiento del Arcángel Volfi, la claridad alumbra al otro gran acontecimiento de 2006, que es el centenario del compositor Dmitri Shostakovich (1906-1975), llamado cariñosamente entre melómanos Shosta, efeméride que se cumplirá de manera exacta el próximo 25 de septiembre, pero que figura también todo este año en las programaciones de las orquestas de todo el mundo y México no es la excepción, pues la Filarmónica de la Ciudad de México inició su temporada hace tres semanas con el ciclo completo, en orden cronológico, de las 15 sinfonías de este autor excepcional, como una recuperación oportuna y necesaria de su obra, tan célebre pero poco conocida, pues se trata de uno de esos autores de quienes todos hablan pero unos cuantos saben con precisión de la naturaleza de su portentosa producción.

Por su parte, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM), incluye estas sinfonías a lo largo de su programación en orden de importancia musical. Hace dos semanas presentó la Décima Sinfonía y en su programa de este sábado a las 20 horas y mañana domingo al mediodía en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl (Insurgentes sur 3000, entre Perisur y Rectoría), pondrá en vida la Sinfonía 11, en un programa de gran coherencia y atractivo, pues continúa celebrando a Mozart con la ejecución, en la primera parte del programa, su Concierto 25 para piano y orquesta, con el solista Arturo Nieto-Dorantes y la batuta huésped del croata Berislav Skenderovic.

La ocasión es entonces espléndida para una primera incursión en la vasta discografía disponible de la obra de Shostakovich. Entre las buenas grabaciones de la Sinfonía 11 destaca la que grabó en 1973 uno de los más grandes directores rusos de la segunda mitad del siglo XX, el maestro Kirill Kondrashin (1914-1981) al frente de la Filarmónica de Moscú, en un disco de la marca rusa Melodiya. Otras grabaciones fenomenales de esta obra son las que dirigieron Bernard Haitink, Evgeny Mravinsky, Gennady Roszhdestvensky, Rudolf Barshai y Neeme Jarvi, entre otros grandes.

Prácticamente en todas las sinfonías de Shostakovich están presentes sus herramientas conocidas: bloques de acordes atronadores, alternancias muy rápidas en la figuración de las cuerdas contrastadas con los alientos maderas y metales, constante presencia de la masa percusiva a todo volumen, galopas incesantes, manantiales de imágenes sonoras, pasajes líricos entreverados con aires marciales, relación temática entre todos los movimientos de esas obras y de manera muy especial un abierto sentido del humor, que viaja del sarcasmo a la ironía.

La Sinfonía 11 del gran Shosta es sencillamente intensa, espectacular, grandiosa y muy emocionante. En los discos mencionados viven latentes sus volcanes. Pero nada como verlos estallar en vivo, esta noche y mañana al mediodía con la OFUNAM en la sala Nezahualcóyotl.

Pablo Espinosa

 
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