Usted está aquí: lunes 30 de enero de 2006 Política "Ilegal", la supeditación de la Fuerza Aérea al Ejército, asegura especialista

Esa "sumisión" ha provocado que se encuentre en en situación de rezago tecnológico

"Ilegal", la supeditación de la Fuerza Aérea al Ejército, asegura especialista

JESUS ARANDA

Ampliar la imagen Inexplicable, que México haya dejado de lado la industria aérea, señala jurista Foto: Archivo

La supeditación de la Fuerza Aérea Mexicana a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es ilegal, porque está basada en leyes secundarias que dejaron sin efecto lo establecido en la Constitución de 1917, que contempla precisamente la creación de una "aviación militar" independiente y autónoma.

Afirma lo anterior el jurista César Ramírez Encarnación, quien señala que la sumisión de la aviación militar al Ejército ha provocado que se encuentre en una situación de rezago en el desarrollo de tecnología, equipamiento y capacitación, y que no cuente con aviones y helicópteros de la calidad y la modernidad que demandan las circunstancias actuales en el país.

De acuerdo con información oficial, para un país de 100 millones de habitantes y 2 millones de kilómetros cuadrados, la Fuerza Aérea Mexicana cuenta con tres Regiones Aéreas, cinco Grupos Aéreos, y 19 Bases Aéreas Militares.

El Ala de Combate está equipada con helicópteros S70 Blackhawk, MDD530 y Aviones F-5.

El Ala de Reconocimiento y Transporte cuenta con aviones Hércules C-130, King Air 90, Pilatus, Maule PC-7, Cessna, SA-2-37, Maule, Comander, Comander Turbo y Arava, que se caracterizan en su mayoría por ser de baja velocidad y por tener poco alcance de vuelo.

Además, los helicópteros MI 2, MI-8, MI-17 y M-26 y Bell-212.

Ramírez Encarnación, autor del trabajo Situación jurídica de la aviación en México, afirma que es condición indispensable para impulsar el desarrollo de la Fuerza Aérea, que ésta se convierta en una secretaría de Estado y tenga el mismo estatus jurídico que la Sedena y la Secretaría de Marina, porque "no es posible que un solo secretario (el de la Defensa) tenga el conocimiento necesario y suficiente para conducir dos fuerzas armadas que son totalmente diferentes", simple y sencillamente porque una es terrestre y otra aérea.

Este desconocimiento, agrega en entrevista, deriva también en que dentro de la Fuerza Aérea se adopten "conceptos erróneos y decisiones impropias", que se han traducido en un enorme rezago aeronáutico "que nos coloca incluso en desventaja con naciones como Guatemala y Panamá, esto sin contar a Venezuela, Argentina y Brasil".

Nuestra aviación militar, sostiene, "está carente de iniciativas y de proyectos, no cuenta con apoyos tecnológicos y económicos, y cuenta con un material de vuelo (helicópteros y aviones) que por su retraso técnico "es inoperante y peligroso".

Sólo una falta de política adecuada, añade, explica que México haya dejado de lado la industria aérea. En este sentido, recordó que en 1928 y 1929 se fabricaron en México los aviones El Parasol, El Aztatl, El Quetzalcóatl, BC-1 y BC-2, así como motores aéreos y hélices Anáhuac, en los que pilotos nacionales rompieron récords mundiales aeronáuticos en aquel entonces.

El origen de la Fuerza Aérea, indica, se remonta al 5 de febrero de 1915, cuando el jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, emitió el decreto para crear el arma de Aviación Militar, y designó como su primer comandante al mayor Alberto Salinas, quien para tal efecto se dio de baja del arma de caballería y causó alta como comandante piloto aviador militar.

Posteriormente, la Constitución de 1917 estableció en su artículo 73, fracciones XIV y XXX, que el Congreso tiene la facultad de "levantar y sostener a las instituciones armadas de la Unión, a saber: Ejército, Marina de Guerra y Fuerza Aérea nacionales, y para reglamentar su organización y servicio".

En este sentido, señala que los legisladores desde aquel entonces tenían que haber expedido leyes para que cada arma fuera independiente, pero sólo crearon la Secretaría de la Defensa Nacional (1937) y la Secretaría de Marina (1940).

Para que la Fuerza Aérea esté en condiciones de desarrollarse adecuadamente, indicó, debe convertirse precisamente en secretaría de Estado.

 
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