Usted está aquí: miércoles 30 de noviembre de 2005 Sociedad y Justicia La homosexualidad contradice la antropología humana: cardenal

Publica el Vaticano restricción del sacerdocio a gays

La homosexualidad contradice la antropología humana: cardenal

Ampliar la imagen Ceremonia de ordenaci�n la Bas�ca de San Pedro FOTO Ap Foto: Ap

El Vaticano publicó este martes la instrucción que prohíbe de manera oficial el ingreso de homosexuales a seminarios y órdenes religiosas. Uno de los autores del documento, el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, en una entrevista a Radio Vaticano, informó que con estas decisiones la Iglesia confirma que no puede ir contra sus leyes al defender "algo así como un tercer género".

La Iglesia cree que con rechazar a quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias de este tipo profundamente arraigadas o sostienen "la llamada cultura gay" ayuda a frenar "comportamientos intrínsecamente malos", en momentos en que resulta "más urgente (aprobar el documento), debido a la situación actual", refiriéndose indirectamente a los escándalos y denuncias contra sacerdotes pedófilos y homosexuales, según retomó la agencia Afp.

La instrucción denominada Criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales, antes de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas sostiene que los actos homosexuales son considerados "pecados graves, inmorales y contrarios a las leyes de la naturaleza", en tanto que las tendencias homosexuales son "inclinaciones objetivamente desordenadas", que jamás podrán aprobarse, y pone en entredicho la "madurez afectiva" de quienes las practican, por considerarlos incapaces de mantener "una correcta relación con hombres y mujeres".

Disposiciones vaticanas, hipócritas

No obstante que en el documento se precisa que la Iglesia católica debe acoger "con respeto y delicadeza" a dichas personas, sin caer en una "injusta discriminación", agencias internacionales y nacionales dan cuenta de las críticas de agrupaciones gays y otros grupos que consideraron "hipócritas" las directrices vaticanas.

Por ejemplo, el fraile Jerry Cleator, al dar una cátedra en la Residencia Universitaria Femenina, a cargo de religiosos teresianos en la ciudad de México, calificó de ignorantes a las autoridades de la Santa Sede. Y allí mismo, fray Raúl Padrenan (otro dominico) consideró que la curia romana busca imponer mayor disciplina entre sus religiosos, quienes cada vez se asumen más como individuos y buscan realizarse como personas.

Sin embargo, para el cardenal Grocholewski, los medios de comunicación asumieron el texto como si fuera algo extraordinario, cuando la Congregación para la Educación Católica, dijo, ha publicado unos 20 documentos después del Concilio Vaticano II, concernientes a distintos aspectos de la formación en los seminarios, refiriéndose al celibato, la castidad sacerdotal y los distintos impedimentos para el sacerdocio.

Pero no habló del análisis del sacerdote y sicoanalista francés Tony Antrella (publicado ayer en el diario de la Santa Sede, L´Osservatore Romano, al lado de la instrucción), quien calificó a los homosexuales de "inmaduros, narcisistas, seductores y manipuladores", con "graves dificultades con las instituciones y para cooperar con los demás".

Además apuntó que su inclinación aparece como "algo incompleto, una forma de inmadurez profunda de la sexualidad humana", y por tanto, según el experto, "no están en condiciones de casarse, adoptar hijos o convertirse en sacerdotes".

Grocholewski confrontó, ante los micrófonos de Radio Vaticano, las opiniones de quienes toman la homosexualidad como "una condición normal de la persona, algo así como un tercer género", porque contradice "absolutamente la antropología humana" (sic). No obstante, subrayó que quienes tienen estas tendencias pueden superar los obstáculos para ingresar al sacerdocio si logran hacerlas desaparecer tres años antes de la ordenación diaconal.

El prefecto, quien signó la instrucción junto con el arzobispo J. Michael Miller, afirmó que el documento no invalida las ordenaciones de clérigos con tendencias homosexuales. Quien la descubre después de este paso "obviamente debe vivir el propio sacerdocio de la mejor manera posible, debe vivir la castidad, aunque quizá tendrá mayor necesidad de ayuda espiritual que otros".

Alma E. Muñoz, NotieSe y agencias internacionales

 
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