Usted está aquí: lunes 21 de noviembre de 2005 Política El gobierno quiere derrotarnos, pero ahora es difícil que nos persiga: JBG

"Muchos priístas no se percatan, pero los beneficia nuestra exigencia de respeto"

El gobierno quiere derrotarnos, pero ahora es difícil que nos persiga: JBG

Las fiestas por los aniversarios zapatistas nos ayudan a pensar, nos fortalecen, afirman

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Morelia, Chis., 20 de noviembre. "Este tiempo hemos alcanzado cambios trascendentales en la vida de los pueblos zapatistas. De la creación de la juntas de buen gobierno (JBG) al llamamiento de la otra campaña está más claro cuál es el lugar de nuestra historia", dice en entrevista con la JBG Corazón del arcoiris de la esperanza uno de sus miembros.

En el contexto de dos aniversarios significativos -22 de la formación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y 95 del inicio de la Revolución Mexicana-, la JBG da cuenta de hasta dónde ha llegado el proceso de rebelión, resistencia y autonomía de los zapatistas. Un cartel colgado en sus oficinas resume los extremos históricos: un fornido luchador, de capa brillante y gran cinturón de título mundial, pone una rodilla en el suelo y mira al frente con desafío. Su rostro es el de Emiliano Zapata. Al pie se lee: "La otra campaña".

"Hace 22 años no habíamos hecho este pensamiento de lucha. En el tiempo que llegaron los compañeros y formaron la organización del pueblo no sabíamos de qué forma ibamos a hacer para gobernarnos, pero hemos ido caminando. Primero formamos las filas de nuestro ejército y ahora están las JBG y los municipios autónomos", dice el primer indígena que ha tomado la palabra.

"Cada fecha hay una reflexión, pero sigue la acción. El pensamiento es inmenso y nunca termina. Viendo las situaciones que se presentan podemos crecer, y entendemos que nuestra acción va hasta los pueblos más lejanos de México para que llegue la idea de que nos podemos gobernar. Todos. Vale la pena nuestra experiencia porque ayuda a comprender la historia. La de Zapata, por ejemplo; no sólo la tenemos leída sino que la estamos haciendo. Los pueblos de México siguen dominados. Se entiende mucho mejor esa historia después de lo que hemos alcanzado en nuestra resistencia."

Un hombre mayor secunda las palabras de su compañero: "A como está el tiempo, primero fue el fuego y luego la palabra. Aquí los compañeros sentados, como gobierno que son, ven la situación estatal y nacional, y ven cómo actúan las organizaciones, cómo se relacionan con nuestra JBG", apunta, señalando a la junta reunida en sus oficinas del caracol Torbellino de nuestras palabras.

"Al comenzar nuestros trabajos, la participación de las compañeras era difícil. Ahora han tomado las participación más libre, más igual", agrega. En efecto, esta junta se caracteriza por su elevado número de mujeres. Suelen sumar la mitad, y aunque muchas no hablan bien castellano, su participación es pareja.

Vuelve a tomar la palabra el primer indígena: "Por esta historia del EZLN recordamos que muchos murieron, pero la palabra sigue aquí y caminamos con la palabra de los caídos. Orita nos estamos cuidando para ir por este camino, defender nuestras formas de resistir y construir un México que sea bueno para todos los compañeros marginados. Buscamos participar en las historias de muchos que están tratando, como nosotros; o los metieron presos, o los expulsaron. Pero ellos y nosotros estamos vivos, y aunque con hambre y sed, tenemos que seguir".

Un tercer indígena interviene: "Gracias a que tenemos organización es difícil para el mal gobierno hacernos ataques. Logramos la libertad de usar los recursos y las tierras, aunque tenga su ocupación militar y toda su contrainsurgencia. Hasta los hermanos priístas se dan cuenta de lo que hemos conseguido con nuestra organización. Sin ella, ¿dónde estaríamos?"

Agrega: "los del gobierno todavía nos quieren derrotar, pero ya no es fácil que nos persigan sin delito, como antes. Todavía hay represión, pero están obligados a respetarnos. Ese es un cambio que hemos logrado. Parece que muchos priístas no se dan cuenta, pero también salen beneficiados con el respeto de los derechos de los pueblos que demandamos los zapatistas".

El primer declarante cierra la conversación explicando el papel de las celebraciones: "Las fiestas nos relajan del trabajo, nos ayudan a pensar y fortalecen nuestro caminar. Mañana no sabemos qué vendrá, así que mejor hoy estamos alegres".

 
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