Usted está aquí: jueves 8 de diciembre de 2005 Cultura Con El Quijote, Cervantes ofrece ''el espejo de una época inclemente''

El escritor Sergio Pitol compartió con sus lectores el júbilo por su reciente galardón

Con El Quijote, Cervantes ofrece ''el espejo de una época inclemente''

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen Pitol escucha el audiolibro sobre su obra, editado por la UNAM, antes de su conferencia alrededor de El Quijote en la sala Carlos Ch�z del Centro Cultural Universitario FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros

El escritor Sergio Pitol hizo un viaje relámpago de la ciudad de Jalapa a la de México para encontrarse con sus lectores capitalinos, celebrar con ellos el recién obtenido Premio Cervantes de Literatura y obsequiarles la ponencia de 17 cuartillas El tercer personaje, en la que ubica la presencia del Manco de Lepanto dentro de la trama misma de su novela Don Quijote de la Mancha.

Pero esa noche del martes pasado Pitol también habló del espíritu de libertad que permea toda esa obra de Miguel de Cervantes: en los personajes demenciales, en el tono de utopía, en la crítica político-social y en la estructura narrativa.

En un esfuerzo de lectura casi aceptable, pues tuvo que sobreponerse a malestares físicos y el cansancio del viaje, Pitol (1933) habló con su voz pausada ante más de 150 espectadores, la mayoría jóvenes y niños que prefirieron la literatura al futbol (Pumas contra Boca Juniors) y que llenaron la pequeña sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario.

Luego de un repaso por El Quijote y los principales momentos de la vida de Cervantes (el cautiverio de éste en Argel, las intrigas en su contra, su sobrevivencia en empleos infames, sus afanes literarios), el autor de la trilogía Tríptico de carnaval y de El arte de la fuga dijo:

''El Quijote es una obra maestra, aunque los españoles, hasta los más cultos, no lo lograron entender durante mucho tiempo. La forma, la estructura, los personajes, el tema de la locura son novedosos, todo eso lo haría ya interesante, pero El Quijote es otra cosa más, es la obra de un escritor genial, un escritor que ha tejido todas las fases de su vida, la Italia renacentista, los cuarteles, los hospitales, el frente de batalla, los baños de Argel, la muchedumbre de diversas naciones e idiomas, los miles de leguas en mula, recorridos de 30 años en trabajos humillantes, las lecturas y la bajeza, la infamia, la persecución de quienes los habían tratado, pero, también, la exaltación, la felicidad, la risa y la grandeza del mundo; todo eso se mueve en su interior. Invisible, Cervantes se convierte en el tercer personaje al que aludía Harold Bloom junto al Quijote y Sancho Panza."

Espejo de una época inclemente

Y Pitol agregó sobre el clásico de la literatura mundial: ''Lo cómico en el libro es lo aparente, la presencia de la locura. Pero en el subsuelo del lenguaje se esconde el espejo de una época inclemente, un anhelo de libertad, de justicia, de saber, de armonía".

Más bien, siguió Pitol, la locura en El Quijote se convierte en una ''variante de la libertad", como se puede observar en el discurso pronunciado por el ingenioso hidalgo a un grupo de cabreros, ''de aliento humanista, renacentista, libertario". Y concluyó:

''El Quijote se adelantó a su época. No hay ninguna ulterior corriente literaria importante que no le deba algo: las varias ramas del realismo, el romanticismo, el simbolismo, el expresionismo, el surrealismo, la literatura del absurdo, la nueva novela francesa, y muchísimas más encuentran sus raíces en la novela de Cervantes."

Al final, Sergio Pitol no hizo declaraciones a la prensa y argumentó su visible cansancio, pero no defraudó a sus lectores, quienes hicieron fila para obtener una dedicatoria del puño y letra del nuevo Premio Cervantes de Literatura.

 
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