Usted está aquí: jueves 19 de enero de 2006 Gastronomía Preocupación por la salud impulsa a la comida orgánica en Asia

La mejora en la economía impulsa a estos productos

Preocupación por la salud impulsa a la comida orgánica en Asia

REUTERS

Taipei, 18 de enero. Los clientes en el restaurante orgánico de Huang Wen-liang están divididos en tres categorías: aquellos comprometidos a vivir sanamente, aquellos que temen morir y los curiosos.

Al igual que muchos establecimientos orgánicos en el este asiático, al negocio de Huang le está yendo bien.

"A medida que aumenta la salud de la gente, también lo hace su nivel de vida y la gente con dinero se está preocupando más por su mortalidad y empieza a prestar atención a su salud", dice Huang de 50 años, quien ha comido productos orgánicos toda su vida.

"A la gente con poco dinero no le importan esas cosas", agrega.

Durante un típico lunes al medio día, las mesas en su pequeña cantina, que también funciona como almacén, están llenas de oficinistas que engullen platos de arroz orgánico, vegetales y budines orgánicos servidos por su esposa.

Treinta años de rápido crecimiento económico en el este de Asia han elevado la categoría de la clase media desde Corea del Sur hasta Hong Kong, donde la demanda de comida orgánica fresca y envasada, especialmente vegetales y arroz, está creciendo con fuerza.

Más recientemente, comer sano se ha vuelto progresivamente importante debido a las preocupaciones por la gripe aviaria, que ha matado a más de 70 personas en Asia desde 2003 y por el Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS) que causó el deceso de unas 800 personas ese mismo año.

Taiwán cuenta con unos 800 establecimientos de comida orgánica, la mayoría de los cuales son negocios administrados individualmente como el de Huang, abasteciendo a una población de 23 millones.

Pero también están aumentando franquicias más grandes y secciones orgánicas en cadenas de supermercados, como ocurre en Corea del Sur.

El mercado de comida orgánica importada de Taiwán, libre de fertilizantes sintéticos, pesticidas y semillas modificadas genéticamente, creció 20 por ciento en 2005, aproximadamente 30 millones de dólares, según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

El informe estimaba que el mercado de comida orgánica producida localmente rondaba los 30 millones de dólares.

Tempor por la salud

En Corea del Sur, que tiene dos veces la población de Taiwán, el mercado es mucho más grande.

El instituto de Economía rural de Corea estimó que el mercado de comidas orgánicas del país estaba valuado en 578 millones de dólares este año, 22 por ciento más de los 474 millones de dólares del 2004.

Se espera que dicha cifra llegue a mil 600 millones de dólares el 2010.

Dongwon F&B de Corea del Sur recientemente anunció sus planes de abrir un negocio integrado de comidas orgánicas llamado Sear Life en Songpa, un suburbio de categoría en Seúl. ORGA, administrado por una unidad de Pulmuone, también opera una gran cadena de tiendas de comida orgánica.

"El SARS y la gripe aviaria, todo esto reaccionó en conjunto haciendo que la gente fuera más consciente de su salud por lo que invierten más dinero de productos orgánicos", dice Jonathan Wong, director del Centro de Recursos Orgánicos de Hong Kong.

Pero los mayores costos de producción están elevando los precios de comercialización entre 50 y 300 por ciento en algunos casos, afectando la demanda, dijo.

Wong afirmó que los vegetales orgánicos representaron 0.1 por ciento del consumo diario de Hong Kong y agregó que mucha más gente consumiría esos productos si los precios fueran 25 por ciento más caros que las verduras comunes.

Además del costo, otro obstáculo fueron los prejuicios de los consumidores sobre el gusto insípido de la comida orgánica.

"Mucha gente asocia la comida orgánica con la falta de sabor", dice Yen Kui-hsiu, de 38 años, quien administra un bar de pasta y almacén orgánicos en Taipei llamado en chino la "Casa del no veneno"

"Si bien la mayoría de la gente trata de encontrar un balance entre la salud y el gusto, al final seguramente elegirán el gusto, dice Yen. "Pero la comida es sabrosa, incluso a mi hijo de 13 años le gusta".

El escepticismo acerca de si los productos que aseguran ser orgánicos verdaderamente están a la altura de su nombre es también un desafío importante en Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur, al igual que las normas de para una adecuada tipificación.

Japón vio caer en picada sus ventas de comida orgánica a 350 millones de dólares el 2002, desde más de 3 mil millones de dólares el 2001, después de que el gobierno impuso nuevas reglas de clasificación de ganadería y productos orgánicos, según IFOAM, una organización mundial de movimientos orgánicos.

En Taiwán, tiendas especializadas en productos orgánicos están apareciendo en toda la isla, vendiendo desde espinacas y batatas cultivadas en el país, a aceite de oliva de Italia y uvas pasas de California.

Mother Nature Co. Ltd., un gran mayorista de materia prima orgánica, invirtió 6 millones de dólares para abrir dos supertiendas en Taiwán y planea contar con 100 puntos de venta para fines del 2008

 
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